viernes, 25 de septiembre de 2009

una eternidad perdida en tus ojos, capítulo 33: "inédito"



-Edward, ¡faltan 5 horas para que sea año nuevo!, ¡adiós 2008, hola 2009!- chilló Alice totalmente eufórica.
-aja- contesté sin hacerle mucho caso, ahora estábamos en Forks, nos habíamos cambiado de Alaska a este tranquilo pueblo, ya que allá estaban sospechando de nuestra naturaleza, pero no nos vinimos solos, los del clan Denali nos acompañaban, lo cual a mi me encantaba, me había hecho muy amigo de Eleazar, Carmen, Irina, Kate y Tanya, sobre todo Tanya, era una chica excelente. Nos mudamos a una casa gigante, parecía mansión, nuestros amigos se mudaron a una casa muy cercana a la nuestra, ahora Alice estaba muy emocionada con todo eso del año nuevo y bla Bla pero yo solo sé que es otro año, además aún tengo ese sentimiento de que algo me falta, algo muy importante…
-oh, vamos hermanito, esto es importante- me dijo Rose tratando de subirme el ánimo, Rosalie al principio parecía ser egocéntrica y caprichosa, pero después de conocerla bien es totalmente diferente, ella se había unido a nuestra familia, Carlisle la había convertido ya que había pasado una serie de eventos desafortunados… ella encontró a Emmet, lo estaba atacando un oso, Carlisle lo convirtió y desde ese entonces Rose y Emm están juntos.
-vamos, Edward, hoy pasará algo muy especial que te va a alegrar la vida- me dijo Alice con una sonrisa tierna y esperanzada, nunca había visto esa sonrisa en su cara, era especial, como si algo que faltaba lo recuperará.
-¿en serio?, ¿qué cosa?- dije curioso.
-tendrás que esperar a que sea año nuevo- me dijo con una sonrisa diabólica, esa si que la había visto en su rostro, traté de revisar su mente pero solo tenía una canción, when i see you smile de Bon Jovi- no entrarás en mi mente, Edward- me sacó la lengua como una niña pequeña, tal vez tenía que ver con Tanya- ni se te ocurra preguntarme si tiene que ver con Tanya mira que ahí si que te mato- me amenazó con una cara de ogro que me llegó a dar miedo, solo le hice caso y no hablé de nada.
-ven a ayudarme Edward, por favor- me pidió Rose.
-¿a qué?- le pregunté mientras caminaba hacia ella.
-necesito llegar hasta esa parte de la pared para sacar ese cuadro, pero no lo alcanzo- dijo frustrada.
-está bien- me estiré solo un poco y lo saqué con facilidad.
-gracias, hermanito- me sonrió feliz, podía ver en su mente cuanto se alegraba de tener a esta familia, ella siempre pensó eso desde que tuvo ese incidente con su ese chico cuando era humana.
-de nada- le devolví la sonrisa.
-Edward- escuché la voz de Tanya en mi oído, me abrazó por detrás.
-hola, Tanya- dije con una sonrisa en mi rostro, ella siempre tan tierna.
-bien, ¿preparándote para el año nuevo?
-ni te imaginas para lo que se tiene que preparar- le dijo Alice con una sonrisa mientras cambiaba de posición los sillones del living.
-¿a qué te refieres?- le preguntó Tanya a Alice.
-nada, nada, locuras mías- contestó sin más.
-vamos, Alice dímelo.
-no, quédense todos con la duda, no trates de entrar en mi cabeza, estaré todo el día con canciones…- se fue corriendo al jardín, dios este mounstrito no se cansa de dejarnos intrigados.
-Edward, podemos hablar- me dijo Tanya tomando mi mano.
-claro- le dije sentándome en uno de los sillones.
-Edward, esto es difícil de decir- se puso un poco nerviosa.
-lo que sea dímelo- se sentó a mi lado, tomó mi mano y me miró directamente a los ojos.
-es que yo, desde el primer día en que te vi, me enamoré de ti- lo soltó, yo me quedé con los ojos como platos, aunque pensándolo bien yo igual sentía algo por ella, Tanya se acercó rápidamente a mi rostro y me dio un delicado beso.
-Edward Cullen- gritó Alice haciendo que nos separáramos en menos de un segundo.
-bueno, me voy, nos vemos en la noche Edward, adiós Al- se despidió Tanya, aún estaba algo nerviosa.
-¿cómo puedes arruinar todo en un segundo?- me preguntó totalmente irritada.
-¿arruinar qué?- le pregunté enojado, odiaba no saber las cosas.
-todo- me chilló.
-¿qué pasa?- preguntó Esme entrando al living.
-Edward, mamá, eso pasa, Edward- suspiró Alice.
-¿qué pasó con Edward?- dijo ella, podía ver en su cabeza la confusión.
-nada, solo que tuve una visión y él arruinó todo.
-¿cambió la visión?
-no, Esme, pero sé que habrá más de un corazón roto- Alice comenzó a sollozar y se fue corriendo, dios que bipolar, Esme se quedó de una pieza mirando las escaleras, estaba tan o más sorprendida que yo.
-no te preocupes, ma, ya se le pasará- le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.
-¡NO SE ME PASARÁ!- chilló Alice.
-Alice, ya no serán doscientos invitados, hay que agregar a nuestros amigos de Port Angels- dijo Rose dando saltitos mientras entraba al living, en un segundo Alice comenzó a dar saltitos a su lado.
-ya se te pasó- afirmé con una sonrisa burlona.
-¿escuchaste algo Rose?- le preguntó Alice.
-solo un molestoso mosco- dijo ella despectiva, ¿Rose también lo sabía?, revisé en su mente, nada, estaba cantando la canción loba de Shakira.
-dios, esto es un delirio- suspiré.
-acostúmbrate- me dijo Alice con un tono cortante y siguió convirtiendo la casa en un ambiente de fiesta, esta sería, sin duda, una noche que todos recordarían, Alice, Rose y Esme hacían las mejores fiestas.
El tiempo pasó y ya estaba todo listo, la planta baja estaba convertida en todo un pub, habían sacado los muebles, la luz era tenue y de colores, había comida, algunos sillones dispersados, un bar abierto donde estaban Jazz y Emmet, Alice era la DJ, en una de las mesas habían copas ordenadas en una pirámide, cuando las llenaran comenzarían desde la punta y de ahí se irían llenando hacia abajo, todo estaba espectacular, de repente tocaron el timbre, eran los primeros invitados, Rose fue a abrir, ella estaba con un vestido rojo ajustado, con unos zapatos tacones aguja negros, se veía bastante bien, entraron casi todos los chicos del instituto, en el cual éramos muy populares, ya que intentábamos ser lo más amables posible para no asustar a nadie.
-hola Edward- me saludó Jessica.
-hola, Jess, ¿cómo estás?- le pregunté amablemente, la verdad es que Jessica me caía bien, no tenía nada en contra de ella, además su sangre no me llamaba mucho.
-bien, me voy a servir algo al bar, ¿quieres algo?
-no, gracias, estoy bien- le contesté, ella se fue al ver despidiéndose con una sonrisa.
-hermanito, no sabes lo que te espera.
-Alice- suspiré.
Las horas pasaron rápido, de las 10 ya eran las 11:50, faltaban diez minutos para que el 2008 acabara.
-hola, atención- dijo Alice parada en un pequeño escenario que habían construido, con un micrófono y luces- ya solo faltan nueve minutos para que termine el año, así que tomen a su pareja y prepárense para el beso de fin de año, recuerden que si la besan hoy justo cuando inicie el nuevo año será amor eterno, así que prepárense- todos comenzaron a aplaudir- música, Rose- siguió la música, fueron dos canciones de reggaeton, una la baile con una chica, creo que era una porrista, por mera educación, la otra la baile con Tanya, luego cortaron la música y Tanya se dirigió ha hablar con Irina- comenzamos con la cuenta regresiva- chilló de nuevo Alice, todos comenzaron a contar con ella- diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno- justo en ese momento una chica se me colgó al cuello y me besó, esos labios creí haberlos probado alguna vez, pero no era Tanya, era una chica totalmente distinta a ella, me siguió besando y yo le devolví el beso, no sé por qué, es que sentía la necesidad de responderle el beso, lo mejor de todo fue probar sus labios, algo increíble, me dejó adicto a ellos, eran demasiado viciosos, el beso pasó de ser dulce a ser apasionado, ella juntó su cuerpo con el mío, yo tomé su cintura y la apreté contra mí, seguimos besándonos, no entendía como ella no paraba a respirar, sabía que no era vampira, ya que sentía su sangre, la olía, aunque también sentía un poco de olor a vampiro, pero debe ser porque aquí adentro hay artos vampiros, la música siguió y nosotros aún no nos despegábamos, es que era imposible, increíble, no podía, pero de repente ella se separó de mí, comenzó a respirar aceleradamente, yo estaba igual, la miré por primera vez, era increíblemente hermosa, tenía algo especial que me incitaba a tenerla entre mis brazos y besarla, nuestros ojos se encontraron y yo me perdí en un mar de chocolate.

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