viernes, 21 de mayo de 2010

Afortunada, parte VIII: "promesas" (2)


Después de un día malditamente estresante mi cabeza estaba a punto de estallar, como mi canción "no olvides" fue todo un éxito el público esperaba más de mí, por ende, yo tenía más trabajo, debía escribir no soo una canción, debía tener un repertorio completo para un cd. Todo pasó tan rápido, sin darme cuenta mi canción estaba en todas las emisoras, los canales musicales pasaban mi video cada vez que podían subiendo considerablemente su audencia, las revistas llamaban cada cinco minutos a la disquera y a mi representante para pedir entrevistas, al igual que los programas de farándula, ya tenía un fan club oficial con más de un millón de fans en todo el mundo, ¡y mi video llevaba con suertre cuatro días al aire!, según mi representante era por la emoción que encontraban en mi interpretación y además que la mayoría de las personas que la escuchaban se identificaban, todos han tenido alguna decepción amorosa...

Todo el estrés de estar grabando memos, dando algunas entrevistas, firmando autógrafos a cada persona que se me cruzaba, hicieron que mi mente y cuerpo colapsaran, al llegar a casa lo único que quería era acostarme en mi cama...Pero como allá arriba en el cielo hay alguien que me odia y le da ideas al cerebro de Edward para intrigarme, tentarme y refregarse en mi cara, la curiosidad de escuchar el sonido de una guitarra me guió hasta una habitación que estaba destinada unicamente a la música, donde guardaba todos los instrumentos con los que practicaba. Al llegar a la puerta pegué mi oído a esta sin querer interrumpirlo pero logrando escuchar lo que tocaba, y para mi sorpresa, cantaba.
 Comenzó con unos acordes de guitarra para luego acompañarlo con la voz- Se que has sufrido Pero, no quiero que te ocultes, Esto es frío y sin amor, Yo no te dejaré ser rechazada- sin poder aguantar las ganas de ver su rostro al escuchar su voz, y es que había estado todo un día extrañándolo demasiado, contra mi mente dejé que mis deseos ganaron y abrí lentamente la puerta, pero él, siempre tan perceptivo, se dio cuenta de inmediato, me miró con una sonrisa torcida y se acercó aún con la guitarra, mi guitarra, entre sus manos- hola, Bells- me saludó con un beso en la mejilla- no creo que te moleste que haya tomado tu guitarra.
-no, claro que no- dije examinándolo con la mirada.
-¿qué ocurre?
-¿qué tocabas antes de que llegara?
-una respuesta a tu canción- me guiñó el ojo y dejó la guitarra en el suelo.
-¿respuesta?- le pregunté sin creérmelo.
-respuesta, amor- quedé con los ojos como platos cuando me dijo así...Amor...Cuanto había extrañado que eso saliera de sus labios, y él lo sabía incluso mejor que yo, su pronunciada sonrisa lo delataba y mis nervios me delataban a mí, él estaba ganando, yo no estaba cumpliendo mi promesa, pero era tan difícil con él aquí, así, y lo empeoró incluso más cuando se acercó y tomó mi mano, ¿he mencionado las corrientes eléctricas más parecidas a descargas eléctricas masivas que me recorren cuando me toca?
-Edward...
-Bella- me interrumpió.
-Edward...
-shh, no sé por qué sigues con lo mismo. Aquí Bella- pusó la mano que no tomaba la mía en su pecho, más especificamente, en su corazón- tu estás aquí, llegaste y te incrustaste, nunca te podrás ir, siempre ocuparás mi corazón y lo llenarás con el solo hecho de respirar y yo sé que aquí- movió su mano desde su pecho al mío, justo en mi corazón- aún estoy, aunque tal vez haya dejado algunos destrozos en tu corazón, aquí estoy para arreglarlo, no me engañes Bella, no puedes engañarme, sé que pudiste legar a odiarme, pero sigues amándome...
-no puedes saberlo- lo interrumpí.
-lo sé- me respondió con toda seguridad- porque te conozco incluso mejor que a mi mismo, y sé que esa mirada que me dedicas esta ejos de demostrar odio, tal vez ya no es lo mismo, pero haré lo necesario, lo imposible, para que sea aún mejor que antes- movió su mano a mi cintura y se acercó un paso más dejándome involuntariamente deslumbrada, su mano que sostenía la mía la apretó levemente antes de soltarla y posarse en mi mejilla, acariciándola mientras se teñían de un color escarlata haciendo que casi automáticamente una sonrisa apareciera en su rostro- no sabes como te extrañé- susurró mirándome fijamente, ya no hacía falta hablar a un volumen normal, estábamos tan cerca que hasta podía escuchar su respiración y, tal vez me estaba volviendo loca, pero sentía sus acelerados latidos- creo que te haces una idea de lo que me estoy muriendo por hacer- volvió a susurrar rozando su nariz con la mía haciendo que soltara un suspiro. Definitivamente, había sucumbido ante sus encantos, pero lo que me sorprendió fue su reacción ante mi suspiro, estábamos tan cerca que mi aliento lo llenó, haciendo que su autocontrol flaqueara, me miró fervientemente buscando algo que lo detuviera, pero yo no tenía nada que decir en contra. Ante la desesperación ambos nos acercamos y chocamos nuestros labios en un ansioso beso, mis manos se engancharon a su cuello y a su pelo, sus manos ya estaban en mi cintura y en mi mejilla, así que solo me apretó contra su cuerpo haciendo que mis piernas se hicieran gelatina. Pronto sentí mi espalda contra la pared y su cuerpo más apretado contra el mió, además de su lengua delineando mis labios, lo cual me puso en un dilema, quería abrir mi boca y profundizar el beso, pero estaría rindiéndome. Poco duró este pensamiento, ya que al sentir como soltaba un jadeo a falta de aire no pude resistir el darle el paso libre, su lengua exploró mi boca como si su vida dependiera de eso, estábamos tan desesperados por recuperar el tiempo perdido que no podíamos parar siquiera a respirar, lo cual se estaba haciendo un problema ya que el respirar por la nariz me estaba agobiando, pero nada importó cuando sus manos bajaron hasta mi cadera y me alzó para que enredara mis piernas en sus caderas, lo cual hice de inmediato, para quedar a la misma altura sin que debiera agachar su rostro. Me volvió a apretar contra la pared y su cuerpo mientras yo lo abrazaba con brazos y piernas, era todo tan intenso que no me sorprendió que en un momento donde junté nuestras caderas ambos gimiéramos en la boca del otro, logrando prendernos más. Pero todo fue arruinado por el sonido de mi celular, el cual me volvió a la realidad, estaba practicamente comiéndome a Edward encima de él, en una posición bastante comprometedora, al parecer Edward había mandado al diablo la idea de esperar antes de quitarme la virginidad, ya que el beso no fue nada dulce, ni de su parte ni de la mía. En fin, como decía, me separé de golpe de él y bajé mis piernas escabulléndome de sus fuertes brazos.
-Edward- gemí ahora confundida con qué hacer.
-lo siento, de verdad no me pude resistir- me miró en verdad con preocupación, de verdad le importaba el presionarme y hacerme daño, lo que me derritió el corazón- Bella es que, diablos, eres la tentación hecha humana- dijo pasándose su mano por el pelo, despeinándoselo aún más de lo que yo había hecho- de verdad quise evitarlo pero, suspiraste y no sabes como te he extrañado y...- se desesperó al ver mi cara de nostalgia y confusión, mi celular aún sonaba, lo tomé de mi bolsillo y contesté queriendo zanjar el tema del beso.
-Bella, no sabes de lo que me acabo de enterar- dijo mi representante por el teléfono.
-¿qué pasó ahora?- dije con cansancio.
-pues que la disquera tiene un contrato con otro cantante que promete mucho, puede llegar a ser tu competencia Bella.
-¿qué?
-eso, sabes que no es fácil entrar así como así a la disquera pero según los rumores el chico es bueno.
-¿chico?, ¿quién?- pregunté.
-un tal Edward Cullen, no creo que lo conozcas, es un chico que viene de un pueblo, ¿cómo era?, Porks, Borks.
-Forks- le corregí yo.
-¡forks!, sí- ¡ja!, ¿cree que no lo conozco?, que cruel e inesperada puede ser la vida, miré a Edward quien analizaba mis reacciones, creo que sabía de qué hablaba, así que lo miré entrecerrando los ojos, ¿qué se traía entre manos?
-debo colgar, mañana hablamos.
-pero Bella...- colgué antes de que siguiera y guardé mi celular en mi bolsillo.
-bueno, creo que es mejor que me vaya a acostar, ya es muy tarde ¿no?
-Edward Anthony Cullen ¿qué diablos significa lo que acabo de escuchar?- le pregunté sin dar crédito a lo que recién mi cerebro estaba analizando.
-¿cómo voy a saber lo que acabas de escuchar?- dijo haciéndose el tonto.
-Edward- dije con la voz contenida apretando los puños a mis costados.
-Bella, mira, no te enojes, ¿recuerdas la respuesta a tu canción?
-¡Edward!- le reproché al muy idiota.
-calma, no he venido a quitarte la fama ni mucho menos, solo quiero demostrarte todo lo que te quiero, porque de verdad te adoro, y no se me ocurrió mejor forma que hacerlo, como tu me has demostrado tus sentimientos cantando...
-Edward- dije ahora suspirando.
-te dije que haría hasta lo imposible por recuperarte, además sé que te encantara la canción, mañana sale en las emisoras.
-¡¿mañana!?- le pregunté con sorpresa.
-no fue fácil, al principio no quisieron escucharme so de la disquera, pero presioné tanto que al final me dieron una audiencia de cinco minutos para demostrar lo que tenía, y pues quedaron bastante asombrados y como tenía la canción lista me hicieron grabar un memo de inmediato, hicieron algunas llamadas y en una hora ya estaba grabando la versión original de la canción, después de firmar un contrato que mi representante leyó antes de aceptar- dijo un poco nervioso ante mi reacción.
-¿representante?, ¿desde cuando tienes representante?
-ya sabes Bella, el mundo trabaja rápido y yo quería darte lo mejor, ¿qué mejor que dedicarte una canción que mañana será un éxito mundial?- me miró con una sonrisa sincera esperando a que lo golpeara o lo besara, en realidad, quería llenarlo de besos y abrazos por todo lo que había hecho, viajó hasta aquí, creó una canción para mí, consiguió un contrato con una disquera, todo para que lo perdonara, de repente el enojo se derritió dando paso a la ternura.
-Edward- dije ahora con una sonrisa.
-Bella, créeme cuanto te digo que no me cansaré hasta tenerte a mi lado de nuevo- volvió a acercarse y en un arranque de impulso me tomó por la cintura y me volvió a besar para luego susurrar en mi oído- y es que ya no te quiero, yo te amo, mi Bella- me dejó en estado de shock, como estatua mientras él se escabullía por la puerta...De verdad, Edward me mataría...Ya mató mi promesa, la verdad es que nunca la cumplí, "no dejar pasar más sentimientos", nunca dejé de amarlo, era imposible cumplir eso...Pero la duda de su promesa que no podía recordar me dejó intrigada, ¿qué me pudo haber prometido?

wow chicas, dos capítulos seguidos!!, ¿no será mucho?, y es que me escapé de la fiesta para venir a escribir un ratito ^^, aquí les dejo este super capi, super interesante y revelador, ¿nno adoran a este Edward que se la juega y hace todo x Bella?, yo soy igual que ustedes chicas, tengo la esperanza de que no todos los hombres sean idiotas xDD

No hay comentarios:

Publicar un comentario