lunes, 15 de marzo de 2010

Afortunada, parte V: "etapa del enamoramiento" (3)


Suspiré al ver el reloj de mi velador. Las dos de la mañana y no podía pegar un ojo.
No sé que me pasaba pero no tenía sueño, desde las once de la noche que estaba postrada en mi cama buscando algo que hacer. Más o menos a las doce se me ocurrío un pasatiempo, simplemente me dedicaba a pensar en mi vida. Bueno, me dedicaba a pensar en Edward, pero era lo mismo, ya que él era mi vida, duh! ¿Qué estaría haciendo el ahora?, lo más probable es que durmiera...
¿Sería muy desubicado si lo despierto para dormir juntos? No es que fuéramos a hacer algo, solo quería dormir, no quería tener ojeras en la mañana. Además, estoy segura que con él consiliaría el sueño, pero ¿no se molestaría por arruinarle sus horas de sueño? No lo creo, o por lo menos, no espero que así sea.
Sin pensarlo por más tiempo, ya que estoy segura de que me arrepentiría, me dispuse a salir de mi pieza tratando de evitar el ruido. Di tres pasos hasta llegar a la puerta de en frente, o sea, la habitación de Edward. giré lentamente la perilla y abrí aún más lento la puerta. Entré de puntillas y cerré la puerta.
Caminé hasta la cama de mi lindo novio y lo observé, ¿cómo explicar esta visión?, él iluminado a la luz de la luna, respirando acompasadamente, se veía tan tierno durmiendo plácidamente, tan tranquilo, tan...Vulnerable. Definitivamente se me quitaron todas las ganas de despertarlo.
Volví a suspirar y con un encogimiento de hombros me di media vuelta para regresar a mi pieza, soportaría el imsomnio. Pero me sorprendí al sentir que alguien tomaba mi mano y me detenía, quise sonreír y a la vez enojarme, sabía que era Edward, estaba feliz ya que no dormiría sola, pero ,diablos, lo había despertado. Me volví a dar vuelta para quedar en frente de él, quien me miraba con una sonrisa torcida.
-¿qué haces en mi pieza a mitad de la noche?
-pues- me mordí el labio pensando en si decirle o no, en realidad no sabía cómo reaccionaría si le decía si es que podía dormir con él, no era algo raro ¿no?, es decir, solo llevábamos una semana juntos y yo había insistido en darle mi virginidad, pero esto se trataba solo de dormir ¿no?- pues, es que no podía dormir, creo que estoy con insomnio y me preguntaba si...- me detuve por segunda vez- si...- mi labio la estaba pagando por mi culpa, en cualquier momento me sangraría. Decidí solo soltarlo, tal vez solo estaba exagerando con su reacción- ¿puedo dormir contigo esta noche?- lo miré casi rogándole para que no se negara, su sonrisa se agrandó, cosa que me sorprendió, pero inevitablemente se la devolví.
-¿no es uno de tus planes para seducirme?
-no, claro que no, amor, ¿crees que me paso conspirando contra ti en mi tiempo libre?- dije con falsa indignación que él, por supuesto, no se creyó. Me hizo hueco en su enorme cama corriéndose más al centro, yo me metí sin dudarlo acurrucándome contra su pecho. De inmediato su aroma me llenó, era tan apeteciblemente relajante, una combinación de cosas que ni siquiera existían, era tan único, solo era Edward, su escencia.
Sentir cómo sus brazos me rodeaban en forma protectora fue tan encantador, estaba segura que desde esta noche ya no podría dormir sin él. Sin sentir su respiración, sus latidos al estar contra su pecho, su calor por tal cercanía, su protección, que aunque no sea visible, la sentía hasta poder palparla, Edward era muy sobreprotector conmigo, cosa que adoraba.
Sin posponerlo más me entregó a los brazos de Morfeo, o más bien, a los brazos de mi novio, hoy mis sueños serían tranquilos.
Dicho y hecho, esa noche dormí como un bebé. En la mañana los rayos de luz que se colaban por la ventana me despertaron, al abrir los ojos me encontré con Edward aún en el mundo de los sueños, ahora pude apreciarlo mucho mejor, anoche la luz de la luna no era tan potente como la de este sol matutino, pude fijarme en la pequeña sonrisa que se formaba en la comisura de sus labios. Ver su piel que casi brillaba contra el sol hizo que no pudiera evitar acariciar su rostro, aun estaba entre sus brazos, muy cerca de él, así que no fue difícil elevar mi rostro hasta su altura y repartir pequeños besitos por su frente, su nariz, sus mejillas y finalmente, la meta del recorrido, su boca. Un suspiro se me escapó de entre los labios al sentir de nuevo los suyos, no es que nos hayamos separado por mucho tiempo, pero unas horas ya eran bastante para mí, y al parecer para Edward también, ya que a los segundos me estaba respondiendo el beso con entusiasmo, pero sin profundisarlo, solo disfrutando del roce entre ellos y del cosquilleo que producia en mi estómago. Sus manos me apretaron aún más contra él, se dio vuelta quedando con la espalda pegada a la cama y conmigo encima de su pecho, haciéndome más fácil el trabajo de besarlo.
-buenos días- susurré tratando de que se entendiera entre nuestros besos. Cuando por fin nos separamos nuestras miradas se encontraron haciendo que me perdiera entre esos orbes que me hacían fantasiar cada vez más, que me mareaban al tratar de descubrir cuál era su verdadera tonalidad, que, ahora con el sol, era un verde más claro que el normal.
-¿podríamos dormir así todos los días?, no sabes cómo me gusta despertar con tus besos- volvió a juntar nuestros labios en un beso más lento, más relajante, me mareé casi tanto como cuando me pierdo en sus ojos.
-yo no tengo ningún problema- le contesté cuando comenzó a bajar sus besos por mi mandívula, pasando por mi cuello, quedándose en mi garganta, haciendo que olvidara de qué venía la conversación.
-entonces te mudarás aquí- susurró contra mi cuello, no pude evitar estremecerme al sentir su aliento erizar mi piel. Traté de retomar el hilo de lo que hablábamos. Mudarme...pieza...Edward...mmmm, sus labios recorriendo mi cuello...dormir en su cama...quedarme en su pieza, ah!, que me mudara aquí para poder despertar todos los días a su lado, ¡cómo negarme a eso!, aunque de todas formas no pude responder, ya que sus labios se movieron hasta mi clavícula, recorriéndola en toda su extensión.
-Bella, Bella, ¿estás aquí?- Alice comenzó a golpear la puerta arruinando todo el ambiente de romanticismo que habíamos creado, Edward suspiró contra mi hombro haciéndome estremecer, me incorporé quedando a horcajadas encima de él, salí de la cama y caminé hasta la puerta para luego abrirla y encontrarme con la sonrisa picarona de Alice- no estás en tu pieza- comentó casualmente mientras me pasaba el teléfono inalámbrico- te llaman.
-¿quién?- le pregunté ignorando sus otros comentarios.
-no te lo vas a creer cuando contestes- dijo y sin más se fue cerrando la puerta tras de sí, yo me giré sin tomarle en cuenta y volví a sentarme en la cama dándole la espalda a Edward.
-Isabella Marie Swan, si no estás en tu pieza dónde estás, niña por Dios!- oh no, no, no, ¿esto es un sueño?, ¿aún estoy en los brazos de Edward durmiendo plácidamente?, giré mi cabeza para encontrarme con Edward, no, mi imaginación no era capaz de generar tanta belleza junta, pero entonces, ¡qué diablos!, ¿estaba confundiendo la voz o qué?- Bella respóndele a tu madre- no, no la estaba confundiendo, mi querida madre estaba en la otra línea hablándome, ¡pero ella estaba inconsciente en un hospital!, ella estaba al cuidado de Carlisle, estaban en coma con mi padre por el accidente, ¿o tal vez todo esto era un sueño?, no, de nuevo recordé, yo no tengo tanta imaginación, pero cómo mi mamá está hablando por teléfono si está inconsciente. Abrí los ojos como platos, tal vez estoy loca, ¡diablos, tanto amor me está volviendo loca!- amor, contéstame, ¿estás ahí?- su tono ya no era como un reto, ahora era más dulce pero yo aún estaba en shock. Sentí que Edward tomaba mi mano, lo miré de nuevo y él moduló un simple "¿qué?", una simple pregunta que no podía responder, ¡mi mamá que se estaba muriendo me estaba hablando por teléfono!
-mmma....ma...¿mama?- pude pronunciar al fin esas simples sílabas, pero aún anda encajaba para mí.
-así es querida, tu madre es invencible, ni siquiera la muerte la alcanza- se rió haciendo que mi histeria creciera.
-¡mamá!- dije ahora con alegría, ¿cómo era posible?
-Bella, diablos, que estás lenta, hija. Claro que soy tu madre, ahora respóndeme, ¿dónde estás si no es en tu pieza?- su tono volvió a sonar amenazante pero yo no le tomé atención, tenía dudas más importantes que aclarar.
-¡mamá!, ¿estás bien?, digo, estás consciente, y...y... ¿y papá?- mis palabras eran simples balbuceos, pero no me pueden pedir más, esto no pasa todos los días.
-ambos estamos bien, hija. Depertamos del coma hace dos días, le pedimos a Carlisle que no te dijera nada para que esto fuera una sorpresa- se volvió a reír con alegría, pero yo aún seguía shockeada.
-¿esto?
-estamos tomando un avión, ¿adivina a dónde?
-¡mamá, estás recién despertando de un coma y vas a viajar!- ¿alguien podía explicarme qué estaba pasando?
-calma, solo tengo algunas cicatrices y nada serio, Carlisle nos dio permiso y les manda saludos, en fin, llegaremos pronto, espero que tengan todo ordenado y nos esperen con un rico almuerzo, tu padre y Esme también mandan saludos, debo colgarte, ahora solo estamos haciendo una parada, ya hemos viajado unas cuantas horas. Cuidate mucho, ah!, y Alice me dijo que tenías algunas novedades, espero que sean buenas, ya me contarás por qué ahora no estás en tu habitación, ¡Bye!- mi madre colgó dejándome a mí con la boca abierta y sin creérme la reciente llamada, ¿mis padres vienen aquí, con Carlisle y Esme?
-Bella, ¿qué pasa?, ¿quién era?- me preguntó Edward preocupado por mi expresión, pero no pude responder ya que un demonio entró a la pieza gritando y dando saltitos de alegría, Nessie estaba saltando en la cama de Edward, con pijama y todos los pelos desordenados, y gritando "¡papá y mamá vienen, papá y mamá vienen, papá me llamó, papá y mamá vienen!" unas cien veces y con un tono insoportablemente agudo.
-¿en serio vienen?- llegó de la anda Emmet con solo una toalla amarrada en su cadera y goteando, evidentemente, recién bañado.
-¡papá y mamá vienen, papá y mamá han despertado, ahhhh!- Ness volvió a gritar como una auténtica lunática.
-amor, para el griterío- dijo Jake entrando a la pieza seguido por Rose, quien Emmet abrazó haciendo que no tocara el suelo y que a él casi se le cayera la toalla, estuve muy cerca de un trauma, pero eso se me olvido al ver a Jazz tratando de controlar a Alice que venía casi cómo un huracán gritando, ¡mis padres vienen también!
Enterré la cabeza en mi almohada, mierda, esto significaba, Charlie, Renné, Esme y Carlisle en la casa con nosotros, o sea, va a ser tiempo de que Eward y yo nos presentemos oficialmente como novios. ¡No estaba lista!, la verdad es que no me preocupaba por mis suegros...Me preocupaba por sus suegros. Tal vez Charlie quisiera ahorcarlo, al fin y al cabo, es el primer chico que presento como mi novio, no sé cómo reaccionará ¡Y Renné!, tal vez le regalé un condón a Edward, cosa que no nos vendría mal, ¡pero sería peligrosamente vergonzoso!...Mejillas, prepárense para alumbrar a todo el pueblo como un arbolito navideño.

Nota de Autor: lo siento por no haber subido ayer, pero es que como se corto la luz no pude cargar mi notebook :/, al final se me hizo tarde y Morfeo me envolvió demasiado fuerte entre sus brazos, cúlpenlo a él no a mí! :P

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