sábado, 3 de abril de 2010

Afortunada, Parte VI: "conviviendo con mis padres" (2)

Explicaciones:
chicas, pues lo siento mucho, mi mamá me había castigado, bueno, no castigado, si no, reducido las horas de computador, una hora diaria, y pues, con los trabajos y juntas con mis amigas, no tuve tiempo para poder escribir, y al final encontré un acuerdo con mi madre: "los días en los que salga temprano del colegio y el fin de semana podré usar el notebook por más tiempo", así que, subiré capi cuatro días por semana:
*Martes*
*Viernes*
*sábado*
*Domingo*
Esto es porque no debo dejar mis notas de lado, ni menos mi vida social, si por cualquiier motivo no puedo esos días, subiré doble capítulo al día siguiente, o el anterior :)
Trataré de no dejarlas chicas, y no se preocupen, porque la inspiración nunca se irá  :D
Lo siento en serio, haré mi mejor esfuerzo en el colegio para que mi mamá no me castigue y me portaré bien (A)
cuídense y disfruten, por fin, del capi de Afortunada...

Afortunada, Parte VI: "conviviendo con mis padres" (2)

-papá no tenías por qué hacer ese sutil comentario- le contesté a Charlie con sarcasmo, practicamente fulminándolo con la mirada- Edward jamás me haría daño, es más lo único que hace es darme felicidad, por lo cual deberías estar agradecido- entrecerré los ojos esperando a que me contestara, ambos estábamos molestos, cerca de la explosión, más conocida como discusión. Suerte que mamá siempre estaba para evitarlo.
-pues si es así, y estoy segura que lo es, propongo un brindis por Edward, mi nuevo llerno, y por Bella, para que su relación siga tan bien como lo está ahora- Reneé levantó su copa para terminar el brindis, todos levantaron sus copas, incluyendo a Charlie, ya que mamá lo miraba alzando una ceja casi retándolo a no levantarla. Todos brindamos por lo que, obviamente, sería una larga y sólida relación. Debía darle crédito a mi mamá por esa interrupción, y por las lindas palabras, significaba mucho para mi que ella apreciara a mi novio.
-pues entonces, ¿cómo pasó esto?- preguntó Esme con una sonrisa que otorgaba confianza para responderle.
-pues, solo me di cuenta de lo ciego que fui- contestó Edward con su mano aún entrelazada con la mía, presionándola un poco más, dándome a entender que esas palabras no eran para Esme, eran para mí.
-que ternura, hacen tan linda pareja- dijo Emmet apretando una de mis mejillas entre sus dedos.
-Emmet- lo regañé quitando su mano.
-a todo esto, Jacob me debes dinero- le dijo Emmet con una sonrisa burlona.
-no, tu me lo debes, yo aposté que estarían juntos antes del segundo semestre de universidad y tu dijiste que estarían juntos antes del primer año de universidad, ¿quién se acercó más?, yo- contestó Jacob con una sonrisa de orea a oreja, mirando a Emmet con burla.
-esperen un momento, ¿ustedes apostaron a costa nuestra?- preguntó Edward con un tono molesto e incrédulo.
-es una buena forma de ganar dinero fácil- comentó Emmet como si no fuera nada relevante- y ellos estuvieron juntos antes del primer año de universidad.
-y antes del segundo semestre, yo fui más específico y mi respuesta fue más correcta, acéptalo Emmet, perdiste.
-no pueden haber apostado con eso- dije también molesta.
-pudimos y lo hicimos, y tal vez habrás ganado esta Jacob, pero sigo siendo más fuerte que tú, ¡ja!- se burló Emmet ignorando olímpicamente mi interrupción.
-eso es lo que crees, yo soy más fuerte que tú- dijo Jacob mostrando sus biceps.
-¿quieres apostar?- le preguntó Emmet mostrando los suyos, presumiendo el enorme tamaño de sus músculos.
-apostemos entonces, unas vencidas- Jacob lo miró amenazante pero con un poco de diversión en su voz.
-el que gana tiene el dinero de la apuesta por Edward y Bella duplicado.
-eso no es justo, yo ya gané esa apuesta, ese dinero ya es mío.
-¿escucharon eso?, el gran Jacob Black teme perder- Emmet comenzó a imitar el sonido de una gallina y al parecer eso fue la gota que derramó el vaso para Jake.
-vamos a por esa apuesta- dijo levantándose de la silla y llendo al patio, yo rodé los ojos al ver lo estúpido que eran, tan inmaduros.
-por qué mejor no vamos a un día de playa- dijo Alice levantándose de la silla, totalmente animada por la idea de salir en familia, obviamente Esme, Reneé, Rose y Ness la apoyaron con unas sonrisas de oreja a oreja dibujándose en sus alegres rostros.
-pero que buena idea, mejor que estar viendo sus apuestas- Rose se paró de la mesa y comenzó a reunir los platos rapidamente, las demás la siguieron, por ende, la mesa quedó limpia en menos de un minuto.
-Bella tengo un muy, muy, muy, muy lindo bikini nuevo para ti- Alice me guiñó un ojo, entendí de inmediato lo que quería decir: "un bikini muy, muy, muy, muy pequeño", la miré con una mueca, era verdad que quería tentarlo, pero no quería que mi padre hiciera algo poco apropiado, o que mi madre dijera algo aún menos apropiado.
-vamos Bella, rápido.

Decir que el bikini era pequeño se quedaba corto.
Según Alice, Rose y Nessie me veía increíble y no mostraba mucho, pero para mí era demasiado, tal vez esté exagerando, pero ese bikini al estilo strapless para la parte superior de un color morado y la parte de abajo solo estaba sotenida a mí por los simples amarres hechos con las tiras de los costados, si una ola demasiado fuerte pegaba contra mí, yo quedaba como Dios me mandó al mundo. Pero discutir contra esas tres diablillas era un caso perdido, ya sabía yo que algo así me esperaba, pero tenía la esperanza de dar alguna vulgar excusa y no meterme al agua, o sea, no mostrarme en bikini. No es que mi ropa fuera muy discreta, tampoco quería vestirme de monja, pero esos short jeans color morados con esa polera blanca no eran muy recatados que digamos.
-Bella, como me gustaría tener tu trasero- dijo Alice con un tono de admiración haciendo que yo enrojeciera, ¿tenía que hacer esos comentarios?
-es cierto, no es ni muy grande, ni muy pequeno, sin rastros de celulitis y muy firme- concordó Rose mirando, al  igual que Alice, mi trasero.
-Edward debe...-iba a decir Ness pero yo la paré al ver a dónde iba eso.
-ya, pueden parar de hablar, nos están esperando- tomé mi bolso de playa y salí, pero no me pasaron desapercibidas sus risitas a mis espaldas.
-wow, Bella estás tan..sexy- comentó mi mamá, que era la única que quedaba en la sala, los demás debían estar a fuera- nunca te había visto usar algo tan...atrevido, ¿a quién debo darle las gracias?, ¿mi nuevo llerno o a Alice?
-a mí- dijo Alice bajando las escaleras seguida por Ness y Rose.
-eso espero- mi mamá me miró con esa mirada que jamás había visto en ella...una mirada ¿reprobatoria?, desde cuando Reneé actuaba como ¿una madre?
-bueno vamos- dije aún más roja de lo que antes estaba con los comentarios de mis amigas.
Sin más demora salimos al patio y nos encontramos con los demás, caminamos hasta la playa, ya que estaba literalmente al frente de la casa, es más, salías de la terraza y tocabas la arena, por ende, en menos de cinco minutos ya estábamos poniendo las toallas en el suelo.
-te ves preciosa- susurró Edward en mi oído poniendo sus manos alrededor de mi cintura haciéndome estremecer por su cercanía, ya que, aunque parezca patético, aún no me acostumbraba a esa exquisita cercanía.
-gracias- dije casi inaudiblemente para que nadie más supiera de nuestra privada conversación, sobre todo, para que Charlie no supiera de ella.
-chicos, déjense de mamonerías y vamos al mar- dijo Emmet con entusiasmo, sacándose de un tirón la polera mostrando su mayor orgullo, los músculos de su torso.
-no olviden el bloqueador- Esme como siempre mostrando su lado maternal, esparció bloqueador por la cara de Emmet dejándolo blanco- debes esperar a que se absorva- le entregó el bloqueador a mi hermano y este sonrió como si se le acabara de ocurrir una idea genial.
-Rose amor, ¿quieres que te heche?- le preguntó Emmet con una sonrisa insinuante.
-claro amor- Rose se sacó su vestido blanco y se recostó en su toalla esperándolo. Eso me prendió el foco, estoy segura de que la misma sonrisa de Emmet se dibujó en mi rostro, y Edward, siempre tan atento, se dio cuenta y me devolvió la sonrisa. Con sus manos aún en mi cintura me acercó más a él y volvió a susurrar en mi oído.
-¿quieres ayuda con el bloqueador?
-cla...claro- tartamudeé, como ya dije, su cercanía me aturdía. Edward sonrió al ver los efectos que tenía en mí, luego caminó hasta Esme para pedirle otro bloqueador, yo lo aproveché para prepararme, tanto física como mentalmente, me quité la polera y el short quedando en ese bikini, sin pensar mucho en cómo me vería, me acosté en mi toalla boca abajo esperando, como hace unos minutos Rose lo hacía, ansiosa por sentir las manos de Edward en mi espalda.
Cuando sentí que alguien tragaba ruidosamente supe que Edward ya había llegado a mi lado, y lo confirmé al sentir sus tibias manos contrastando con el frío bloqueador en mi espalda. Sus movimientos al principio fueron vacilantes, lentos, pero muy relajantes, luego de unos minutos ya eran más fluidos y mucho más placenteros, esto era un masaje increíble, ¿alguien le enseñó?, ¿cómo puede hacer todo tan perfectamente?, ¡por qué todo lo que hace es increíble!, mis pensamientos volaron a zonas más íntimas, ¿será tan bueno en...eso?, obvio que será bueno, o sea, tuvo mucha práctica ¿no?, de inmediato sentí el bichito de los celos picar mi cabeza, odiaba recordar esos tiempos.
-Bella- sentí su aliento recorrer mi cuello haciendo que mi piel se pusiera de gallina- ¿piensas quedarte ahí?- me preguntó con un toque de diversión en su tono, abrí los ojos y la potente luz del día me cegó, con los ojos entrecerrados me incorporé  y me estiré, el masaje me dejó un poco soñolienta- ¿segura que quieres ir a bañarte?, podemos quedarnos aquí- me propuso al ver mi peresoso comportamiento, pero yo negé con la cabeza, en serio tenía ganas de bañarme.
-vamos, es solo que tienes unas manos increíbles- me acerqué más a él para poder alcanzar mi objetivo, sus dulces labios, ese exótico elixir que me intoxicaba de una forma tan increíble que nada tenía de malo. Nuestros labios de juntaron en un lento beso, sin profundizarlo, solo rozando nuestros labios, disfrutando del simple calor que nos ofrecíamos. Pero pronto eso no fue suficiente y la lengua de Edward abrió mi boca con ansias, explorando lo que ya se sabía de memoria, pero al igual que yo, nunca se aburriría del mismo recorrido. Era como una montaña rusa, no importaba las veces que te subieras, siempre sentirías el vértigo y la adrenalina que te causaba.
-¿van a bañarse o qué?- la hostil voz de Charlie hizo que nos separáramos a regañadientes, casi bufé al ver su rostro fingidamente desinteresado.
-vamos, amor- dije haciendo énfasis en la última palabra para que mi padre lo escuchara, y por ende, refunfuñara tomando un sorbo de la cerveza que tenía en la mano.
-vamos- contestó mi lindo novio parándose y ayudándome a pararme, se sacó la polera en menos de un segundo sin dejarme tiempo para prepararme mentalmente ante esa gloriosa imagen, sin remedio comencé a babear por él-vamos- repitió él con una sonrisa torcida ante mi cara de idiota, yo me mordí el labio y tomé su mano para caminar juntos hasta el mar.
-por fin, se demoraron demasiado- dijo Alice cuando llegamos a la orilla de la playa, donde ellos nos esperaban.
-lo siento, Bella se esforzaba en distraerme con ese bikini- dijo Edward haciendo que me sonrojara brutalmente.
-me debes dinero Jacob- gritó Emmet alegremente.
-mierda Bella, ¿no podías durar ni veinte minutos sin sonrojarte?- me preguntó enojado haciendo que mis mejillas se encendieran aún más.
-ya, dejen a mi pobre hermana, entremos luego al agua- Ness tomó a Jacob de la mano y al instante se le formó una sonrisa de idiota-embobado-enamorado.
-vamos- dijo Alice metiéndose al agua de un solo chapuzón, yo vacilé un poco, di un pequeño paso hasta tocar con la punta de mi pie el agua y de inmediato mi piel se erizó haciendo que me alejara casi por incercia.
-oh vamos amor, no está tan helada- Edward me miró con una ceja alzada, yo negué con la cabeza dándole a entender que yo ahí no me metía- ¿me obligarás a ir a buscarte?- me mordí el labio sin saber que contestar
corrió hasta el agua.
-¡bájame, Edward bájame, dios por favor, bájame!- comencé a gritar y patalear como una loca pero mi chico tenía demasiada fuerza.
-Bella cierra los ojos- me advertió antes de meterse al agua completamente, conmmigo entre sus brazos, mojándome hasta los huesos. Salí como pude para respirar, el agua me llegaba hasta las caderas y las olas chocaban contra mí, mientras mis amigos y mi NOVIO se reían de mi, ya que parecía un gato mojado.
-Bella, cambia la cara, no podías venir a la playa y no bañarte, es ilógico- dijo Jacob entre carcajadas.
-es cierto Bells, es la mejor parte de la playa- Nessie me golpeó el hombro y yo me crucé de brazos realmente enojada con Edward, y para no encontrarme con sus ojos, ya que al ver esas orbes esmeralda el enojo se disiparía en menos de lo que canta un gallo, bajé la mirada al agua.
-Bella, vamos no te vas a enojar por una simple broma- escuché la voz de Edward cerca de mí, sentí sus k0jhyu877razos rodear mi cadera y su pecho chocar con mi espalda, ¿cómo quería que siguiera enojada si él hacía
eso?- ¿estás muy enojada?- susurró en mi oído haciendo que su aliento viajara por mi cuello, y que esa voz tan dulce me embraguiara la mente, disfruté las últimas brivaciones que generaron su voz mientras sentía su risa musical contra mi hombro y luego un casto beso en el mismo lugar- ¿en serio estás enojada?- al estar mirando hacia abajo pude ver, además de sentir, claramente como sus manos recorrían mi plano abdomen y subían un poco hasta rozar la tela de mi bikini haciéndome contener el aliento- ¿Bella?- volvió a preguntar con un tono más bajo que antes, haciendo casi inaudible el sonido, y mucho más placentero al juntarlo con sus caricias.
-muy enojada- fue lo único que pude entre susurrar, jadear y gemir, fue una rara combinación que al parecer a Edward le agradó, ya que su risa  volvió a llenarme.
-¿cómo puedo compensártelo?- sus labios viajaron de mi hombro hasta mi cuello, dejando besitos por su camino, haciendo que yo soltara un largo y profundo suspiro- ¿ya estoy perdondado?- me preguntó con esa voz dulce otra vez, yo negué con la cabeza al ver esta donde podía llegar- ¿dime qué quieres que haga?, podría dar mi vida solo para que me perdonaras?- su voz seguía sonando tan dulce y baja que se perdía entre las olas del mar y se convertía en un sonido más del ambiente, tan relajada como estaba solo pude inclinar mis hombros, diciéndole sin palabras que deseaba que siguiera. Y así lo hizo, sus besos siguieron por mi cuello y sus manos recorrieron mi abdomen otra vez, pero ahora decendiendo hasta mis caderas, recorriéndolas y apretándome más a él- perdóname, por favor- a todo esto, ¿por qué debía perdonarlo?- Bells- me giró haciendo que quedáramos frente a frente, y dicho y hecho, con solo ver sus ojos todo se olvido, o sea, todo se perdonó, solo pude pensar en una frase: "sus labios en los míos, ahora". No sé si habrá leído mis pensamientos, pero pude suspirar de alivio al sentir nuestras bocas unidas, ambos teníamos un sabor salado, que combinado con su dulce aliento, creaba la mejor sensación agridulce que jamás alla probado.
-Bella, Edward, sepárense ahora si no quieren que Charlie los mate a ambos- Alice nos separó a la fuerza, pude escuchar por lo bajo un gruñido de mi novio, una risita se me escapó al ver su desagrado. Para corroborar lo que Ali dijo giré mi cabeza, y como esperaba, Charlie nos miraba, lo que no me esperaba es que estuviera con unos vinoculares, ¡qué se creía!, mierda, vió todo lo que Edward me hizo, caricias, besos, susurros en el oído, ¡qué vergüenza!, el color no se demoró en invadir mis mejillas, y se encendieron aún más al ver la cara de perplejo de Edward al ver a mi padre. No sabía que me daba más vergüenza, mis caricias con Edward, o mi padre con vinoculares.

Sin duda, sería un fin de semana...Interesante.

*Mañana no sé si subiré, ya que estoy en la playa y viajaré, llegaré tarde así que si es que alcanzo...trataré*

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