jueves, 20 de agosto de 2009

una eternidad perdida en tus ojos, capítulo 16: "nuevo amigo"





-¿quieren ir a dar un paseo a caballo para poder conocernos más?- les pregunté.
-claro- respondieron al unísono, Jazz agarró de la cintura a Alice, parecía como si fueran un pack, ¿así nos veíamos Edward y yo?, claro, si nos amábamos más que a nuestras propias vidas. Nos fuimos al establo, saqué los dos caballos y ellos me ayudaron a prepararlos.
-¿les importaría ocupar el mismo caballo?- les sonreí picaronamente.
-claro que no hay problema- me contestó Jazz, Alice me miró con una cara de “gracias, gracias, mil gracias”, sacamos los caballos y nos fuimos a cabalgar a campo abierto.
-y, ¿cómo se conocieron?- les pregunté, yo ya lo sabía, pero no podía decirlo como si nada, ya que Jazz no sabía de los sueños de Alice, ella debía decírselo.
-él ya sabe todo sobre mis “visiones” y también sabe que tú lo sabes, y le conté de Edward, tuve un sueño, los cuatro seremos los mejores amigos- Alice me sonrió como si no quisiera la cosa, yo quedé boquiabierta.
-¿alguna otra noticia?- dije sarcásticamente.
-no- dijo con una sonrisa amable.
-¿de dónde eres Jazz?- le pregunté para empezar a conocerlo mejor.
-vivo muy cerca de aquí, en el camino de aquí al pueblo hay una intersección que lleva a un castillo, ahí vivo yo- me sonrió amablemente.
-¿castillo?, ¿tienes algún título de nobleza o algo así?- le pregunté ahora curiosa.
-es un duque- contestó Alice por Jazz.
-impresionante, Alice, tus visiones no fallan- me quedé sorprendida por estas cosas tan raras.
-lo sé, soy especial- dijo haciéndose la petulante, yo me reí por el termino que había escogido, ellos se unieron a mis risas.
-y Bella, ¿cómo es Edward?- me preguntó Jazz.
-¿no te contó Alice todo sobre él?, siempre habla hasta por los codos- me carcajeé, ella me envió una mirada asesina, yo le sonreí.
-no…esto…creo que no tuvimos mucho tiempo para hablar- susurró Jazz, Alice se sonrojó, ¡claro, tonta Bella!, son novios, es obvio que se debieron haber comido la boca solo parando para respirar.
-oh, bueno, él es tierno, increíble, simpático, amable, humilde…- yo tenía una lista infinita de virtudes de Edward, pero Alice me interrumpió.
-Bella, ya sabemos que estás totalmente enamorada de él, pero creo que Jazz no quiere oír tu lista- me sonrió Alice, ella sabía de mi lista, ya que tuvo que escucharla cuando nos conocimos.
-ops, lo siento, en fin, es el hijo de un duque que hace negocios con mi padre, vinieron aquí por una temporada y ahora estamos enamorados, pero se tuvieron que ir porque la hermana del duque murió y tenían que ir al funeral, ver el testamento, a los demás familiares, y todas esas cosas, él como persona es increíble, para mi es perfecto, te va a caer muy bien- le expliqué.
-si que estás enamorada- me dijo Jazz.
-ahora te entiendo- susurró Alice con un brillo peculiar en los ojos, Jazz le sonrió cariñosamente, que tierno era verlos, me gustaría poder estar con Edward ahora.
-eso me recuerda, Alice, Edward me escribió una carta- le comenté.
-¡¿en serio?!- preguntó emocionada- ¿la tienes acá?
-no, está en casa, después te la muestro, pero me dijo que volvía en una semana- ella comenzó a chillar.
-¡ay que emoción!, en mi sueño el primer día que venía Edward nosotros nos hacíamos mejores amigos- dijo contenta, aunque la verdad es que los tres lo estábamos.
-¡qué genial!, la verdad es que tus visiones son bastante útiles- le dije en plan de broma.
-claro, si yo soy una chica genial- yo rodé los ojos- menciona una persona, además de mi, que pueda ver el futuro mientras sueña- me dijo con una sonrisa maliciosa.
-está bien, lo acepto, eres genial- dije picada y cruzándome de brazos, Jazz solo se reía de la escenita que estábamos montando.
-les hecho una carrera- dijo de repente Jazz, tal vez Alice le comentó lo competitivas que éramos, siempre hacíamos concursos de cualquier concurso que se nos ocurriera.
-claro, de aquí hasta el río- les dije indicando una línea azul que se veía a lo lejos, sería difícil, pero divertido.
-claro- dijo Alice con una gran sonrisa.
-a la líneo de salida- dijo Jazz, me bajé del caballo, tomé una rama, marqué una línea con ella en la tierra y me volví a subir al caballo, nos pusimos los tres detrás de la línea.
-en sus marcas- dijo Alice.
-listos- dijo Jazz.
-¡fuera!- grité yo y los tres salimos disparados galopando hasta el río yo les llevaba ventaja por que era solo una persona en el caballo, en cambio ellos iban juntos y era más peso para el caballo, lo que lo hacía ir más lento.
-¡eso es trampa!- me gritó Alice que me estaba pisando los talones con Jazz.
-¿para qué aceptaste entonces?- le grité, agité las riendas y el caballo corrió más fuerte, seguí así hasta que llegué al río, estaba cansada y me dolía el trasero de tanto saltar en el caballo, me bajé de este y me tiré al suelo, estaba muy agitada, ellos llegaron al minuto más tarde- len..tos- dije apenas, ellos se rieron de mi estado, aunque estaban casi igual que yo.
-sabes…creo que…debemos descan...sar- dijo Alice recostándose a mi lado.
-bue…na ide..a- dijo Jazz sentándose a nuestro lado, comencé a respirar profundo para poder recuperarme, a los treinta segundos ya estaba como nueva.
-bien- dije parándome en seco, ellos me siguieron- fue bastante emocionante, hay que repetirlo algún día, pero hoy no- le sonreí.
-ya es hora de almorzar, creo que mejor nos vamos- dijo Alice, pero yo no quería que se fueran, la estaba pasando muy bien con ellos.
-no, los invito a almorzar en mi casa- les dije con una sonrisa amable.
-¿tus padres no se enojarán?- me preguntó Jazz.
-no, ellos no están, fueron a la ciudad a comprar unas cosas para arar los campos- dije como si nada.
-ah, en ese caso, ¡claro!- dijo Alice alegre.
-vamos- dije más entusiasmada, al menos no almorzaría sola, nos subimos a los caballos y regresamos a mi casa, cuando llegamos los invité a entrar y llamé a una de las criadas para avisarle que abrían dos platos más para el almuerzo. Los tres nos sentamos a disfrutar de n rato juntos como los amigos que éramos.
-esto está exquisito- me felicitó Alice.
-como si lo hubiera hecho yo- dije riéndome, ellos me siguieron.
-entonces, ¿dónde está la carta de Edward?- me preguntó Alice ansiosa.
-en seguido regreso con ella- me paré y fui a buscarla, luego volví con la dichosa carta y me senté- aquí tienes- le entregué el sobre a Alice, ella lo leyó atenta poniendo expresiones raras mientras leía.
-es muy romántico, ya sé como es físicamente por mis visiones y me imagino que será un gran hombre si tú lo escogiste- me sonrió amistosamente.
-Alice, solo esperemos una semana, él volverá y seremos los mejores amigos del mundo, todo perfecto- la tranquilicé, aunque la verdad es que ni en mí hizo efecto, yo no aguantaba más sin mi Edward.
-¿se la respondiste?- me preguntó Jazz con esa sonrisa tan tranquilizadora.
-sí, bueno, en eso estaba hasta que llegaron- le respondí.
-genial, ¿recuerdas eso de ir a la gran ciudad?- Alice cambió de tema.
-sí- dije algo dudosa por el asunto.
-pues prepárate porque nos vamos- dijo Jazz como si nada, estos estaban locos.
-¿y cómo llegaremos allá?- ellos me miraron como si fuera obvio.
-en uno de los carruajes de Jazz- chilló Alice emocionada.

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