jueves, 17 de diciembre de 2009

una eternidad perdida en tus ojos, capítulo 58: "arreglando viejas amistades"


Toqué la puerta tres veces esperando a que alguien saliera, me gustaba la idea de volver a tener la amistad de Jacob, pero no sabía si sería difícil o no, ambos somos tercos, sería algo complicado, sobre todo viendo que él sentía cosas mayores a una simple amistad...
-Bella, ¿qué haces aquí?- me preguntó Seth, quien había abierto la puerta- wow, hace tiempo que no te veía, ¿cuánto, 80 años?- se carcajeó y me abrazó fuertemente.
-Seth, te he extrañado muchísimo, ¿cómo has estado, lobito?- le pregunté cuando me liberó de sus enormes y fuertes brazos.
-no me quejo, conocí a mi imprimación- comentó como si nada.
-¡en serio!, ¿cuándo, quién, dónde?- le pregunté contenta, cuando los conocí todos esperaban con ansias a su imprimación, se sentían solos en ese ámbito.
-hace diez años, es una chica increíble, te va a encantar, muy simpática- dijo con alegría, riéndose de mi entusiasmo.
-wow, es increíble, pues, tu ya debes saber lo que pasó con Edward- todo el entusiasmo se fue cuando recordé lo de Jacob.
-ah sí, el estúpido está adentro, ha entrado un poco en razón, él sabe que tú no eres su imprimación, pero es un tonto- se volvió a reír pero esta vez yo lo acompañé- pasa, ¿quieres algo?
-no gracias, estoy bien- entré a la casa, era pequeña pero acojedora, me gustaba- ¿y qué haces en la casa de Jake?
-tiene cable y comida, estábamos viendo un partido de fútbol comiendo doritos, tomando bebida, parecíamos cerdos sentados en el sillón gigante que tiene Jake en el living- ambos nos reímos, ya me los imaginaba al estilo Homero Simpson.
-Seth, tráeme una cerveza- el grito de Jacob le dio un vuelco a mi corazón, llegó la hora.
-párate, flojo- gritó Seth de vuelta.
-no bromees, esta es mi casa, mis reglas- ambos se rieron estruendosamente, Jake aún no se daba cuenta de mi presencia, nosotros estábamos en la cocina y él en el living, miré a Seth recogiendo una cerveza del refrigerador.
-¿no eran bebidas?- le pregunté con una ceja arqueada, él se rió.
-bebida, cerveza, ¿cuál es la diferencia?- se volvió a reírn y yo me uní a él.
-dámela.
-¿sorprenderás al gran lobo beta?- se rió del sobrenombre que le había puesto hace años a Jake, solo asentí y él me tiró la cerveza, la atrapé en el aire y caminé hasta el living, ahí estaba Jake, de espaldas a mí, sentado en un sillón enorme, con un paquete de doritos gigante viendo fútbol, hombres.
-¿deseas algo más?, ¿un masaje en los pies?- le pregunté tirandole la cerveza, él se dio vuelta mientras agarraba la cerveza, me miró de pies a cabeza y una sonrisa apareció en su rostro.
-¡Bells, Bellita, Bella!- gritó parándose de un salto tirando los doritos al suelo, me dio un gran abrazo del oso, demasiado fuerte- ¿qué haces aquí?- me preguntó cuando soltó su agarre.
-vengo a acarrear lobitos- me reí, él se rió conmigo- lo siento- dije ahora seria, él dejó de reírse y puso un dedo en mi boca.
-shh, yo te pido disculpas, fui un estúpido, no pensé en ti, tienes toda la razón, ¿qué iba a pasar cuando mi imprimación llegara?, no te podía dejar sola, solo me adelanté a algo que no debía ocurrir- me dio una sonrisa de esas que te llenan el alma, sacó su mano de mi boca y me dio otro abrazo, yo estaba pasmada, no creí que fuera tan fácil.
-¿quién eres y dónde dejaste a mi Jake?- dije en plan de broma, él se rió abrazándome más fuerte.
-le costó peor lo entendió, Paul le hizo un dibujito- Seth se rió a nuestras espaldas, Jake me soltó y nos pusimos a reír también- pero aún así no lo entendió, lo que lo hizo entrar en razón fue cuando lo actuamos, Sam hizo de Jake, yo de Edward, Paul de ti y Quil de la imprimación de Jake, los hubieras visto con peluca- se volvió a reír.
-¿en serio lo actuaron?- les pregunté con una sonrisa burlona.
-sí, eos me hizo entenderlo, aunque debo decir que fue una actuación bien pobre, los Quileutes, como actores, se mueren de hambre- dijo Jacob con una sonrisa de oreja a oreja.

Estuvimos la mayoría de la tarde gastando bromas, como los viejos tiempos, me hablaron de todos, Sam encontró a Emily, me dieron ganas de conocerla, se notaba una chica bastante simpática, Seth habló como por media hora de su imprimación, según él era una chica castaña de ojos azules, la decribió como la chica más maravillosamente linda del universo, fue tan tierno escucharlo hablar así de una chica...
-bueno chicos...
-no te vayas- me interrumpió Seth, me reí por lo ansioso que era.
-no me voy- Jake le dio un golpe en la cabeza a Seth, dios estos lobos parecían niños totalmente inmaduros, pero chistosos- hay algo que quería comentarles, es algo importante y bastante serio- cuando dije eso ellos dejaron de sonreír y me miraron atentos- ¿podemos hablar con toda la manada?- mejor decírselos a todos y ver si nos ayudaban o no.
-claro, vamos a casa de Sam, todos deben estar cenando, Emily es como nuestra madre y siempre nos cocina- me explicó Jake mientras se paraba del sofá, lo seguimos y salimos afuera- ¿te llevo?
-tengo piernas, lobito, yo soy más rápida que tú- le dije cruzándome de brazos.
-¿carrera?- preguntó Seth con una sonrisa malvada.
-carrera- contestamos Jake y yo al mismo tiempo, nos reimos y de la nada se convirtieron en dos lobos enormes, pero yo estaba acostumbrada.
-en sus marcas, listos, ¡fuera!- grité corriendo a todo lo que daban mis piernas, y eso era mucho, tomando en cuenta que podía ganarle a un vampiro, excepto a Edward, él si que era rápido, aunque siempre empatábamos...
-¿cómo lo haces?- preguntó Jake cuando volvió vestido entre los arbustos.
-cosas de semivampiro- respondí con orgullo finjido.
-eres rara- dijo Seth picado.
-oh vamos, ¿los lobitos están enojados, acaso no aceptan la derrota?- hice un puchero haciendo que ellos se rieran.
-vamos, nos tienes intrigados- dijo Jake entrando a la casa, era cais igual a la de Jake, pero un poco más grande, al entrar vi a todos los lobos, tan grandes como siempre, sentados comiendo, también había una chica, esa debía ser Emily, era bastante linda, al estilo pocahontas, tenía su encanto.
-hola- dije con entusiasmo, todos me miraron con la boca abierta, algunos con la boca llena de comida, me reí de la escena.
-¡Bella!- saltó Leah de su asiento, caminó hasta donde yo estaba y me abrazó.
-Leah, tanto tiempo- dije devolviéndole el abrazo.
-¡abrazo familiar!- gritó Jake y de la nada todos estaban abrazándome, estrangulándome, acalorándome.
-dios, salgan me asfixian- grité, todos se rieron, pero me soltaron, estaba sudando un poco- son tan calientes- me quejé sonriendo.
-cosas de lobos- dijo Jake riéndose.
-Bella, ¿qué quierías decirnos?- me apuró Seth sentándose en la mesa tomando una alita de pollo y llevándosela a la boca.
-¿de qué hablan?- preguntó Sam borrando la sonrisa de su cara.
-tengo que hablarles de algo importante- dije poniéndome seria.
-siéntate- dijo la chica que debía ser Emily, me sonrió- Emily, encantada- me tendió su mano.
-Bella, el placer es mío, me han hablado mucho de ti- dije con una sonrisa sincera, esta chica, como todos los lobitos, me daba mucha confianza.
-y a mí me han hablado de ti, eres una leyenda entre estos orangutanes- se rió y yo la seguí- ven siéntate, ¿quieres comer algo?
-no gracias- me senté y todos me siguieron.
-dale, Bella, habla- dijo Jake, que estaba a mi lado, apurándome.
-pues, ¿recuerdan a los volturis?- un gruñido grupal me respondió que sí- pues, yo me desuní de ellos, me vine aquí, encontré a Edward, ustedes saben la historia- todos asintieron- pues ellos creen que los Cullen me quieren retener con ellos como un arma, por mi don, creen que quieren derrocarlos de "su trono"- dije haciendo las comillas- y vienen aquí a matarlos y eso me incluye...
-¡malditos!- me interrumpió Seth golpeando la mesa.
-calma, Seth, Bella puede con ellos, su don es increíble- dijo Jake abrazándome por los hombros.
-ese es el problema, ellos tienen un arma secreta, Laurent, él es la única persona inmune a mi don, y además cuando me acerco a él me debilito, así puedo llegar a morir.
-¿pero por qué?- me preguntó jacob ahora serio.
-pues es algo complicado, su don solo me afecta a mí, no tengo idea por qué, pero es así, con mi familia estábamos viendo algunas tácticas de ataque, pero yo sé que ellos no se atreverían a venir si no tuvieran asegurada nuestra derrota, y solo con Laurent no la tienen asegurada, podemos llegar a vencerlos, pero yo los conozco, tienen algo, un arma, un nuevo integrante, un nuevo don, algo tienen que les asegura que nosotros perderemos- les expliqué tratando de ser explícita.
-entonces, ¿están perdidos?- preguntó Paul con preocupación.
-mmm, técnicamente, sí, pero tenemos una oportunidad.
-y esa es...-me interrumpió Seth.
-tener un arma sorpresa, algo que no se esperaban, que los tome desprevenidos, así tenemos más posibilidades.
-entiendo- dijo Sam asintiendo.
-pues esa arma sería...
-nosotros- susurró Sam en tono pensativo, hubo un silencio bastante largo hasta que todos emitieron un "ohh".
-no están obligados, yo seré siendo su amiga si es que lo encuentran demasiado peligroso, los entiendo, son una familia y no quieren que nadie muera ni mucho menos que nadie salga herido, es algo voluntario, sino buscaremos otra forma de defendernos, no es...
-Bella, lo haremos, por ti, por los Cullen, por vencer a esa bastardos- me interrumpió Sam con una sonrisa amable.
-obvio que lo haremos, los Cullen nos han ayudado en su momento y son buenas personas, no te dejaremos sola, además tenemos la oportunidad de matar unos cuantos vampiros- dijo Seth con una sonrisa de oreja a oreja.
-cierto, esto será pura diversión- dijo Jake con la misma sonrisa que Seth.
-pero sigue siendo algo voluntario, si hay algyuien que no quiera participar...- dejé la frase abierta pero nadie dijo nada.
-hablen ahora o callen para siempre- dijo Paul mirándolos a todos- bien, callan para siempre, ¿cuándo nos juntamos para ver todo?- tomó una alita de pollo y le dio un gran mordisco.
-mmm, tenemos tres días.
-entonces hoy mismo- dijo Sam cerrando la discusión.
-¿a las diez de la noche?- les pregunté con una sonrisa de victoria.
-claro, ¿dónde?
-vengo para acá y los guio- contesté parándome de la mesa, todos se pararon cuando me vieorn hacerlo- debo irme, arreglar los últimos detalles, Alice trata de ver lo que más puede mientras Jasper y yo debemos enseñarles las mejores técnicas para matarlos- dije a modo de explicación.
-bueno, nos vemos hoy en la noche, hasta encontes- dijo Sam, se acercó a mí y me abrazó, me despedí de todos con un beso en la mejilla y una abrazo y luego me fui hacia la casa de mi familia, ¡yupi, lo había logrado!, tenemos el arma secreta, ellos también,e stamos igualados, tendré que detener a Jane y a Alec para que no ataquen antes de la batalla, solo los dormiré, ellos fueron buenos conmigo, si, puedo hacer que se desmayen, o que queden inconscientes temporalmente, pero no que sientan dolor, a pesar de todo tengo que aceptar que ellos me cuidaron y me protegieron durante mucho tiempo, fueron my buenos conmigo, con algunas excepciones, pero la mayoría me apoyó bastante.
-Bella, ¿cómo te fue?- me preguntó Edward cuando entré a la casa, se veía preocupado, le dije que no se preocupara, pero claro, él igual lo hacía.
-me fue increíble, lo logré, los lobitos nos ayudarán- dije con alegría.
-que bien, ahora debemos ver todo lo demás- dijo Alice tomando su cabeza entre sus pequeñas manos, pobrecita, debe estar súper presionada.
-calma, con esto ya estamos mucho mejor, solo necesitamos practicar- dijo Jasper en tono pensativo.
-debemos encontrarnos con los Quileutes a las diez de la noche, yo los iré a buscar para guiarlos.
-bien, son las ocho, podemos irnos altiro al bosque para no perder tiempo, practiquemos un rato hasta que lleguen los demás- prpuso Emmet, se veía animado, contento, como si esto fuera algo bueno, aunque para Emmet pelear era sinónimo de diversión.
-vamos- dijo Edward tomando mi mano a modo de apoyo, asentí mientras salíamos hacia el bosque a toda velocidad, estaba lista para una sesión de golpes.
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