lunes, 28 de junio de 2010

Afortunada, parte parte IX: "cayendo en tus trampas" (2)



previamente...
-Bella, no me puedes dejar así- me suplicó Edward acariciando mi mejilla y luego mi brazo lentamente, casi caigo, pero soy más fuerte que eso.
-Edward, por algo Dios creó las duchas frías, buenas noches amor- le di un casto beso en los labios y me fui corriendo a mi pieza, tratando de aguantar la risa, pobrecito, pero una pequeña venganza no le hace mal a nadie, además, haría las cosas más...interesantes.
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(narra Edward =D)


Había pasado casi dos horas mirando el techo desde que me desperté, ya eran las diez de la mañana, y después de haberlo meditado, aún no podía creer que Bella me haya rechazado ayer, ahora sabía cómo se sentía ella, pero por lo menos yo lo hacía con una buena razón, en cambio, Bella...No sé por qué lo hace ella.
Después de unos minutos de carcomer mi cabeza, decidí bajar a tomar desayuno, mi estómago ya estaba alegando por no haber comido nada ayer por la noche, pero no podía culparme, Bella me dejó estupefacto.
Me dio igual el estar solo con unos pantalones de algodón, el ambiente estaba bastante calurosos así que solo bajé. Al llegar a la cocina, para mi gran desilusión, estaba vacía, debo reconocer que tenía las esperanzas de que Bella estuviera aquí y que tal vez su autocontrol flaqueara un poco...Que iluso ¿no?, caminé hasta el refrigerador y saqué una caja de jugo para luego servirme en un vaso, luego saqué unos cereales de chocolate que sabía que a Bella le encantaban, no pude evitar sonreír mientras leía la caja y veía el infantil dibujo de esta.
-Edward- dijo una Bella asombrada, vale decir, petrificada en la puerta de la cocina, mirándome de arriba a abajo, sin poderlo evitar, mi sonrisa se agrandó, tal vez su autocontrol si flaquearía, como el mío lo estaba haciendo, Bella estaba con un short de seda negro con una camiseta de tirantes de la misma tela que hacía que su piel se viera aún más cremosa y muy apetitosa. Y ahí estábamos los dos, babeando el uno por el otro, ¡por qué Bella se empecinaba en hacernos sufrir así!
-Bella- la llamé haciendo que ella dejara de mirar mi torso desnudo y nuestros ojos hicieran contacto visual, puede sonar exagerado, pero había extrañado esos ojos.
-Edward- repitió ella pero con un poco más de decisión.
-¿cómo dormiste?- le pregunté mostrando una sonrisa cordial para entablar algún tema, pero ella se quedó con la mirada perdida, no sé si me miraba o no, pero tenía una cara como de "tonta enamorada" pero como si estuviera hipnotizada, no sé, algo difícil de explicar...
-bi..bi...e..en- me respondió tartamudeando un poco, lo que me pareció increíblemente tierno. Por alguna razón que no sé se sonrojó y bajó la mirada para luego ir al refrigerador y sacar algo para desayunar.
-Bella- la volví a llamar ya que estaba un poco ida.
-¿si?- me preguntó sin levantar la mirada, me levanté de la silla mirando como ella se servía leche en un vaso, me puse detrás de ella y le susurré al oído.
-¿por qué no me miras?- tuve la satisfacción de sentir como se estremecía, puse una mano a cada lado de la mesa juntando aún más mi pecho con su delicada espalda.
-¿de qué hablas?- susurró sujetándose de la mesa.
-mírame- volví a susurrar en su oído.
-Edward, no...
-mírame- la interrumpí y ella suspiró dándose la vuelta, enfocó sus ojos en los míos y me sostuvo la mirada, eso era lo único que quería, sentir como mis piernas flaqueaban por perderme en ese mar de chocolate que me envolvía y me cautivaba- no era tan difícil ¿o sí?- le pregunté acariciando su mejilla causando un suspiro de su parte, Bella cerró sus preciosos ojos y mi atención viajó a sus carnosos labios, mi tentación, mi perdición, lo único que deseaba ahora. Sin pensarlo demasiado me acerqué a ella, deteniéndome a no más de un centímetro de sus labios, sintiendo como nuestras narices se tocaban y como Bella aguantaba la respiración, disfrutando de esos segundos previos antes de llegar al paraíso, donde siente la impaciencia de llegar luego, pero sientes una sensación envolvente de alegría, eso era lo que sentía, pero nada se le acercaba a sentir sus labios sellarse con los míos.... Sin  más demora cumplí nuestros deseos y junté nuestros labios, encontrándome con el calor de su boca y degustando su sabor, tan exquisito que te hacía querer más y más, te desesperaba, como ahora yo me sentía... Desesperado... Busqué una forma de sentirme más cerca de ella, la apreté entre la mesa y yo, apreciando sus curvas contra mi cuerpo, sintiendo sus manos viajar de mis hombros a mi pelo y enredarse en él, disfrutando de esa sensación de sus dedos jugando con mi cabello, disfrutando de sus labios contra los míos, ambos ansiosos de sentirse más unidos, sintiendo como su cuerpo encajaba con el mío, sintiendo entre mis manos su delicada cintura...En un movimiento de puro instinto tensé mis manos entre su cintura y la subí al mesón para que quedáramos a la misma altura, y también para disfrutar de la sensación de sentir sus piernas rodear mi cintura, el ambiente se estaba poniendo más denso, necesitaba aire pero más la necesitaba a ella, y ahora que lo notaba, no solo necesitaba sus labios, la necesitaba completamente, necesitaba que Bella fuera mía de todas las maneras en las que he soñado. 
-Edward- jadeó Bella separándose un poco, buscando aire, nuestros labios aún se tocaban, y nuestros ojos estaban conectados, necesitaba sentirme más unido a ella y podía ver en sus ojos que no era el único que lo necesitaba... Tanteando el terreno, viendo si Bella no me detendría, mis dedos vagaron por su cadera y luego se colaron por debajo de su polera, por fin sintiendo la suave textura de su piel, mis manos no se pudieron quedar tranquilas, viajaron a su plano estómago, mientras yo trataba de encontrar algún signo de arrepentimiento de mi Bella, pero muy contrariamente, un suave gemido salió de sus labios, haciendo que mi autocontrol desapareciera. Sin aguantar mis impulsos rasgué su polera y junté nuestros labios juntando nuestros torsos, el de ella semidesnudo, disfrutando del contacto de nuestra piel. Para mi agrado y sorpresa, Bella comenzó a tocar mi torso, deteniéndose en cada cuadradito, como si los contara, suspirando en mi boca, volviéndome loco.
-vaya, vaya, ustedes no pierden el tiempo- Bella me empujó lejos de ella de inmediato al escuchar esa voz... la voz de mi inoportuna hermana, Alice... Le dije que me llamara antes de venir.
-¡Alice!- gritó Bella entre enojada, sonrojada, sorprendida y alegre, tratando de taparse.
-oh vamos Bella, te he vestido desde que tenemos memoria, no te preocupes porque te vea en ropa interior...y tú hermanito, me dijiste que las cosas no estaban muy bien, pero por lo que vi, todo está de maravilla- Alice me miró con una ceja escéptica y con sus manos en sus caderas.
-Alice, ¡por qué trajiste tantas cosas!- escuché la voz de Emmet afuera, o no, no, no, por favor Dios no.
-¿Emmet?- preguntó Bella bajando del mesón y abriendo los ojos como platos al ver entrar a su hermano, seguido de Rose, y luego Ness y Jake, y por último Jasper, ¡qué era esto, ¿un comité?!
-wooow, Alice, ¡no me digas que los interrumpiste!- Jacob se empezó a reír a carcajada limpia mientras Emmet se ponía rojo...creo que esa era la señal para salir corriendo.
-Edward Anthony Cullen- dijo entre dientes mirándome con los ojos entrecerrados.
-¿qué hacen todos aquí?- preguntó Bella poniéndose adelante de mí con sus manos en sus curvilíneas caderas.
-bueno, yo vine porque soy la representante de Edward, Rose y Nessie te extrañaban demasiado y querían felicitarte en persona y Jazz, Emmet y Jacob no pueden estar sin sus princesitas por más de 24 horas- explicó Alice dejando a Bella estupefacta.
-¿Alice es tu representante?, debí imaginármelo, ¿qué otra persona en el mundo podría hacer tantas cosas en tan poco tiempo?
-si, si, Alice es increíble, ¿a dónde nos quedaremos?- preguntó Jacob paseándose por la cocina, mirando todo impresionado- esto está increíble, ¿cuánto ganas Bells?
-que inoportuno Jake- le contestó Bella mirándolo con los ojos entrecerrados.
-hey, ¿así tratas a tus visitas?- una sonrisa perfecta apareció en el rostro de Jacob y Bella no pudo evitar respondérsela.
-Bella, hermanita- comenzó Emmet acercándose a mi Bella, se sacó su polera y se la entregó para que no estuviera semidesnuda en medio de la cocina- tenemos que hablar, aún no te he dado ESA charla- dijo mirándola fijamente haciendo énfasis en la palabra "esa", no pude evitar rodar los ojos.
-Emmet, estás loco- Bella se puso la polera y le quedaba enorme, pero se veía sexy, ya que al tener solo ese short la polera lo tapaba, pareciera como si solo tuviera la polera, dejando sus largas y cremosas piernas sin obstáculos para mi deseosa vista.
-hey, Romeo, deja de mirar así a mi hermana, un poco de decencia ¿no?- me dijo Emmet obligándome a correr la mirada.
-pues, bueno, Bella por qué no nos muestras la casa- dijo Nessie tratando de suavizar el ambiente.
-claro, vamos- Bella dio media vuelta quedando en frente de mí, me guiñó un ojo, tomó mi mano y nos guió hacia las escaleras...No sé que esperar de esta visita, solo sabía que estaba demasiado, mmmm, frustrado.

2 comentarios:

  1. uuu x fin, si lo sé me demoré, pero chicas...yo tambn tengo vida :), hago lo q puedo ;)

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  2. holaaa,,nose si te acuerdas de mi soy alexandra la del fotolog q tmb tenia nove jeje ,,bueno alo q iva ... Me he leido en una dia la novela ii esta preciiosa,,no tienes mas capis?? o cuando subiras mas?? esq simplemente .... ME ENCANTA!!! ,,bueno aver si me hago una cuenta aqi ,, sino esq la tengo ya ii no me acuerdo,,xauu..

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