miércoles, 2 de septiembre de 2009

una eternidad perdida en tus ojos, capítulo 25: "Edward o Bella junior"



Nos sentamos todos en las hermosas sillas de la terraza bajo un cielo estrellado, la mesa iba a juego con las sillas, todas de madera y con detalles tallados, no podía acostumbrarme a tanto lujo. Las criadas llegaron al poco tiempo con la comida, al igual que todo el castillo, lujosa hasta no poder más.
-esto está exquisito- dije con una gran sonrisa, estaba tan feliz porque iba a ser madre… -me alegra, querida- dijo el conde.
-y, ¿cómo llamarás a tu bebé?- me preguntó Alice.
-mm- lo pensé, la verdad es que tenía algunos nombres pensados- depende.
-¿de qué?- me preguntó Edward.
-de si es hombre o mujer- respondí.
-mm, creo que será mujer- dijo Edward.
-nada de eso, será un mini Edward- dije con una sonrisa fraternal imaginándome a un pequeño niño con ojos verdes y pelo cobrizo.
-claro que no, será una mini Bella- me dijo Edward.
-Edward, mis instintos de madre me dicen que será hombre y se llamará Edward- le dije, aún con la sonrisa.
-¿instintos de madre?- me preguntó Alice divertida.
-claro, Alice, seré madre, tengo instintos- dije como si fuera obvio.
-diablos, se te están subiendo los humos a la cabeza con esto de la maternidad- dijo carcajeándose.
-claro que no Alice, y no me hagas rabiar, estoy embarazada- le dije con una sonrisa malvada, ella entendió al tiro el mensaje.
-Bella, no te aproveches de la situación, estás embarazada pero no enferma de muerte- dijo Alice. -chicas, calma- dijo Jazz.
-tú te callas- dijimos las dos a la vez.
-hey- dijo Jazz, Edward y el conde se rieron.
-Alice, mis instintos de madre me dicen que será un hombre- repliqué.
-tan terca como siempre, ¿qué pasa si tienes quintillizos?- me preguntó Alice.
-pues, todos serán hombres- dije cruzándome de brazos.
-eso es machismo amiga.
-claro que no, solo sé que será hombre- dije.
-Bella, eso no lo sabes, que recuerdes que solo yo tengo el instinto de la premonición- dijo Alice. -aquí vamos- suspiró Edward.
-pues yo tengo un instinto maternal.
-eso es solo una suposición, lo mío de vedad está comprobado- dios, Alice me sacaba de mis casillas.
-Alice, da lo mismo, yo solo lo sé- le dije.
-¿quieres apostar?- dijo con una sonrisa torcida.
-apostemos- dije devolviéndole la sonrisa.
-se arrepentirán de esto- nos advirtió Edward.
-tú no te metas- dijimos las dos.
-está bien, yo solo decía- respondió.
-¿qué apuestas?- le pregunté, ella sonrió maléficamente.
-si tu hijo es hombre yo deberé hacer todo lo que tú quieras durante un año entero- me propuso. -¿pero si tú ganas?- le pregunté.
-estás dudando…- dijo ella.
-claro que no, solo te preguntó que debería hacer yo en ese caso, que dudo que suceda.
-pues, lo mismo, pero al revés, deberás hacer lo que yo quiera, un tipo de esclava personal- dijo juntando los dedos de sus manos con una sonrisa que daba miedo.
-mm- dudé un poco.
-vuelves a dudar- dijo Alice triunfante.
-está bien, trato hecho- dije ofreciéndole mi mano.
-el trato está hecho- respondió ella tomando mi mano, yo rodé mis ojos.
-bien- dijo Edward sarcásticamente.
-bueno- dijo Alice cambiando totalmente su tono de voz, de diabólico y amenazante a tierno y fraternal- ¿qué nombre le pondrás si es mujer?, ya que al parecer nadie te saca de la cabeza que será un hombre y se llamará Edward.
-pues, me gusta el nombre Sofía, o también Melody- dije pensativa.
-me gustan- dijo Edward, yo le sonreí.
-me gusta Melody, es tan dulce, le diríamos Mel, ¡qué tierno!- dijo Alice con los ojos vidriosos. -hay no puedo esperar para ver a mi nieta corriendo por el palacio- dijo el conde.
-yo tampoco puedo esperar- dije alegre.
-¿podemos ir mañana a comprar las cosas para el bebé?- preguntó Alice.
-claro que no- contestó Edward.
-¿por qué no?- saltó Alice de inmediato.
-Bella no puede esforzarse- respondió él, Alice rodó los ojos.
-aquí vuelve el esposo sobre protector- dijo Alice suspirando, Edward le mandó una mirada asesina, yo me carcajeé.
-amor, creo que puedo caminar unas cuantas calles- dije para tranquilizar a Edward.
-sabes como es Alice, te hará recorrer cada tienda que encuentren- replicó él, yo hice una mueca, eso era cierto.
-pero es que quiero lo mejor para mi SOBRINA favorita- respondió Alice elevando la voz en la palabra “sobrina”, esta chica es peor que yo.
-será un Edward junior- repliqué de inmediato.
-ya, paren, ya hicieron la apuesta, ahora ese tema ya lo vimos, no vuelvan con lo mismo- suplicó Jazz.
-está bien, pero será mujer- dijo Alice, yo rodé los ojos.
-bueno, como Edward no me deja llevarte de compras- dijo mirándolo feo, peor él no se inmutó- podríamos arreglar la habitación del bebé- chilló contenta.
-Alice, aún faltan meses- replique.
-da igual, estoe s importante- me contestó ella.
-eres tan terca- dije.
-mira quien habla- dijo burlándose de mi, yo la miré mal.
-bueno chicas, es mejor que todos vallamos a descansar- dijo el conde.
-está bien- dijo Alice levantándose- buenas noches a todos, vamos Jazz- Alice tomó la mano de su prometido ayudándolo a levantarse.
-adiós, buenas noches- se despidió Jazz.
-buenas noches- dijo el conde, se paró y nos dejó solos, yo me paré y esperé que Edward se parara, pero no lo hizo, me tomó la mano y la tiró, haciendo que cayera en su regazo.
-hey, recuerda que estoy delicada- le dije con una sonrisa, él se carcajeo.
-te vas a aprovechar de la situación- me dijo hipnotizándome con esos hermosos ojos verdes. -claro, amor.
-te amo- susurró acercándose a mis labios.
-mm, ¿en serio?- le pregunté, aunque yo ya sabía la respuesta.
-sí, demasiado- contestó, puso sus manos en mi cintura y me acercó más a sus labios.
-yo también- susurré, no pude más, acorté la distancia que nos separaba y sentí sus labios otra vez, nunca me cansaría de esto, puse mi lengua en su labio inferior, entreabrí mis labios, nuestras lenguas se juntaron, disfrutando al máximo de ese increíble beso.

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