jueves, 17 de diciembre de 2009

una navidad diferente



NOTA DE AUTOR: bueno chicas, como algunas saben tengo quince y pues hoy me licencie de octavo ^^, huy si fue tan genial todo, con mis amigos, uyy y cuando sali a recibir mi diploma todos gritaban así, me sentí querida xD ajajajaja, en fiin, la cosa es que hoy me llevaran a celebrar este "paso", y bueno iremos a almorzar a algun lugar y blabla, y me regalaron una cadena de plata hermosa!!, en fiin, no subiré capítulo de ninguna de las dos noves, pero a cambio LES DEJO MI PRIMER ONESHOT NAVIDEÑO, sí, se me ocurrió la idea y bueno, pues lo hice, a mi me encanto!!, pues leanlo y dígane q les pareció :D

"una navidad diferente"
-vamos Edward, no podemos llegar tarde, los niños nos esperan- me gritó Alice desde el pasillo tocando la puerta de mi habitación, estaba totalmente histérica para que todo saliera bien, hoy, como todas las navidades, iríamos a ver a los niños del hospital donde trabaja mi papá para entregarles regalos, era una tradición familiar que hacemos desde que éramos niños- ¡Edward!- volvió a gritar Alice- como no traigas tu trasero aquí yo misma me encargaré de que no te acepten en harvard- los gritos de Alice ya me estaban estresando, de todos modos ya estaba listo, asíq ue abrí la puerta, grane quivocación, debí haber esperado a que él monstruo se hubiera ido, ahora me llegaría el reto de mi vida- ¡Edward Anthony Masen Cullen, a la próxima te dejo infértil!
-Alice deja ya de gritar, estamos bien en la hora- la detuvo mi mamá que por milagro de Dios pasó por el pasillo, le agradecí con la mirada mientras Alice se iba enojada hacia las escaleras, Esme me apretó una mejilla y siguió a Alice.
-¡Edward!- volvió a gritar Alice, me reí y bajé las escaleras encontrándome con mi familia esperando a que bajara- ¡aleluya, milagro!- se burló mi peuqeña diablito.
-que graciosa, Ali- le contesté tomando una bolsa de regalos.
-vamos, chicos, no peleen, es navidad- dijo Carlisle con una sonrisa divertida por nuestra "pelea"
-más acción y menos habla- dijo Alice tomando una bolsa y llevándola al auto, cuando ya subimos todos los regalos, que eran muchos, entramos al auto y a los diez minutos ya estábamos en el hospital.
-tranquila Alice, o asustarás a los pobres niños- se burló Emmet cuando bajamos del auto, cuando lo vi no pude evitar reírme de él, estaba vestido de viejito Pascuero, se veía tan chistoso que hasta me salieron lágrimas de lo mucho que lloré- ya, ya, no está tan mal, ¿cierto, Rose?- miré a Rose y estaba vestida de la esposa de Santa Clous, estaba a punto de vomitar de lo mucho que me reía.
-¡Edward, agradece que no eres tú el estúpido que escogí este año!- me regañó Alice.
-Hey, no soy un estúpido- se quejó Emmet, ellos solo conseguían que riera más aún.
-Edward, respira hombre, te estás poniendo azul- dijo Jasper con una sonrisa burlona, tratpe de calmarme y comencé a respirar profundo.
-ahh dios santo, se ven increíbles- les dije antes de cargar una bolsa y entrar al hospital.
-idiota- escuché que dijo Rose, ella era simpática, pero cuando estaba de mal humor era como un ogro, hoy era uno de esos días, solo aceptó vestirse así por los niños.
-Edward, ¿cómo estás?- me preguntó Jessica, la recepcionista, siempre trataba de coquetearme, pero yo no estaba para eso, solo amigos, y ni siquiera, Jessica era una de esas chicas que solo puedes hablar de moda y farándula, totalmente hueca.
-hola, Jessica- le contesté por más cortesía que por otra cosa.
-¿vienes de viejito Pascuero?- me preguntó batiendo sus pestañas.
-mm, no ese es Emmet- dije un poco incómodo.
-¿no me traes algo a mí?- me preguntó inclinándose mostrando todo su escote.
-emm, no, me tengo que ir, adiós- le dije antes de escapar de ella.
-hola, matador- se burló Ángela, una de las enfermeras del hospital, ella era muy simpática, la verdad es que era una de las mejores personas que había conocido, y siempre me molestaba por los intentos de coqueteo de Jessica.
-hola, Ang, ¿cómo anda todo?- le pregunté con una sonrisa ahora sincera.
-no muy bien, acaban de morir dos personas, fue un choque, eran Charlie y Reneé Swan.
-mm, no me suenan- dije ahora serio por la situación.
-es que son nuevos en la ciudad, tienen una hija, hoy era su primer días en Forks y tuvieron el accidente, un auto se les cruzó, conductor borracho, lo de siempre- dijo suspirando con trsiteza.
-¿ella está bien?- le pregunté con preocupación, no sé por qué, pero me preocupaba.
-sí, bueno físicamente, pero está destruida, es una buena chica, no he conocido a nadie como ella, ahora está devastada, llorando por los pasillos del hospital, recién la encontré en el baño, me da tanta tristeza, ahora ella está sola, ¿pero qué le vamos ha hacer?, hicimos todo lo que pudimos- volvió a suspirar- bueno Edward, debo irme, tengo que ver a una chica que se intoxicó con alcohol, a navidad se le subió a la cabeza- me dedicó una última sonrisa y se fue por el pasillo, quedé como shockeado con esta chica, que ni siquiera sabía su nombre, pero ni siquiera quería pensar en lo que estaba pasándole, yo no sé que haría sin mi familia, y por lo que entendí era hija única...
-Edward, ven, vamos a empezar- me llamó Alice- apúrate.
-ya voy, calma, los niños no se van a arrancar- dije un poco irritado por la hiperactividad de Alice.
-vamos, la primeraq habitación es de Camila, tiene siete añitos y padece de cáncer, al parecer esta es su última navidad- nos explicó Esme con los ojos vidriosos, ella siempre se emocionaba con los distintos casos del hospital.
-pues hagamos de su última navidad algo especial- dijo Emmet tocando la puerta de la habitación 203.
-pase- se escuchó una voz femenina, bastante baja y débil, entramos y una pequeña niña nos miró con los ojos como platos al descubrir que santa Clous y su esposa la visitaban- ¡santa!- dijo alegremente.
-hola pequeña, ¿cómo estás?- dijo Emmet poniendo la voz más profunda.
-bien- dijo la niñita con una sonrisa tan tierna que me derritió el corazón.
-¿has sido buena este año?- le preguntó Rose con una sonrisa amable y los ojos vidriosos, al igual que Esme, estaba emocionada.
-mucho, he seguido todas las órdenes de Carlisle- dijo la niñita sonriéndole a mi papá, Carlisle le devolvió la sonrisa con una mirada pacífica.
-entonces para ti tendremos un regalo especial- dijo Emmet buscando en la bolsa roja gigante de terciopelo que cargaba- aquí tienes, preciosa- sacó un regalo con un envoltorio rosa y un lazo plateado.
-gracias santa- Camila comenzó a abrir el regalo ansiosamente, cuando por fin lo sacó su rostro se iluminó cuando vio un auto de muñecas rosa convertible con dos muñecas adentro- ¡gracias!- casi gritó de alegría.
-de nada pequeña, sigue portándote bien- dijo Rose acariciando su mejilla.
-jo, jo, jo, Feliz navidad- dijo Emmet mientras salía de la habitación con nosotros siguiéndolo.
-eso estuvo muy bien, Emm- dijo Alice con una radiante sonrisa.
-vamos, ahora viene Tomás, tiene diez añitos y tuvo un accidente que lo dejó paralítico- dijo Esme revisando unos papeles.
-vamos, vamos- Alice tocó la puerta de la habitación 204...

Había pasado una hora y recién íbamos en la habitación 250, pero no nos casábamos de ver la alegría en los ojos de esos pequeños al recibir sus regalos.
-tomemos un pequeño receso, esta barba es demasiado molestosa- dijo Emmet quitándose la dichosa barba.
-bueno, quince minutos- dijo Alice viendo su reloj, que controladora. Decidí ir caminar por los pasillos del hospital, me dirigía a la cafetería para comer algo, ya eran las ocho y no había comido nada desde el almuerzo. Iba llegando cuando algo llamó mi atención, en una esquina de la cafetería había una chica en una mesa llorando desconsoladamente, cubriendo su rostro con sus manos, su cabello caía hasta su cintura, era una chica delgada, me quedé ahí mirándola como estúpido hasta que una voz en mi cabeza me dijo "reacciona, estúpido, ella está ahí llorando y tú parado como un idiota", sacudí mi cabeza despertando de mi trance, caminé hasta su mesa y me senté en la silla que estaba frente a ella, al parecer no notó mi presencia porque seguía llorando y sollozando, tosí un poco para llamar su atención, pero como que ella estaba perdida en su llanto ya que no escuchó, debía sacar la personalidad que tenía y hablarle.
-¿estás bien?- le pregunté tratando de no sonar como un acosador, ella levantó la mirada mostrándome su rostro, era increíblemente hermosa, sus grandes ojos chocolatados me atraparon al instante, eran tan expresivos, primero mostró sorpresa, luego miedo, luego confusión.
-¿quién eres?- preguntó con la voz quebrada.
-Edward Cullen, encantado- dije sonriéndole torcidamente, ella me miró unos segundos, se notaba confundida- ¿cómo te llamas?- le pregunté ya que ella no hablaba.
-Bella, Bella swan- dijo con un poco de resentimiento en la voz- ¿qué haces aquí?- me preguntó sin rodeos.
-pues, yo y mi familia les damos regalos a los niños del hospital todas las navidades- le expliqué aún con la sonrisa, de verdad no la podía borrar de mi rostro, teniendo a ese ángel al lado mío, era imposible no sonreír.
-oh, no, me refería, aquí, en la cafetería, a mi lado, hablándome- trató de explicarse y yo arqueé una ceja sorprendido.
-¿es algo malo hablarte?- le pregunté sin entender.
-no, solo preguntaba, no todos los días un extraño se acerca a preguntarte como estás- susurró bajando la mirada y escondiéndome sus bellos ojos tan profundos que comencé a extrañar enseguida.
-bueno, pasaba por la cafetería y no todos los días vez a una chica llorando desconsoladamente- dije esperando a que ella levantara la mirada, cuando por fin lo hizo me sorprendí al ver que volvía a llorar- espera, no llores, no era mi intención incomodarte, si quieres me voy...
-no- me interrumpió ella casi gritando, no pude evitar sonreír por su reacción, además yo tampoco quería irme.
-¿por qué lloras?- ya lo sabía pero quería que ella me lo dijera.
-pues, mis padres murieron por un estúpido que estaba borracho- murmuró bajito con la voz quebrada, comenzó a sollozar de nuevo y yo no sabía que hacer, solo me guié por mis instintos, me paré y me arrodillé a su lado.
-calma, ellos están bien ahora, no tienes por qué preocuparte, aún tienes personas que se preocupan por ti- traté de tranquilizarla acariciando su mejilla, y parece que funcionó ya que dejó de sollozar.
-¿alguién como quién?- me preguntó con tristeza.
-yo- no pensé lo que dije, solo lo dije, y ella se dio cuenta de eso, pero es que no pude controlar el impulso de decirle eso, yo me preocupaba por ella, me preocupaba más de lo normal...
-gracias, Edward- susurró mientras me abrazaba, yo le devolví el abrazo, aunque estaba un poco incómodo ya que estaba arrodillado, la separé de mí y me paré, tompe sus manos e hice que se parara, ella me miró confundida, pero yo ignoré su mirada y la abracé como si fuéramos amigos de toda la vida, aunque no sentía una amistad entre los dos, aunque la conocía hace unos minutos solamente, sentía que ya no podía vivir sin ella, que necesitaba sentirla tan cerca como ahora lo estábamos. Bella me sorprendió cuando puso sus brazos alrededor de mi cuello y acomodó su rostro en mi pecho, yo seguía con mis manos en su cintura, no quería moverme de ahí.
-¿estás mejor?- susurré en su oído, ella se estremeció y luego asintió, levantó la mirada y me miró a los ojos, yo le devolví la mirada disfrutando de esta cercanía, disfrutando de su perfecto rostro, disfrutando de su aroma a fresias, disfrutando de sus suaves manos acariciando mi cuello, disfrutando de ella, de su presencia, sentía algo especial por ella, aunque fuera estúpido, era lo que me pasaba, sonará de maricas y todo, pero sentía mariposas en mi estómago, ¿qué se supone que era esto?, cuando veía a cualquier chica solo la miraba como una persona, no era como con Bella, cuando la miraba a ella sentía que mi mundo estaba a sus pies, ella podía decirme que saltara de un quinto piso y yo lo haría con mucho gusto, pero me sentía estúpido al sentir eso, sin embargo me encantaba, era como una paradoja, me encanta por que me hace sentir completo, pero lo odio porque es ilógico, ¿quién me entiende?, da igual, solo disfrutaría de este momento, necesitaba que este momento fuera eterno, seguí mirando a Bella, de repente ella rompió el contacto de nuestros ojos, recorrió mi rostro, y se paró en ¿mis labios?, ¿en serio ella estaba mirando mis labios?, la imité, y no pude evitar dejar mi mirada ahí, sus labios eran increiblemente tentadores, su labio inferior era más grueso, de un color rosado tan malditamente tentador, y como si lo hiciera apropósito ella entreabrió sus labios haciendo que su aliento chocara con mi rostro, era como una combinación entre su aroma de fresias con menta, exquisito, necesitaba probarlo, y así me sorprendió mucho que ella se acercara un poco a mi rostro, ¿ella también quería besarme?, ¿era un sentimiento mutuo?, pues lo descubriremos, me acerqué solo un poco a su rostro, ella no sacaba la mirada de mis labios, y para ser sincero me encantaba, me gustaba demasiado, no solo eso, Bella me encantaba en cantidades peligrosas, ella se acercó otro centímetro, era como un juego, teníamos que ir por turno, lo único que quería era ganar, llegar a sus labios, así que me acerqué otro poco, ahora le tocaba a ella, solo bastaba con medio centímetro para que nuestros labios se juntaran, sí, estábamos a medio centímetro, o quizás menos, de besarnos, sentía su respiración que se había agitado, nuestras narices se tocaban, podía sentir el sabor de Bella a tan poca distancia de saborearla.
-¡Edward!- no podía ser cierto, Alice no podía interrumpir esto, ninguno de los dos se movió, al parecer ella no lo escuchó, porque seguía mirando mis labios, no le hice caso a Alice, necesitaba terminar esto.
-wow, Edward no pierde el tiempo- escuché como Jasper se burlaba, pero no podía dejar de mirar a Bella.
-déjenlo, él está haciendo su propia obra de caridad- dijo Emmet riéndose, di vuelta la mirada alejándome a regañadientes de los apetitosos labios de Bella, le dediqué una mirada asesina a Emmet y él levantó los brazos como diciendo "soy inocente", sonreí por la estúpida imagen, Jasper, Emmet, Rose y Alice estaban ahí mirando sorprendidos y divertidos, pero el sorprendido fui yo cuando sentí la cálida mano de Bella en mi mejilla, dando vuelta de nuevo mi rostro hacia ella, ni siquiera pude darme cuenta de lo que ella estaba haciendo cuando tenía sus labios junto a los míos, no tardé ni dos segundos en reaccionar devolviéndole el beso, la apreté contra mi cuerpo disfrutando libremente de su calidez, puse mi lengua en su labio inferior, deleitándome de su sabor y textura, ella, casi por inercia, abrió su boca, dejándome el paso libre para saborearla de verdad, sin detenerme a pensarlo exploré toda su boca con mi lengua, y dios su sabor era mejor de lo que me había podido imaginar, no podía estar más feliz, Bella enredó una de sus manos en mi pelo acariciándolo, me encantó que hiciera eso, pero se me estaba acabando el aire y a Bella también, el beso se hizo más desesperado, tratando de estrujar todo el delicioso jugo de Bella, y ella no se quedaba atrás, nuestras lenguas peleaban en una increíble batalla, cuando ya no podía respirar por la nariz y necesitaba que por mi boca entrara y saliera aire, me separé delicadamente de Bella, ella estaba con los ojos abiertos como platos, las mejillas sonrojadas y la respiración agitada.
-wow- susurró, sonreí por eso, mi ego subió un poco solo por esa sílaba.
-wow se queda corto- le contesté acercándome de nuevo a ella.
-si que se queda corto, casi se comen mutuamente- ¿por qué dios?, maldecía a Emmet en mi mente, Bella se puso más roja que antes, miré a mis "amigos" que estaban parados divertidos por la broma de Emmet.
-hola, soy Alice- Alice caminó hasta donde estábamos nosotros y extendió su mano a Bella, ella timidamente la tomó.
-Bella, mucho gusto.
-el gusto es mío, mi nueva cuñada ¿no?- le sonrió cordialmente, yo quería ahorcarla, literalmente, ¿acaso se puede ser más matapasiones?, no, no se puede, miré la reacción de Bella, ojala no salga corriendo, menos mal, dios escuchó mis rezos, Bella solo le sonrió divertida, ¡gracias Dios!
-hola, soy Emmet- Emmet se acercó hacia nosotros seguido por los demás, le tendió la mano a Bella y ella se la dio, yo aún tenía mis brazos alrededor de su cintura, y ella aún tenía una de sus manos enredada en mi cabello- ves esos músculos- dijo tocándo mis brazos y luego mi estómago- gracias a mí tu novio no es un enclenque- se rió estruendosamente y yo ahora si que me quería enterrar vivo, Bella solo se rió, menos mal tenía sentido de humor.
-hola soy Jasper, me alegra que por fin alguien logré dominar a Edward- le sonrió mientras sacudía su mano, ella le devolvió la sonrisa, pobre Bella.
-hola, soy Rose, gracias a mí tu novio sabe dar masajes eróticos- Bella quedó boquiabierta y yo quería matar a Rosalie- es broma, es broma- se apresuró a decir con una risita, Bella le devolvió la sonrisa- pero si quieres que te enseñé...dan bastante resultado- le guiñó un ojo haciendo que Bella se sonrojara peligrosamente.
-ok, ya se presentaron, ya pueden irse- dije fulminándolos con la mirada.
-ok, veamos que dirá Esme de todo esto- dijo Alice con una sonrisa maliciosa en el rostro, mm, a Esme no le gustaría que besara a una chica que recién conozco, pero esto era distinto, aunque no pude detener al monstruo porque se fue dando saltitos seguida por los demás.
-así que, ¿tengo un nuevo novio?- la voz de Bella me distrajo, la miré y ella tenía una ceja arqueada.
-mm, disculpa por eso, es que son así- no encontré mejor excusa...
-ah, bueno, pero nadie a dicho que no quiero un nuevo novio- ella bajó la vista avergonzada por lo que decía, ¡que tierna!, mi corazón dio un vuelco al escuchar lo que ella decía.
-¿no hay un antiguo novio, cierto?- tenía que asegurarme...
-no, estoy solita- levantó la mirada e hizo un pucherito que me mató, no pude resistirme a darle un beso rápido en su labio inferior que sobresalía.
-ya no más- susurré en su oído.
-una pregunta, ¿quién es Esme?- la miré con una sonria divertida.
-a mi madre no le gustará que te haya besado sin conocerte aunque si le explico lo que de verdad pasó, lo entenderá.
-¿y qué fue lo que en verdad pasó?- me preguntó mirándome fijamente a los ojos.
-sinceramente, no estoy seguro, nunca había sentido esto- tardé un poco en contestar, pero por lo menos mi respuesta la dejó satisfecha porque una adorable sonrisa apareció por su rostro.
-yo sé explicarlo- dijo agrandando su sonrisa, se puso de puntillas acercándose a mi oído- te quiero y provablemente mañana te ame- esas simples palabras me hicieron sentir tan felizmente completo que no pude evitar sonreír como idiota.
-yo ya te amo, Isabella Swan- susurré en su oído antes de besarla una vez más

NOTA DE AUTOR: uuu q tierno, ¿si o no?, primer oneshot!!!!, a mi me gustó mucho, FELIZ NAVIDAD!!!, amo la navidad y espero que ustedes también la amen, cuidense mucho, ¡felices fiestas!!, me emocioné con el oneshot, así que probablemente suba otro pero de año nuevo :D

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