domingo, 13 de septiembre de 2009

una eternidad perdida en tus ojos, capítulo 29: "guerra" (contado por Edward)





-Edward, ¿cómo estás?- me preguntó Jasper.
-no muy bien- dije en un susurro, ya habían pasado unos cuantos meses desde que nos fuimos de casa, esto era un martirio, sin Bella ya nada era lo mismo, pero siempre me animaba el saber que pronto la vería, pero ahora estaba de lo más triste, ya que mi hijo había nacido y yo no había estado ahí para acompañar a mi Bella, estoy en este maldito lugar sin poder ver a mi familia. Volví a leer la carta que Bella me había mandado, no me podía creer que esto estuviera pasando, yo quería estar en ese momento.
Querido Edward:

Me alegra que estés bien, debo darte grandes noticias, amor, nuestra hija nació, sí, es una niña, con Alice la llamamos Samantha, me encanta ese nombre, la pequeña tiene muy buena salud, al parecer mi instinto materno no es muy válido, pero es hermosa, tan dulce, espero que llegues pronto para que podamos estar todos juntos, aquí todos están muy bien, te extraño demasiado, recuerda que te amo, cuídate mucho, cumple tu promesa, te quiero de vuelta aquí, dale saludos a Jazz, te amo.

Tu Bella.


La leí no sé cuantas veces, esto no podía ser real, me alegraba mucho que mi hija estuviera bien, sana, pero yo quería estar ahí, ser el primero en cargarla, pero eso no será posible, tal vez no la vea en años.
-Edward, calma, pronto volveremos, no te preocupes- intentó tranquilizarme Jazz.
-sí, eso creo- dije desanimado, justo en ese momento comenzó a sonar una sirena.
-nos atacan- dijo Jazz abriendo los ojos como platos.
-vamos- dije parándome.
-recuerda, entramos vivos…
-salimos vivos- completé, Jazz me dio unos golpecitos en la espalda y nos fuimos a la batalla, esta era como la centésima vez que peleábamos así, era demasiado riesgoso y yo debía cumplir una promesa casi imposible, mantenerme vivo en medio de una guerra.
-Edward, ve por ese lado, yo taparé el frontal derecho- me gritó Jazz, yo le hice caso, comencé a correr hasta el frontal izquierdo, preparé el arma que tenía en la mano, estaba listo para disparar hacia cualquier lado, miré a Jazz, pero justo en ese momento sentí que algo me punzaba en el pecho, era muy doloroso, vi que era, por mi pecho salía mucha sangre demasiada, al parecer me habían dado, el mundo me dio vueltas.
-Bella- susurré.
-Edward, ¡no!- gritó Jasper, pude sentir unos pasos hacia mi, vi quien era, mi amigo, pero justo caí al suelo, no podía más, pero debía cumplir mi promesa con Bella- Edward, resiste, ahí viene el médico- dijo Jazz sollozando.
-aquí estoy- dijo una voz desconocida, miré hacia donde estaba esa voz, era el médico, Carlisle creo que se llamaba, no estoy seguro, miré a Jazz, él estaba desesperado por que me ayudaran, Carlisle comenzó a hacer cosas alrededor de mi, lo único que podía sentir era dolor.
-calma, Edward, calma, pronto todo estará…- Jasper no completó la frase, ¿qué le había pasado?, lo miré y él estaba en el piso mirándome con dolor en los ojos, le habían dado al igual que a mi.
-no- dijo Carlisle- no se preocupen los salvaré- dijo seguro de si mismo.
-Bella, debo volver con Bella- era lo único que podía pensar, no podía dejar sola a Bella, no, no podía, menos ahora, ella me necesitaba, yo la necesitaba, mi hija me necesitaba, esto no podía estar pasando.
-calma, Edward- de repente siento que unos brazos fuertes y fríos alrededor de mi, luego vino una fuerte brisa, esto me causo más dolor en mi herida, pero no me quejé, después sentí algo blando debajo de mí.
-Alice- escuché la vos de mi fiel amigo a mi lado, abrí los ojos, Jazz estaba en una camilla, me di cuenta que yo también estaba en una.
-calma amigo, saldremos de esta- le dije seguro.
-chicos, tenemos pocos segundos- dijo Carlisle.
-¿qué pasa?- preguntó Jazz apenas con la herida.
-traten de olvidarse del dolor y concéntrense, si me demoro mucho será muy tarde- dijo con preocupación.
-está bien- contestamos los dos a la vez.
-por lo que veo alguien los espera fuera de esta guerra.
-al grano Carlisle- dijo Jazz con una mueca de dolor al tratar de incorporarse, al final se quedó acostado.
-les doy una opción de vivir, pero tiene su lado oscuro.
-¿a qué te refieres?- pregunté sine entender nada.
-da igual, con ver a Alice otra vez voy hasta el fin del mundo, solo quiero volverla a ver- dijo Jazz con los ojos fuertemente cerrados por el dolor, yo traté de incorporarme, pero el dolor me ganó, sentía la bala dentro de mi cuerpo, era horriblemente doloroso.
-Carlisle, nos da igual que precio pagar, si puedes hacernos vivir por más tiempo, hazlo, estamos locamente atados a dos chicas- dije conteniendo un grito de dolor.
-está bien, yo soy un vampiro- dijo de sopetón, eso era ir al grano.
-¿vampiro?- dije sin comprender.
-vampiro- repitió él.
-¿puedes convertirnos en eso?- cualquier cosa por volver a ver a mi amada, pensé.
-sí, pero hay algunas cosas que deben saber.
-¿cuáles?- dijo Jazz.
-primero, yo no bebo sangre de humanos, solo de animales, ustedes pueden escoger eso, en los primeros meses no se podrán acercar a un humano por la sed, después la podrán controlar, yo les enseñaré- nos explicó tan rápido que era difícil entenderle, pero comprendí lo que decía.
-¿no las podremos ver durante meses?- preguntó Jazz.
-da igual, con tal de que las volvamos a ver- le dije mirándolo fijamente, esta era un decisión complicada.
-hagámoslo- dijo jazz.
-entramos vivos…
-salimos vivos- completó.
-haz lo que tengas que hacer Carlisle.
-debo morderlos- dijo él, yo abrí los ojos como platos.
-¿en serio?- dijo Jazz.
-chicos, esto les dolerá, no saben cuanto, pero si quieren seguir vivos, en su caso, vale la pena- nos dijo.
-hazlo- dije.
-primero veré a Jasper, él se ve más complicado- me explicó, yo solo asentí.
-suerte amigo- susurré.
-no te escaparás de esta- me dijo con una sonrisa, yo se la devolví, Carlisle se acercó a su cuello, no quise mirar eso, cerré los ojos, peor no me pude tapar los oídos y no pude evitar escuchar los gritos de dolor de Jazz, de repente siento unas manos frías en mi cuello.
-¿está bien?- dije sin abrir los ojos, en lo que me había metido, pero todo por Bella.
-sí, ¿estás listo?- me preguntó con preocupación en la voz.
-sí- sentí algo filoso en mi cuello, debían ser los colmillos de Carlisle, sentí como se enterraban en mi cuello, fue tan doloroso que ya no pude reprimir un grito de dolor, después Carlisle se separó de mi cuello.
-traten de no gritar, o sino les dolerá aún más- nos explicó Carlisle, se notaba preocupado, ¿qué me esperaba ahora?

No hay comentarios:

Publicar un comentario