miércoles, 10 de marzo de 2010

afortunada, Parte IV: "amigos con ventaja" (2)


Me esperté con una sensación de bienestar, al abrir mis ojos vi el sol entrar por la ventana, el día era hermoso, como todos los días aquí en esta increíble playa, me dirigí hacia la ventana y la abrí de par en par, respiré profundo disfrrutando de la brisa marina, me encantaba el paisaje de las olas chocando contra la arena, no sé por qué pero tenía un buen presentimiento de hoy, sería un lindo día, lo sabía. Con mis ánimos por el techo me dirigí hacia mi baño y preparé mis cosas para una relajante ducha, que fue muy efectiva, se preguntarán por qué tanta. bueno, ayer con Edward casi nos besamos, eso quiere decir que le gusto, o por lo menos me encuentra linda, ¿no?, además ayer Alice levantó sus pulgares, eso era más que suficiente para mí, el plan iba increíble. Después de la ducha me dirigí a mi armario, hoy me quería ver linda, el amor me estaba afectando, pero me encantaba, al final escogí unos jeans pitillo rojos y una polera de tirantes blanca, me puse unos aros a juego, encrespé y delinee mis pestañas, me apliqué un poco de lipgloss, me peiné dejando algunas ondas más definidas que otras y ¡gualá!, toda un nueva Bella, para darle un toque final a mi tenida, mis siempre confiables y hermosas converse, como amaba esas zapatillas. Al terminar ordené mi bolso negro, lo crucé en mi pecho y bajé las escaleras con un aire risueño, ¿mencioné ya lo feliz que estaba?
-Bella, te ves linda hoy- comentó Alice mientras yo entraba en la cocina, todos estaban sentados en la mesa esperando a que Alice trajera los huevos revueltos que cocinaba en el sartén.
-gracias, buenos días, ¿cómo durmieron?- les pregunté tomando un vaso de la alacena y el jugo del regrigerador.
-bien- contestaron todos al unisono, me sente en el único asiento que estaba desocupado, ya que al lado de Jazz luego se sentaría Alice, quedé ubicada al lado de Edward, cosa que agradecí al destino.
-Bella, ¿recuerdas lo que te dije del café, donde podías tocar?- me preguntó Alice sentándose en la mesa y dejando el sartén en medio para que todos pudieran comer.
-sí- dije con la esperanza saliendo a flote, tal vez mis presentimientos eran ciertos y de verdad este será un gran día.
-pues hoy habrá micrófono abierto, te anoté para que puedas cantar, ¿qué te parece?
-fenomenal, gracias Alice- le regalé la más radiante de mis sonrisas y ella me la devolvió.
-¿cuál de tus canciones tocaras?- me preguntó Nessie.
-yo nunca he escuchado ninguna- protestó Alice.
-ni yo- dijo Rose.
-nadie excepto yo, Emmet y mis padres las ha escuchado, ya que Bella solo toca en casa- explicó Nessie.
-pero son muy buenas, no sé como puedes cantar tan bien cuando nadie de la familia lo hace- dijo Emmet devorándose un trozo de pan con huevo.
-hey- exclamó Nessie cruzándose de brazos.
-oh, vamos, te he escuchado en la ducha, como cantante te mueres de hambre- se burló Emmet.
-entonces, ¿qué canción?- Nessie cambió de tema.
-mmm, hay una nueva que aún falta terminarla, pero creo que puedo tenerla para hoy en la noche- contesté media ida, pensando en qué le agregaría a esa canción que había creado solo para el amor de mi vida, Edward, auque él no lo sabía, por supuesto.
-Bella, ¿te irás conmigo a clases?- me preguntó Edward con sus orbes verdes fijos en los míos.
-claro- le contesté con una sonrisa, que ganas tenía de besarlo, pero debía aguantarme y tragarme mis ganas.
-vamos se nos hace tarde- dijo Jake parándose y dejando su plato en el lava vajillas, todos lo seguimos y luego caminamos hacia la puerta, salimos y nos separamos llendo al auto que nos correspondía no sin antes despedirnos, claro. Edward abrió mi puerta, siempre tan caballeroso haciendo que las mariposas volaran revoltosas por mi estómago, susurré un suave "gracias" para luego entrar en el auto, ya estando adentro encendió el motor y arrancó el auto, igual cada vez que me subía a su auto, revisé su colleción de cd's, seleccioné uno de "keane", hace mucho tiempo que no los escuchaba, lo puse y comenzó a sonar la canción "bedshaped", como me gustaba esa canción.
-no sabía que escribieras canciones- comentó mirándome intrigado, yo le sonreí en señal de afirmación- ¿de qué tratan?
-pues de muchas cosas- lo reflexioné antes de seguir, pensando en mis canciones, una en especial, mi favorita, dedicada a él- siempre con cosas que he pasado, situaciones que me marcan, o sentimientos que no sé como expresar, entonces los pongó en el papel- por ejemplo, el que te ame en secreto es un buen tema para una de mis canciones, pensé para mí. Me miró aún más intrigado, yo no pensaba que eso fuera interesante, pero al parecer a Edward le parecía interesante mi retorcida mente.
-eso es...profundo- me reí de su comentario.
-cualquiera puede escribir una canción.
-no lo creo.
-es fácil, solo debes sentirlo, pensar a quién o qué se lo dedicas, por qué lo escribes, luego tratar de pasar lo que sientes a las palabras, hacer que suene melódico, buscar un buen ritmo, y listo, una canción aficionada- miré el camino mientras esperaba su respuesta.
-no aprecias realmente tus talentos, es difícil si quiera poder descubrir tus sentimientos y mucho más poder explicarlos en una canción- dijo haciendo que yo volviera a mirarlo, me sonrió y yo le devolví la sonrisa- eres muy injusta contigo misma.
-no es verdad- dije sin poder creer que él me estuviera diciendo eso.
-Bella eres increíble, no hay que ser un genio para ver eso, eres una de las pocas personas que he encontrado interesante y verdadera, y eso es mucho decir. En realidad no te ves a ti misma como eres en verdad, una chica increíble que no solo es linda por fuera, es hermosa por dentro- inevitablemente me sonrojé encontrando un nuevo tono de rojo, bajé la mirada con una sonrisa de tonta enamorada en la cara, ¿es que acaso podía ser más tierno?
-eso quiere decir que irás a verme hoy- le pregunté volviendo a alzar la vista, mordiendo mi labio esperando su respuesta.
-no me lo perdería por nada del mundo- me contestó con esa sonrisa torcida que hacía que dejara de respirar y que mi corazón comenzara una carrera frenética refregándome mis sentimientos en la cara.
-no te arrepentirás- le devolví la sonrisa y el me quedó mirando más tiempo del que una persona normal demora en apreciar una sonrisa, como toda una adolescente me volví a sonrojar y bajé la mirada escuchando como él carraspeaba y volvía a mirar el camino. No pude evitar el suspiro que se me escapó, dios estaba tan enamorada de este hombre, por ende, cuando él me miraba así yo me derretía hasta lo más profundo de mi alma.
-¿Keane?, hace tiempo no lo escuchaba- dijo cambiando de tema, sonreí al recordar que por eso lo había escogido, ahora sonaba "somewhere only we know".
-me gustan- dije con un poco de nerviosismo en mi voz, de verdad nos estábamos comportando como todos unos adolescentes.
-son buenos- gracias a dios llegamos al estacionamiento de la universidad, si seguía en ese auto no respondía por mis actos. Edward volvió a abrir mi puerta educadamente, yo le agradecí con una sonrisa y ambos comenzamos a caminar hasta nuestra facultad lo más cerca que podíamos pero siendo discretos.
-¡Edward!- dijo Tanta saludándolo con la mano.
-Tanya- respondió él pero sin dejar de mirarme, ¡ja!, trágate eso Tanya Denali, ahora Mi Edward solo tiene ojos para MÍ. Mi sonrisa se enanchó y casi automáticamente la de Edward también, juro que estuve a punto de besarlo, pero llegamos a la puerta de nuestra sala, decidí ser más rápida que Tanya y acaparar a Edward.
-¿te sientas conmigo hoy?- le pregunté con un pucherito, él de nuevo se quedó mirando más tiempo del necesario mis labios y yo, por enésima vez, casi lo beso de nuevo.
-claro- me contestó poniendo su brazo alrededor de mi cintura, ya estaba que hiperventilaba, tuve que recordarme como caminar para poder seguir el paso de Edward, nos sentamos en una de las últimas filas, bastante apartados de los demás, la clase comenzó y yo no podía pensar en otra cosa que no fuera Edward, quien aún tenía su brazo alrededor de mi cintura y además, quien tampoco tomaba atención a la clase, nos mirábamos a sabiendas de que el otro también lo hacía, pero cuando nos descubríamos, apartábamos la mirada, era estúpido, pero una tierna estupidez que me estaba haciendo morir por besarlo, ¡qué me pasaba!, ni que tuviera quince años, se supone que soy ya una adulta, debo controlar mis sentimientos, ¡pero uién podría lograr hacerlo!, sobre todo con Edward, era imposible controlarse a su lado, sobre todo al ver que él tampoco podía controlarse mucho.
-¿me prestas un lápiz?- ok, no sé por qué diablos dije esa estupidez si tenía como diez lápices en mi bolso, pero solo quería volver a escuchar su voz y fue lo primero que se me ocurrió. Él me sonrió a modo de afirmación, sacó su brazo de mi cintura y buscó en su bolso, inmediatamente extrañé el calor de su cuerpo pegado al mío, ¡por qué tuve que pedirle el maldito lápiz!, me hubiera quedado disfrutando de su cercanía. En fin, Edward me pasó el lápiz con esa sonrisa torcida que tanto revolucionaba mis homonas, yo lo acepté devolviéndole la sonrisa, ¡ni siquiera pude escuchar su voz!, que desperdicio, veamos, ahora cómo me puedo acercar a Edward tratando de ser discreta, piensa Bella, piensa. ¡Se me prendió el foco!, ojalá funcione. Di un bostezo tratando que no saliera sobreactuado, susurré un casi imperceptible "tengo sueño" y apoyé mi cabeza en su hombro, ¡dios, por favor si me quieres, haz que Edward me abrace!, él soltó una risita pero, ¡gracias a dios!, pasó su brazo de nuevo por mi cintura y me pegó más a su costado, tuve que reprimir la sonrisa para seguir con mi papel de "tengo sueño", por favor que se lo haya creído, aunque por lo menos había logrado estar aún más cerca de él de lo que antes estaba, ¡bien hecho, Bella!, un suspiró se nos escapó a ambos al mismo tiempo, luego lso dos reímos tratando de que el profesor no nos atrapara, conclusión, Edward sacaba a la luz mi lado de quinceañera más inmaduro, pero me encantaba.
Las otras clases siguieron igual, ni Tanya, ni Ryan, ni nadie consiguió separarnos, parecía que hubiéramos estado pegados, aunque eso no me molesto en absoluto, por supuesto, me encantó. Cuando acabaron las clases caminamos hasta el auto y como siempre Edward me abrió la puerta, ya me estaba acostumbrando a esto, no podría volver a vivir sin su caballerismo ni su encanto, ¡ni sin él!
-¿qué vamos a escuchar?- me preguntó Edward adivinando lo que haría, revisar su colecció de cd's, le dediqué una sonrisa y él me la devolvió, me quedé observando sus ojos, esos orbes verdes que podría identificar en cualquier parte, esos ojos que tenían tantos matices de verdes combinados que me mareaba el solo querer contarlos, también estaba su sonrisa, esa que podía iluminar a todo el universo sin ningún esfuerzo, pero Edward me interrupió volviendo la mirada al volante y sacudiendo la cabeza, ¡diablos!, nos habíamos quedado mirando por un tiempo más largo de lo normal otra vez, ¡y por qué digo diablos!, yo diría ¡gracias Dios, yo también te quiero!, esto de estar enamorada me estaba gustando mucho, sobre todo la parte de ser correspondida, o por lo menos eso era lo que yo creía, ¡pero si éramos tan obvios!, bien bella concéntrate en buscar un maldito cd, veamos, coldplay, the killers, keane, radiohead, Muse, ¡muse!, tenía unas ganas enormes de escucharlos, puse el cd y comenzó la canción "time is running out", ¡una de mis canciones favoritas!
-tenemos casi la misma colección de cd's- comenté mirando los demás- excepto este- tomé entre mis manos un cd de los éxitos de debussy- me encanta claro de luna.
-es mi favorita, sé tocarla en piano.
-¿en serio?, yo también.
-¿en serio?- me preguntó con sorpresa, en serio, teníamos mucho en común.
-podíamos tocar a dueto- le propuse con la esperanza de pasar más tiempo con él.
-claro, pero no debías terminar la canción para hoy- ¡la canción!, se me había olvidado que tenía que tocar hoy.
-cierto- murmuré volviendo toda mi atención a la canción.
-¿pero te falta mucho?
-no, o sea, está lista.
-entonces, ¿por qué quieres cambiarla?
-pues, no lo sé, no se si será buena- contesté con la inseguridad en cada palabra.
-si la hiciste tú, por supuesto que lo será- me sonreió dándome valor, yo suspirpe y me mordí el labio- ¿miedo escénico?- me preguntó con una sonrisa tierna en su cara- yo solo asentí- no te preocupes, lo harás bien.
-gracias.
-ya llegamos- apagó el motor y se bajó del auto, luego abrió mi puerta y me ayudó a bajar. Caminamos hasta la puerta y entramos la casa estaba vacía, Edward dejó su bolso encima de uno de los sillones y yo lo imité.
-¿quieres ir a tocar algo en el piano?- le pregunté con un pucherito, el segundo pucherito que hacía en el día para él y había provocado los mismos efectos, se quedó mirando mis labios más tiempo del debido y yo olvidé como respirar, ¿cuánto más iba a tener que aguantar sin sentir sus labios en los míos?, pues no lo sé, pero ahora debía seguir con el plan, con todo mi esfuerzo y mi fuerza de voluntad me alejé de él, tomé su mano y caminé hasta la sala de música, ya en ella me senté en el banco del piano, me giré para mirarlo y con una sonrisa lo invité a acompañarme, él aceptó mi invitación al instante, se sentó a mi lado y me miró esperando a que comenzara a tocar algo. Suspiré. Mis manos se comenzaron a mover casi como si tuvieran vida propia, sonreí al notar como el melódico sonido de claro de luna llenaba la habitación, pronto Edward se unió a mí, pero en un tono menos agudo, sonaba bastante bien a dueto, seguimos tocando hasta que escuchamos unos aplausos atrás de nosotros, nos dimos vuelta y nos encontramos con los chicos viendo el espectáculo.
-tocan de maravilla- dijo Alice acercándose a felicitarnos.
-gracias- contestamos los dos al unisono, nuestras miradas se encontraron y una sonrisa involuntaria se nos dibujó a ambos, claro, este hecho no se le pasó a Alice, a ella nunca se le pasaba nada.
-Bella debemos ir a arreglarte para tu gran noche- dijo Rose animada.
-¿gran noche?
-duh, ¿en qué mundo estás hermanita?, ¿acaso no recuerdas que hoy vas a cantar en el café de la esquina?- dijo Nessie y yo volví a la realidad, ¿qué me hacía Edward para hechizarme de esa forma?
-cierto- dije medio ida, ¿pero qué me pasaba?, Edward me pasaba.
-vamos- me apuró Alice.
-vamos- susurré mirando a Edward mientras me alejaba, él me regaló una sonrisa reconfortante y yo solo sentí como mi corazón se aceleraba, ¡parecíamos unos tortolitos!
La tarde se me pasó volando, ¿cómo lo logré siendo que las chicas me arreglaron sin parar?, pues pensé en Edward y en cómo reaccionaría con la canción que estaba escribiendo, sí, unas dos horas y media pensando en lo mismo y sin aburrirme, ¿cuántos suspiros abré dado al pensar en sus ojos, su sonrisa, ¡su todo!?, no lo sé, pero sé que fueron muchos.
-Bella, ¡qué te pasa, estás demasiado ida!- se quejó Ness poniendo sus brazos en la cintura.
-está en el mundo del amor con Edward Cullen- dijo Rose con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡díganme que no se ven tiernos los dos juntos!- chilló Alice retocando un poco mis ondas.
-sí, se ven tan lindos los dos, escuché que en la universidad eran como piel y una, ¡Bella Edward se está enamorando de ti!- Nessie comenzó a dar saltitos por la habitación y yo solo me reí nerviosamente, no quería que sacaran conclusiones por adelantado, pero me gustaba soñar con que eso era verdad...

nota de autor: en el próximo capítulo la canción y lo que todas esperan!!!

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