viernes, 11 de diciembre de 2009

una eternidad perdida en tus ojos, capítulo 55: "distanciados"


Llevó toda la maldita noche llorando, las malditas lágrimas no se acaban, ¡es increíble!, me voy a deshidratar, ni siquiera sabía que guardaba tanta agua en mi cuerpo... En fin, eran las cinco de la mañana y yo estaba aquí, en el suelo, patéticamente llorando, sollozando, gimiendo, ¡no sé que mierda le pasaba a mis inútiles sentimientos, pero estaba muy sensible, estaba totalmente imposible, pensaba en Edward y lloraba, veía mi plana panza y lloraba, volvía a pensar en Edward y seguía llorando, ¡estaba creando un lago en mi propia pieza!, necesitaba calmarme, ¡pero no podía controlar mis endemoniados sentimientos!, esto era un mierda de situación, necesitaba ayuda, estaba cayendo bajo, muy bajo, estab depresiva, ¡pero no me podían ver así!, sería totalmente patético, solo fue una pelea, una estúpida pelea, nuestra primera pelea, única pelea, primera vez que Edward me gritaba, y aquí venía otra vez, el maldito llanto me azotaba peligrosamente, las lágrimas recorrían mi rostro, debía detenerlas, necesitaba controlarme, lo intenté, solo una se me escapó, solo una, eso es mejor que un mar de lágrimas, mucho mejor, respiré profundo, debía terminar esto, lo más probable es que mañana Edward me pidiera perdón, yo también lo hiciera y terminaríamos toda esta estupidez con un lindo beso de reconciliación, sí, eso pasaría, nuestra primera reconciliación, se me escapó una sonrisa al pensar en eso, después de la tormenta llega el sol...después de las peleas vienen las reconciliaciones, se me ensanchó la sonrisa al pensar en nuestra reconciliación, comencé a fantasear, flores, besos, abrazos, chocolates, mmm, chocolates, tenía tantas ganas de comerlos, tal vez me creí tanto lo de que estaba embarazada que hasta me están dando antojos, un embarazo psicológico, genial Bella, ¡súmale más cosas a tu locura!, bien, por lo menos ya no lloro, eso es bueno, muy bueno, seguí respirando profundo, calmándome, me levanté del suelo y me recosté en mi gran cama, mi cómoda cama, ahora que lo pensaba estar tanto tiempo en el suelo hizo que me doliera la espalda, y llorar tanto me causó dolor de cabeza, los párpados se me caían involuntartiamente, el sueño me estaba llamando, Morfeo abría sus brazos invitándome a las novena nuve, mis almohadas de pluma me tentaban, hundiendo mi cabeza en ellas, sintiendo su suave textura, mi colchón tan cómodo, mis suaves sábanas, mi plumón de plumas, nunca me había dado cuenta de lo cómoda que era mi cama, el cansancio me venció, sin aguantar más cerré los ojos, no me importaba que fueran las tres de la mañana y solo durmiera cuatro horas teniendo de consecuencia unas feas ojeras y una horrenda jaqueca, solo quería dormir, olvidar mis preocupaciones, nada más, solo quería estar inconsciente, aunque fueran unas horas, sin más remedio, alcancé mi séptimo sueño sin ningún esfuerzo...
"cause I want it now
I want it now
give me your heart and your soul"
Comenzó a sonar la canción de Muse con la que tanto me obsesioné desde que con Edward llegamos a la tercera base, me dio tristeza recordar a Edward, pero me volví a controlar, ya estaba tomando práctica en esto, apagué la alarme y puse un poco de música en mi estéreo, necesitaba relajarme, la canción "easy" de faith no more llenó las paredes de mi habitación reconfortándome, como me gustaba esa canción, busqué algo para vestirme, azul, debía ser azul, a Edward le gustaba como me quedaba ese color, y si hoy sería nuestra reconciliación, pues tenía que estar linda, un vestido azul que se ajustaba en mi busto para luego caer hasta la mitad de mi muslo, con unas calzas negras y unas ballerinas azules que tenían una pequeña rosita de adorno, mi pelo, solo marqué las ondas, me puse un pequeño broche en el pelo tomándo solo un mechóna un lado, el broche era una pequeña y simple flor negra, combinaba perfecto, solo encrespé mis pestañas y apliqué un poco de brillo a mis labios ya que estaban un poco secos por las lágrimas, listo, vi mi reflejo en el espejo, me veía linda, simple y linda. Bajé a desayunar, no demoré ni cinco minutos, subí a cepillar mis dientes, arreglé mis cosas, cuadernos, todo eso, los metí en mi bolso, bajé tomando mis llaves en el camino, fui a mi auto, hoy no habría volvo que me llevara alo instituto, reprimí un suspiro, nada de deprimirse, subí a mi auto no sin antes apreciar mi jardín, el cual aún estaba lleno de esas hermosas flores azules que Edward me había regalado, mi mirada se dirigió por inercia al árbol donde estaban nuestros nombres en corazones, reprimí otro suspiro y antes de ponerme nostálgica aceleré a todo lo que daba mi increíble auto, casi me voy hacia adelante por la velocidad a la que partí, a los cinco minutos estaba aparcando en el estacionamiento, me bajé, cerré la puerta y puse el seguro, guardé mis llaves en mi bolsó y me apoyé en el auto esperando a que Edward llegara, digo, a que los Cullen llegaran. Comencé a cantar una canción en susurros, solo yo me escuchaba, a los cinco minutos el volvo y el convertible de Rose estaban estacionando justo al frente de mi auto, bien, por lo menos Edward no trataba de evitarme, eso era bueno, sí, por tercera vez reprimí un suspiro al ver como Edward salía de su auto, estaba tan o más lindo que nunca, ¿yo me vería tan bien como él?, imposible, esta vez no pude reprimir un suspiro, me sentía frustrada, bajé la vista al piso, si me quedaba aquí me iba a poner a llorar en menos de treinta segundos, debía correr al baño antes de que me saludaran, no quería hacer una escenita, sin pensarlo dos veces comencé a caminar a paso rápido hasta el baño, di gracias al cielo porque estaba cerca, me metí en él y me encerré en uno de los cubículos, me senté en la taza del baño y puse mis cabeza entre mis manos, mierda, mierda, mierda, ni siquiera pude mirarlo, ¿cómo podré hablarle?
-¿Bella?- la voz de Alice me sacó de mis pensamientos.
-¿si?- pregunté en un susurró.
-¿estás bien?- ahora fue Rose la que habló.
-creo- suspiré- que no.
-abre- las dos dijeron al mismo tiempo, volví a suspirar, ultimamente suspiraba mucho... Me paré y abrí la puerta, salí del cubículo y las miré con una mueca.
-estoy mal, no me gustó pelear con Edward- me sinceré.
-créeme a él tampoco, llegó super deprimido a casa y se encerró en su pieza, no quizo hablar con nadie- me explicó Rose.
-vi la pelea, al parecer los dos estaban un poco- alice dudó escogiendo la palabra- mmm, ¿sensibles?
-creo- suspiré.
-deben arreglar las co...- el timbre interrumpió a Rose, era hora de entrar a clases, mierda, trigonometría con Edward, m i e r d a !
-calma Bella, solo ve y espera a que él diga algo, sino tú toma las riendas del asunto y háblale, no tengas pánico, ni miedo, ni nervios, nada- Alice trataba de tranquilizarme, pero yo estaba como medio ida.
-Bella, vamos a clases, ¡despierta!- Rose me sacudió y yo solo asentí coo zombie para luego caminar hasta la clase, ellas me siguieron, o eso creo, cuando entré él ya estaba ahí jugando con su lápiz, cerré los ojos por dos segundos tratando de bajar mis nervios y luego los abrí, caminé hasta mi asiento y me senté, el profesor llegó al tiro, comenzó la clase y yo esperé a que Edward dijera algo...Cosa que no hacía, esperé minutos, nada, media hora, no, nada, una hora, me estaba irritando, una hora y media, faltaba media hora y yo no me podía concentrar en las clases, dios quedaban quince miseros minutos, ¡Edward me había ignorado!, ¡en serio me había ignorado!, quedaban cinco minutos, yo lo miraba cada diez segundos de reojo, él estaba atento a las clases, o por lo menos eso aparentaba, respiré profundo preparada para decir un simple hola, me aclaré la garganta un par de veces para que no me saliera un patético hilo de voz, pero justo cuando abrí la boca para hablar la campana me interrumpió, suspiré, ¿desde cuando el timbre duraba tanto?, rendida me paré, tomé mi bolso y me fui de ahí totalmente frustrada y desepcionada, esto era un asco.

Las clases pasaron así, Edward estaba tan cerca pero tan lejos a la vez, era horrible, ni siquiera me miraba, cada recreo iba a llorar al baño mientras Alice y Rose me consolaban, ahora tocaba el almuerzo, ¿también me ignoraría?, no lo sabía, pero ahora estaba haciendo la cola en la cafetería, cuando fue mi turno miré lo que me ofrecían, pude una cara de asco, me dieron ganas de vomitar con ver toda esa comida, ¿qué me pasaba?, a la mierda, compré solo un agua mineral, al parecer el apetito no era mi mejor amigo hoy. Caminé hasta la mesa de mis hermanos, ahí estaban todos, sí, estaba él, ni siquiera podía pensar en su nombre, triste, sí, patético, sí.
-Bella, ¿no tienes hambre?- me preguntó Emmet cuando me senté en la mesa, él tenía su infaltable sonrisa que me dio un poco de optimismo, por lo menso no todo era gris.
-mm, no, creo que no- dije insegura, de verdad no entendía que me pasaba.
-no es bueno que dejes de comer, Bells- me reprendió Jazz, que también estaba sonriendo.
-si como vomitaré lo que comí en la mañana, así que será peor, simplemente tengo náuseas, debe ser todo eso de la recaída, no estoy segura- contesté con un hilo de voz jugando con la botella de agua mineral que tenía entre mis manos, la abrí lentamente, tomé un sorbo y puse una cara de asco, las náuseas volvieron.
-creo que deberíamos hablar con Carlisle, hacerte algunos exámenes, tal vez no es una simple recaída- dijo Alice, yo levanté mis hombros a modo de respuesta, no me importaba mucho eso en este momento.
-podríamos hacer algo hoy, ir al centro comercial, despejarnos un poco- propuso Rose.
-paso- susurré, pero no fue la única, por primera vez en el día escuchaba la voz de Edward, me dolió bastante, sobre todo al saber que él también estaba desanimado, suspiré, me levanté de la mesa tomando mi solitaria botella.
-¿dónde vas?- me preguntó Jazz.
-no lo sé- contesté sinceramente, solo caminé hasta la salida y en el camino boté la botella casi llena en un basurero, salí e hice el conocido camino hasta el baño, será una semana larga...

Y sí que lo fue...
Martes, no hablamos.
Miércoles, no hablamos.
Jueves, no hablamos, pero me obligaron a comer, aunque cuando olí la pizza me dio bastante apetito...
Hoy era viernes, iba caminando hasta los camerinos de mujeres, acababa de terminar la clase, maldita clase, de gimnasia, estaba toda transpirada, me dui a bañar, dejé toda mi ropa en una banca y me envolví en una toalla mientras entraba a las duchas, me bañé tranquilamente, tratando de olvidar el hecho de que Edward me ignoraba, después de como media hora de baño salí envuelta con la toalla, me llevé una sorpresa cuando mi ropa ya no estaba ahí, genial, no estaba para bromas inmaduras, ¿qué hacía ahora?
-¿Alice?- grité rogándole al cielo para que uno de mis hermanos estuviera ahí afuera- ¿Rose?, ¿Jazz?, ¿Emmet?- no me atreví a decir el otro nombre, simplemente no pude, y ahí estaba yo, solo con una toalla cubriendo bastante poco de mi cuerpo, solo lo necesario, con el pelo goteando, totalmente irritada.
-¿Bella?- maldición, esa no era la voz que quería escuchar, bueno, en realidad, era la voz que más he querido escuchar toda la semana, pero no en esta situación.
-mmm, ¿Edward?- pregunté insegura, tal vez me estaba imaginando cosas.
-Bella, ¿estás bien?- no, no era mi imaginación.
-mmm, pues no mucho- cinco segundos después Edward estaba abriendo la puerta de los camerinos con una cara de preocupación que me derritió el corazón.
-¿qué ocurre?- me preguntó mirándome de arriba a abajo y arqueando una ceja, ¡dios, como extrañaba que hiciera eso!
-pues, mi ropa desapareció- se me escapó una sonrisa de lo estúpida de la situación, Edward soltó una risita mientras se acercaba unos pasos hacia mí, de repente la puerta se cerró ruidosamente sobresaltándonos a los dos.
-¿qué diablos?- murmuró Edward mientras iba hacia la puerta a velicidad vampiro, trató de abrirla pero estab trancada, de repente se escuchó una fuerte carcajada, maldición, conocía esa risa.
-no saldrán de ahí hasta que arreglen sus cosas- gritó Alice mientras Emmet se volvió a reír y Jazz lo acompañaba, ¡diablos!
-Alice, para de bromear y abre la puerta- gritó Edward un poco irritado.
-no bromeo, Edward Anthony, ¡arregla tus problemas o sino se quedarán ahí para siempre!- volvió a gritar Alice, Edward suspiró rendido, la verdad es que no me imaginaba mi reconciliación así, pero será...por lo menos esto va a ser una reconciliación, ¿cierto?

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