martes, 15 de diciembre de 2009

afortunada, parte I: "otoño" (2)


en el capítulo anterior:

-Bella, eres mucho mejor que todas esas putas, él solo quiere el camino fácil, sabe que tú no serás fácil- me explicó, suspiré, me apoyé en su pecho de nuevo- Bella, ni siquiera se merece que pienses en él, será mi mejor amigo, pero es un maldito mujeriego, un mino caliente, sácatelo de la cabeza, no te merece, tú encontrarás a alguien que de verdad valga la pena- suspiré contra su pecho, Jake tenía razón, pero una cosa era decirlo y otra hacerlo…

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La fiesta fue divertida, conseguí algunos números telefónicos de amigos de Alice y Rose que practicamente parecían modelos, debía darles las gracias cuando todo esto terminara. Ahora estábamos echando a todos los invitados que aún quedaban, y eso que eran las siete de la mañana, sí, la fiesta fue todo en existo, quedaban unos diez que aún no se habían ido, casi todos se fueron entre las cinco y las seis, pero aún quedaban los parranderos que estaban totalmente borrachos, pero cuando traspasaban la puerta ya no eran nuestra responsabilidad.
-uf, al fin se fueron, menos mal no quebraron nada, Esme me mata si algo desaparece- dijo Alice sentándose en uno de los sofás.
-mmm, creo que tomé mucho vodka- dije poniendo mi mano en mi frente y comprobando que tenía fiebre además de la horrible jaqueca y las ganas de vomitar. Me senté en el sillón más largo que había, en realidad me acosté. haciendo que el vomito se fuera provisoriamente.
-vaya hermanita, si que te soltaste, y eso que no te gustaban las fiestas- dijo Nessie mientras se acostaba en la alfombra del living, Jake también se sentó ahí, poniendo la cabeza de Nessie en su regazo y acariciando su cabello.
-si que sí, pequeño demonio, ¿a cuántos modelos engatuzaste?- me preguntó Emmet en tono burlón, cerré los ojos, Emmet hablaba muy fuerte y hacía que me doliera más la cabeza, le enseñé el dedo y él se carcajeó fuertemente- toda una rebelde, hermanita, espero que aún seas virgen- se siguió riendo pero ahora también estaba carcajeándose Jasper, ¡gracias por apoyarme!, nótese el sarcasmo.
-dejen de hacer tanto ruido- abrí los ojos como platos al escuchar esa voz, Edward había desaparecido con esa chica, alias putita, no los vi en toda la noche, traté de o preocuparme por eso, pero es casi imposible.
-¿qué pasó, Eddie?, ¿acaso el chico playboy tiene resaca?- se volvió a burlar Emmet, cerré los ojos de nuevo, no quería escuchar los detalles de "su exaltada noche".
-¿o estás sexualmente frustrado?, tal vez esa chica, ¿cómo se llamaba?- le preguntó Jasper.
-mmm, no estoy seguro, sé que me lo dijo pero la música estaba muy fuerte como para escucharla- esa excusa es la peor que pudo haber dado, todos sabíamos que el estúpido finjió escucharla mientras tocaba su trasero y se imaginaba en las mejores poses con ella, asqueroso.
-por favor, esa excusa te la enseñé yo, inventa las tuyas- dijo Jake riéndose, abrí los ojos de nuevo.
-hey, se supone que dejaste la etapa de mujeriego en celo- le reproché tiréndole una almohada en la cara, todos comenzaron a reirse, excepto él y Edward, claro, se sintieron identificados con el sobrenombre.
-claro que lo dejé, por mi Nessie yo haría cualquier cosa-dijo Jacob mientras miraba a mi hermana con un brillo especial en los ojos, no pude evitar sonreír por esa imagen de película.
-si, si, ya sabemos que amas a mi hermana, pero Edward- Emmet dio vuelta la cara hacia donde estaba parado Edward, mirándolo con esa cara que decía "me voy a reír de ti"- ¿cuándo dejarás esa etapa, querido Eddie?- una sonrisa burlona apareció en su cara, Emmet y sus preguntas.
-me gusta mi vida- contestó el sin inmutarse mientras se sentaba en uno de los sofás. Claro que le gustaba ahora su vida, pero no le gustara mucho cuando tenga herpes o sida...
-debemos comenzar a limpiar y...- el teléfono interrumpió a Alice en su momento de organización, se paró yu caminó hasta el teléfono inalámbrico, lo tomó y comenzó a caminar de nuevo hacia el sofá mientras contestaba- hola, residencia Cullen- dijo con su voz de soprano sentándose al lado de Jazz- sí, con ella- silecio, Alice hizo una mueca- ¿del hospital?, ¿pasó algo?-deben estar buscando a Carlisle por alguna emergencia- sí, los conozco- mm, tal vez no era lo que creía, ¿habrá pasado algo?- no- susurró abriendo los ojos como platos, como si le hubieran dado la peor noticia que podían darle.
-¿qué pasa, Ali?- le preguntó Jazz abrazándola por los hombros, pero ella estaba como en shock, todos la quedamos mirando esperando una respuesta.
-sí, estaremos ahí en unos minutos, claro- su voz se quebró, hubo otro silencio y luego colgó, todos quedamos expectantes mientras ella respiraba profundo- Reneé y Charlie- dijo en un hilo de voz bastante bajo, se me hizo un nudo en el estómago cuando dijo los nombres de mis padres- cuando regresaban de la ópera se les atravesó un camión de carga, el conductor estaba adormilado- explicó demasiado rápido para mi pobre cerebro que se negaba a reaccionar.
-¿cómo están ellos?- preguntó Emmet con tristeza y preocupación en su tono de voz.
-están en coma- respiró profundo tres veces- inconscientes- murmuró.
-no- dijo Nessie minetras empezaba a llorar desconsoladamente apoyada en el pecho de Jacob, yo no podía reaccionar a esas palabras, mis padres no podían estar inconscientes, no, no podían, comencé a sentir algo caliente recorrer mi rostro, lo toqué con mis dedos, eran lágrimas, las lágrimas salían silenciosa y constantemente, ni siquiera me daba cuenta de que estaba llorando, solo lo hacía, no podía controlar las lágrimas, no podía controlar nada de mi cuerpo, era como si solo estuviera mi cuerpo, mi mente estaba en el hospital con mis padres.
-Bella, ¿estás bien?- me preguntó Edward mientras se sentaba al lado mío y me sacudía suavemente los hombros, yo no respondí, en otro momento estaría disfrutando de que Edward se preocupara por mí, pero ahora solo quería enterrarme viva, ¿Reneé y Charlie?, no, no se pueden ir, ellos simplemente no pueden, no me di cuenta cuando estaba entre los brazos de Edward, con mi rostro escondido en su cuello, sollozando incansablemente- calma, Bella, ya verás como todo se solucionará- él susurraba en mi oído y por primera vez mi mundo no giraba en torno a Edward Cullen, ahora mi mundo estaba en torno a mis padres.
-vamos, hay que ir- dijo Alice con la voz quebrada, saqué mi rostro del cuello de Edward y limpié mi rostro con mis dedos, cosa inútil, ya que las lágrimas volvieron a salir en un santiamén.
-Bella, calma, se van a recuperar, están con Carlisle, él no dejará que nada malo les pasé- trató de tranquilizarme Edward de nuevo, solo asentí y volví a secar mis lágrimas, pero estas volvían a salir, solo me paré viendo lo estúpido que era tratar de parar las lágrimas, todos los demás comenzaron a pararse, cuando salí al patio casi le doy gracias al cielo porque a Emmet se le haya ocurrido traer el Jeep a la fiesta, nos ahorrábamos el tener que ir a la cochera y todo lo demás, o sea, unos quince minutos.
-vamos, suban luego- dijo Emmet mientras abría el seguro de las puertas, todos nos subimos y diez minutos después estábamos en la sala de espera, estaba tan ansiosa, Jake y Nessie estaban abrazados, Rose estaba sentada en el regazo de Emmet, Alice estaba apoyada en el pecho de Jazz, Edward estaba hablando con la recepcionista, preguntando por nuestros padres, yo estaba totaalmente solitaria, sentada en una silla, en un rinon, aislada del mundo real, perdida en mis pensamientos, tratando de atar los caboz sueltos en mi mente, mi pobre cerebro aún no entendía que mis padres estaban apunto de morir.
-chicos- la voz de Carlisle me despertó de mi ensoñación, todos nos paramos y fuimos hasta donde él estaba, su rostro estaba demacrado por el dolor y la preocupación.
-Carlisle, ¿cómo están?- le preguntó Edward.
-bueno, están inconscientes, sus signos vitales son demasiado bajos, estamos administrándoles suero y oxígeno, haremos un examen de sangre, quiero ver si sus globulos blancos están en un nivel razonable, también quiero ver su nivel de linfocitos, necesitamos que su sitema de defensas esté bien, ya que ante cualquier complicación eso los puede salvar, no puedo decirles que ellos están bien, porque no lo están, ellos se encuentran mal, no les mentiré, pueden durar un día o un mes en coma, y nadie puede asegurarles si seguirán con nosotros, pero haré lo imposible para poder salvarlos- Carlisle hablaba en un tono serio pero dulcificado, como si no quisiera dañarnos más de lo que ya estábamos, aunque no consiguió su cometido, sentí un agujero en el pecho, era tan profundo y doloroso, me sentía vacía, sola, sin mis padres no sé como sería mi vida, sin Reneé ni Charlie, no me darán más consejos, no más de su amor, su cariño, su protección, es verdad que yo ya estaba grandecita, tenía 18, iba a ir a la universidad, pero todos necesitamos a nuestros padres, y sinceramente yo no sé lo que haré sin ellos.
-Doctor Cullen se necesita en el pasillo 3, urgencias- dijo una voz femenina por el altavoz, Carlisle nos miró por última vez, nos dio una débil sonrisa y se fue, Nessie comenzó a llorar más fuerte en el pecho de Jake, Alice y Jazz estaban abrazados, brindándose apoyo, Rose acariciaba el rostro de Emmet mientras él cerraba los ojos disfrutando de la caricia, ahora más que nunca me sentía sola, necesitaba salir de esa ambiente tan cargado de amor y cariño, solo hacía que mi corazón se estrujara y el agujero que tenía en el pecho se agrandara, me estaba doliendo demasiado, me llevé una mano al pecho y lo presioné, en un intento inútil de detener el dolor, ya lo dije, inútil, suspiré y caminé hasta un asiento, pero antes de que pudiera dar tres pasos alguien había agarrado mi brazo suave pero firmemente, di una media vuelta sobre mis talones y descubrí, sorprendida, que era Edward, lo miré a él y luego mi brazo, como esperando una explicación.
-¿estás bien?- me preguntó con preocupación, se acercó un paso a mí, dejando un espacio escaso entre nosotros, mi corazón dio un vuelco por su cercanía, respiré profundo antes de contestar para que mi voz no sonara patéticamente quebrada.
-sí- la única palabra que tenía que decir, una simple sílaba, aún así mi voz sonó débil, totalmente quebrada, las lágrimas comenzaron a caer sin ninguna invitación de mi parte, cerré los ojos tratando de contenerlas, pero no podía controlarlas, solo caían a modo de consolación, tratando de descargar un poco del dolor que sentía. Mi respiración se paró cuando sentí algo cálido en mi rostro, limpiando las lágrimas, abrí los ojos, Edward estaba acariciando mi mejilla, fijé mi vista en sus ojos, nuestras miradas se encontraron, no sé si estoy alucinando, pero como que saltó una chispa entre nosotros, al mirarnos, me perdí completamente tratando de descubrir lso matices de sus ojos verdes tan increíblemente hermosos, me robó el aliento, literalmente, entreabrí un poco mis labios, solo un poco, buscando el aire que él me había quitado, lo que me sorprendió fue cuando sus ojos bajaron hasta mis labios, dejando su mirada ahí, mientras yo lo miraba, apreciaba cada lugar de su perfecto rostro, puedo jurar que este es el mejor momento de mi vida hasta ahora, él seguía mirando mis labios, ¿tenía algo en los labios?, no lo sabía, pero todo se arruinó cuando de mi boca salió un triste sollozo, volví a la realidad, y al parecer, él también, me di cuenta de que estaba llorando, sollozando, y Edward por fin levantó la mirada a mis ojos, nos quedamos mirando un rato hasta que me sentí mareada, había dejado de respirar, traté de que no se notara mucho, era patético, comencé a respirar de nuevo cerrando los ojos, tratando de olvidar porque estaba en el hospital, pensando solo en que Edward aún tenía su mano en mi mejilla, tratando de distraerme, y Edward me ayudó bastante cuando me rodeo con sus brazos, me sorprendió bastante ese gesto, pero lo recibí con mucho gusto, él tenís sus brazos alrededor de mi cintura, yo puse los míos alrededor de su cuello, acomodando mi rostro en su cuello, por fin pude descargarme, comencé a llorar, sollozando levemente, gimiendo a veces, mientras Edward me abrazaba más fuerte y acariciaba mi espalda, él no sabe cuanto le agradecía que hiciera eso, estaba descargándome y tranquilizándome conforme pasaban los minutos, no sé cuanto tiempo estuvimos así, pero me relajé bastante, estaba tan pacíficamente bien entre sus brazos, su olor para mí era como una aromaterapia, su mano acariciando mi espalda era tan increible, su respiración era mejor que el canto de los ángeles, y todo eso junto, era una explosión, pero una buena, una increíble, magnífica, no tengo adjetivos para describir como me sentía entre sus brazos, pero como todo lo bueno tiene que acabar...
-chicos, vamos a comer algo, ya son las una de la tarde y no hemos ingerido nada en toda la mañana- dijo Alice mientras yo me separaba del cuello de Edward, volviendo a sentir ese olor a hospital que, en estos momentos, odiaba, aunque aún estaba cerca de Edward, ya que él no sacaba sus manos de mi cintura, debo aceptar que eso me encantaba.
-mm, claro, vamos a la cafetería- dijo Edward, estaba como distraído, como si hubiera despertado de un sueño profundo, aunque debo aceptar que así me sentía yo...
-vamos- dijo Alice tomando la mano de Jasper, todos comenzaron a caminar hacia el pasillo que daba a la cafetería, Edward sacó solo un brazo de mi cintura, luego nos dio vuelta para seguir a los demás, me sentía tan bien con él abrazándome por el costado.
-¿qué quieres comer?- me preguntó cuando estábamos en la cafetería.
-mm, una ensalada césar y un agua mineral- contesté aclarando mi garganta antes, tanto llorar me había dejado la voz un poco ronca... Él pidió lo que le dije y también lo que él iba a comer, saqué mi billetera y comencé a buscar dinero, pero Edward me quitó la billetera y la volvió a meter a mi cartera.
-yo pago- me dedicó una sonrisa torcida y yo se la devolví, ¡no conocía a este Edward, tan tierno!, cuando terminó de pagar llevó la bandeja con nuestro almuerzo hasta la mesa en donde se sentaron los demás, nos sentamos y comenzamos a comer.
-gracias- le dije recordando mis modales.
-no tienes que agradecer nada- me contestó con esa sonrisa torcida que se estaba haciendo mi favorita por ser tan malditamente encantadora.
-Carlisle me dijo que hoy no podríamos verlos, mañana a las cuatro de la tarde es el horario de visitas, ya que hasta esa hora estarán haciendo exámenes- nos explicó Jasper, todos asentimos y comenzamos a comer. Por lo menos hoy no había sido un día tan horrible, todo gracias a Edward.

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