miércoles, 23 de septiembre de 2009

una eternidad perdida en tus ojos, capítulo 32: "recuerdos olvidables"



1918



Bella murió, sí, después de verla muerta en ese loquero nos fuimos con Jazz y Alice de Chicago, Carlisle, el doctor que nos convirtió, quien se ha convertido en alguien importante en estos meses, supo todo lo que pasó con Bella, me apoyó y me ha ayudado, se fue junto con nosotros, no le gusta estar solo y a nosotros nos ve como a sus propios hijos.
-Edward, debes dejarla ir, por algo pasan las cosas, debes tratar de olvidarla, al fin y al cabo, te queda una eternidad de vida- trató de consolarme Alice, yo solo asentí, ella tenía razón, obviamente siempre mi corazón pertenecería a mi Bella, pero ahora que ella se fue debía seguir viviendo, ella hubiera querido eso…
1930



Se podría decir que mi vida a tomado un rumbo muy peculiar, estoy en un termino medio, ni feliz ni infeliz, neutro. Ahora soy el único soltero de la “familia”, ya que Carlisle salvó a Esme, su esposa, la convirtió, había perdido a su hijo, estaba tan devastada que saltó de un acantilado, pero se logró salvar, ella era increíble, una mujer muy justa y amable, cariñosa hasta lo imposible, con un instinto materno que te llenaba instantáneamente de paz, además, Esme tenía un don, podía sentir el alma de las personas, si eran puras o no, un don muy útil… Alice y Jasper siguen igual de enamorados, aún están tristes por lo de Bella, pero se tienen el uno al otro para consolarse, pero yo no tengo a mi Bella para consolarme…
1940



He olvidado algunas cosas de mi vida humana, aún recuerdo a Bella, por supuesto, pero se me ha olvidado por lo menos la mitad de los momentos que habíamos pasado juntos en mi vida humana, Carlisle me explicó que cuando pasan los años, al ser vampiro, uno olvida los recuerdos de tu vida humana, aunque me encantaría que estos quedaran nítidos en mi mente, no quiero olvidarme de mi Bella, eso jamás.
1950



No podía olvidarme de mi amada, ya no, me había alejado de mi familia, no quería ver a nadie, ya no era vegetariano, no quería seguir las mismas reglas, se podría decir que estaba en una depresión algo grave, ni siquiera sabía lo que hacía, aunque por lo menos casaba a violadores y ladrones, algo a mi favor, aunque aún así era macabro… Pero es que no tener a Bella a mi lado me desorientaba, ya no tenía esa luz de esperanza, esa alegría que ella me causaba, que no daría yo porque ella esté aquí conmigo en este instante.
1960



Volví ha ser vegetariano, ya no puedo ver el miedo en los ojos de mi presa, ver como piensan en toda su vida, en todo lo que perderán, en todo el dolor que pasan, es demasiado para mi siquis, mis ojos ya volvían a ser de un color dorado, aunque yo seguía tan mal como siempre… Debía volver a ver a mi familia, aunque ¿me aceptarán?, ya nada perdía, si no me aceptaban me quedaba igual que ahora, sin familia. Comencé a correr rápidamente gracias a la ansiedad de ver a las únicas personas a las cuales sentía afecto.
-Edward- dijo Esme recibiéndome con un cálido abrazo.
-Esme, lo siento, es que yo…
-no digas nada, lo importante es que estás de nuevo aquí- me interrumpió Alice, alejó a Esme y me abrazó fuertemente.
-lo siento de verdad- volví a repetir.
-no te preocupes- me interrumpió Jazz.
-eres bienvenido aquí, obviamente- dijo Carlisle abrazándome también.


1970



Estábamos en Forks, un pueblo en Washington donde solo había lluvia, días nublados, ausencia del sol, perfecto para un grupo de vampiros sádicos…
Ya no recordaba mucho a esa chica que tanto había amado, no recuerdo su nombre, sé que la amé y la sigo amando, pero no recuerdo nada sobre ella, tan solo una imagen que cada vez era más borrosa, una imagen que no quería olvidar…
-Edward, ya llegamos, mira que hermosa casa que hemos conseguido- me dijo Alice entusiasmada.
-si, es hermosa- dije con poco ánimo.
-oh, vamos, pronto será año nuevo, un año más, sé feliz- me dijo suplicante, yo le entregué una sonrisa que traté de hacerla real, al parecer se la creyó- gracias por intentarlo- dijo con una sonrisa divertida, esta bien, no me había creído.
-de nada- ahora si que se me escapó una sonrisa real, ella me dio un beso en la mejilla, tan tierna que era mi pequeña hermanita…
1980



-¡feliz año nuevo!- chillaron todos al mismo tiempo, acababan de empezar los 80, estábamos en Denali, unos amigos de Carlisle nos habían invitado a pasar el año nuevo juntos, ellos eran vegetarianos, al igual que nosotros, eran muy amistosos, la verdad es que la estaba pasando de las mil maravillas aquí, estaban Eleazar, Kate, Irina y Tanya, la última en especial ha sido muy dulce, tiene unos pensamientos muy tiernos y humildes, es muy simpática, una chica increíble, para que mentir, era hermosa, por la noche nos quedamos hablando hasta el amanecer, ella a estado con su familia desde el primer día de su conversión y fue vegetariana desde entonces, nunca en su vida a flaqueado, eso me hizo sentir un idiota total, yo si que había flaqueado, pero lo deje pasar.
-y ¿ha habido alguna chica especial en tu vida?- me preguntó Tanya de repente, me puse a pensar, no recordaba absolutamente nada de mi vida humana, solo sabía que a Alice y a Jazz los conocía desde humano, pero no recordaba eso, no recordaba nada…
-no que yo recuerde, ya que mis memorias empiezan desde el día de mi conversión y ni siquiera, hay cosas que también he olvidado de los primeros días como vampiro- le respondí.
-mmm, yo solo recuerdo que era una chica pobre, mis padres eran campesinos y me mató un soldado que fue a atacar nuestro pueblo, peor no recuerdo por qué, tal vez era judía o algo así y me atacaron los alemanes, no lo sé, no lo recuerdo, solo me acuerdo de que Eleazar se me acercaba y me mordía y desde ahí mi vida cambió por completa- sonrió complacida y orgullosa por su padre.
-él es un gran tipo, sus pensamientos son casi tan nobles como los tuyos- le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.
-tampoco soy tan santa como crees- se rió y yo la acompañé, pero de repente sentí como si algo me doliera en el pecho, como si me estrujaran mi silencioso corazón hasta hacerlo explotar por completo…

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