jueves, 29 de octubre de 2009

una eternidad perdida en tus ojos, capítulo 39: "la casa de Bells"


-Jacob, Jacob, Jacob, ¡dios te extrañé tanto!- Bella apretó más sus piernas alrededor de Jacob, yo estaba que explotaba de celos.
-¿podrías dejar de apretarme tanto con tus piernas?, ¡serás semivampira pero igual tienes la fuerza de un vampiro!
-no, ¡no puedo!, han pasado demasiadas cosas, ¡debemos hablar Jacob Black!
-está bien, ahora vamos a llegar tarde a la práctica- le replicó Jacob, Bella lo miró con una ceja alzada- sí, me anoté a básquetbol, es divertido ver como Newton se avergüenza a si mismo- Bella soltó una carcajada.
-nunca cambiarás- por fin se bajó de ese chucho y se dirigió hacia nosotros- chicos él es Jake, luego les contaré la historia- nos sonrió y luego se dirigió a Jake- esta es Alice, te conté de ella, Jazz, también sabes algo de él, Edward, sí es él- Jacob me miró sorprendido cuando Bella me nombró-Rose y Emmet, son pareja, muy simpáticos, parte de la familia de los Cullen, debes conocerlos, Carlisle y Esme han sido muy cariñosos conmigo- le entregó una cálida sonrisa al chucho y este se la devolvió mostrando todos sus estúpidos blancos dientes, me estaba controlando para no gruñirle y tirarme encima de ese...mejor me calmo.
-entonces, tú pequeñaza debes ver el futuro- le dijo el chucho a Alice, ella le dio una sonrisa de asentimiento- sí, era obvio, con todo lo que me contó Bells- no, esto se pasó, ¡solo yo le dijo Bells a Bella!, ¡desde humanos que le decía así!, ¡no puede llegar este perro y adueñarse de Mi sobrenombre para Mi Bella, ¡maldición!, ya estoy hablando posesivamente.
-y tú…
-Jasper- dijo Jazz ya que al parecer el chucho tenía un cerebro más chico que los perros!
-¿cuál es tu don?
-controlo tus emociones.
-woah!, ese es un don, ves Bella deberías aprender de tus hermanos- dijo el chucho para molestar a mi Bella, ella lo miró fijamente e hizo que se diera un golpe en la cara el mismo, esa es MI Bells.
-chicos, vengan a la cancha, ¡vamos a comenzar!- nos llamó el profesor de educación física, fuimos corriendo hacia la cancha de básquetbol que estaba a todo sol, hacia mucho calor, ya estaba sintiendo las primeras gotas de transpiración, menos mal que Bella nos quitó nuestros poderes vampíricos, o sino estaríamos brillando incluso más que el sol.
-¡vamos a jugar!- gritó Emmet animado.
-me gusta su entusiasmo, señor Emmet Cullen, primero comenzaremos con un partido simple, deben saber las reglas- todos asentimos- pues entonces los grupos- tomó la lista y comenzó a leerla- Jasper, Emmet, Edward, Jacob y Ben un grupo, Newton, Laurent, Taylor, James y Luis otro equipo- pobres humanos, serán derrotados en menos de lo que canta un gallo, aunque nosotros ya no tenemos nuestros poderes vampíricos…- ¡comiencen!- el profesor tiro la pelota hacia arriba mientras yo y Newton saltábamos, obvio, yo la atajé, soy más alto que él, comencé a correr hacia el aro, incluso sin mis instintos vampíricos corría más rápido que los demás, fácilmente llegué al aro y metí una canasta dándole dos puntos a mi equipo.
-Wooo!, E-d-w-a-r-d- escuché como Bella me animaba con sus pompones, la miré y estaba haciendo una pirueta, la rueda, luego se abrió de piernas y agitó sus pompones, hay que aceptarlo, era buena animando, demasiado buena, increíblemente sexy con ese traje, ¡Edward concéntrate!
-¡Edward, despierta!, toma el pase- me gritó el chucho, yo lo recibí y seguí jugando, la verdad es que Jacob se veía simpático, si no fuera porque Bella lo recibió con ese cálido koala, lo pasaría, hasta resistiría el olor, no era para tanto, pero como no es así, ¡chucho estúpido!
-¡vamos Edward!- que dulce era la voz de Bella diciendo mi nombre…
-Edward, ¡mete la canasta!- me gritó Emmet, me acerqué al aro, pasé a Newton muy fácilmente y metí la segunda canasta del partido, eso nos da cuatro a cero.
-¡vamos, 4-0!- gritó Alice agitando sus pompones.

El partido pasó así, ganamos veinte cero, sí, penoso para el otro equipo, si hubiéramos tenido nuestros poderes de vampiro hubiera sido comprensible, pero esto era totalmente justo. Fuimos a los camerinos a ducharnos y cambiarnos, luego fuimos al aparcamiento, estaba realmente cansado, eso era nuevo…
-oigan, síganme en sus autos hasta mi casa, tengo algunas películas que me traje de Volterra, así nos vamos a ver unas películas, se pueden quedar a dormir en mi casa, obvio que tú estás más que invita Jake- todo el panorama se arruinó con la última frase, pero lo dejé pasar, todo para pasar la tarde con Bella.
-claro, yo te sigo en la moto- dijo el chucho.
-bien, vamos- contestó Bella con una sonrisa de oreja a oreja, la sonrisa más hermosa que vi en mi vida, ella se subió a su increíble jaguar xf y nos indicó con una movimiento de la mano que nos fuéramos a los autos, Alice, Jasper y yo nos fuimos al volvo, Emmet y Rosalie a su BMW y Jacob a su moto, manejamos hacia las afueras de Forks, antes de llegar a nuestra casa Bella dobló por un camino en el bosque donde caían estrechamente los autos, tuve cuidado de no hacerle ni un solo raspón a mi volvo, después de manejar por unos minutos más nos encontramos con una casa gigante, de madera oscura, tenía dos pisos, muy amplia, como estaba rodeada de árboles y al ser de una madera tan oscura le daba un toque rústico muy lindo, estacionamos y nos bajamos.
-woah!, Bella tu casa es hermosa, tiene un toque hogareño, rústico, hermoso, ¡tan amplia!, ¡tienes un gusto exquisito!, no has cambiado en nada- aprobó Alice con una sonrisa cálida.
-claro, aprendí de la mejor- le contestó Bella devolviéndole la sonrisa- vamos, pondré el aire acondicionado, hace demasiado calor.
-¿tienes aire acondicionado en tu casa?- le preguntó el chucho a Bella, la verdad es que a mi también me sorprendía…
-obvio, nunca pensé que lo usaría por el calor aquí en Forks, menos al que tiene para frío y calor, pero ¡no quería morir congelada!- se explicó Bella, sacó sus llaves del bolsillo y abrió la puerta, el interior me dejó impactado, estábamos en el living, una chimenea enorme con ladrillos alrededor y todo, unos sillones de cuero café, una mesa de centro de madera de roble, increíblemente linda, una alfombra blanca peluda debajo de la mesa de centro, cuadros de paisajes en la paredes, estas eran de madera, el suelo era de una alfombra color vino, seguimos caminando hasta el comedor, una mesa gigante, también de roble, con ocho sillas alrededor talladas a mano, un pequeño bar con algunos licores, más cuadros de paisajes, pero estos eran solo de Italia, Bella debía extrañar su hogar…
-Bella, tu casa es increíblemente hermosa, parece de catálogo, de esas cabañas que cuestan un ojo de la cara, tan rústica y acogedora- comentó Rosalie asombrada.
-sí, bueno, me tomó unos días dejarla como quería, pero me quedó bien, vamos a mi pieza a dejar las cosas- nos guió hasta una escalera de caracol que estaba al final del pasillo, la escalera también era de roble, todo combinada tan bien- en el segundo piso hay cinco habitaciones, una es mía, las otras nadie- soltó una risita y nos guió hasta una puerta blanca grande, giró la perilla, empujó la puerta y entró con nosotros detrás, las paredes eran blancas, el suelo tenía una alfombra lila, la cama tenía un cobertor morado oscuro con cojines blancos, morado y lila, también un escritorio de madera oscura, con un notebook rosa encima y unos papeles amontonados, toda una pared estaba adornada de cientos de fotos, es que la pared era bastante grande, habían fotos de Bella y otras personas en distintos lugares, se veía muy bien, en otra pared había un ventanal que daba a un amplio balcón donde había una mesita y unas sillas de terraza, con algunas flores en maceteros en el suelo, todo estaba perfectamente en su lugar, su pieza era increíble, además en la pared al frente de su cama tenía un plasma gigante con un DVD y algunas películas ordenadas en un estante donde también habían cd´s de música, mucha música, y un mini componente.
-tu casa es increíble, Bells- y ahí va de nuevo el chucho con lo de Bells, ¡solo yo le digo así!
-gracias, dejen sus cosas encima de la cama- dejamos nuestros bolsos encima de la cama de MI Bells y luego nos quedamos mirando las fotos de ella- mejor vamos abajo, escogeremos una película y yo puedo preparar algo de comida.
-¿cocinas?- preguntó Rosalie arqueando una ceja, yo también lo dudaba.
-obvio, ¿cómo podría vivir sola sin hacerlo?- preguntó retóricamente bajando las escaleras, cuando llegamos abajo al living no me había dado cuenta que, en la pared que no pude ver, había un plasma más grande que el de la pieza de Bella (si eso era posible), ¡parecía cine!, abajó de esta tele había un Nintendo Wii con unos cien juegos y algunos controles, también había un DVD y al lado en un pequeño mueble habían unas cincuenta películas.
-¿tienes solo películas de amor?- dijo Emmet revisando las películas de Bella.
-sí, ¿no te gustan?- dijo Bella sarcásticamente.
-iuu- dijo Emmet levantándose del suelo y poniendo cara de asco haciendo que todos nos riéramos.
-¿qué tal si vamos a arrendar unas películas y Bella y Edward se quedan haciendo la comida, confío en que no quemen la casa- dijo Alice con una sonrisa burlona.
-no lo haremos Ali- le contestó Bella sacando su pequeña lengua.
-entonces, volvemos en media hora.
-esperen, ¿por qué no llaman a Tanya para ver si quiere venir?- preguntó Bella, todos la quedamos mirando con una ceja alzada, pero pude ver en su cabeza que tenía buenas intenciones, solo no quería dejarla sola, ¡que tierna!
-fue a Seattle con sus hermanas- explicó Alice- adiós tortolitos- dijo antes de desaparecer por la puerta con todos siguiéndola.
-entonces, ¿qué haremos?- le pregunté a Bella siguiéndola a la cocina.
-pues, yo haré, tú mirarás como hago una pizza Italiana- me contestó sonriente.
-¿Italiana?- le pregunté alzando una ceja.
-obvio, yo vivo ahí, ¿recuerdas?, además no es que los vulturis sepan cocinar mucho- se rió y yo la seguí, nuestras risas combinaban tan bien…
-¿cómo es vivir con ellos?- le dije mientras me apoyaba en la mesa americana de la cocina, ella sacó dos masas de pizza de un estante, mientras buscaba unos vegetales en el refrigerador.
-divertido, son muy cariñosos conmigo, mi padre, Marco, es muy sobreprotector, mis tíos igual lo son pero en menor grado, Jane y Alec son muy simpáticos, los adoro, son como mis hermanos, toda la guardia es como mi familia- terminó de cortar los pimentones, champiñones, zanahorias, cebollas y ajos y los puso en un sartén- aunque a veces es incómodo estar ahí siendo que soy mitad humana, tengo apetitos de sangre, pero me controlo, sé que la guardia podría controlarse, pero prefieren el éxtasis que les produce la sangre humana en vez de salvar vidas y tomar la sangre de animales- comenzó a echar carne molida al sartén mientras todo se freía, luego picó unas vienesas y las agregó.
-¿en qué sentido incómodo?- le pregunté queriendo escuchar de nuevo su voz.
-cuando traen a gente al castillo para ser su almuerzo, ver en sus rostros el miedo que tienen al ser observados con hambre, cuando me miran con súplica, no puedo hacer nada, es algo horrible, trató de no estar en esos momentos, pero a veces se dan las coincidencias, a veces es duro, pero inevitable, no puedo irme contra toda la guardia- agregó al sartén dos salsas de tomate- aunque les he dicho un millón de veces que la sangre de animales es realmente exquisita, ellos prefieren la de los humanos.
-debe ser duro.
-después de cien años, uno se acostumbra, si quitamos ese detalle, adoro vivir en Volterra, ¡listo!- dijo apagando el fuego, echó la salsa a las pizzas, olía demasiado bien, quería devorarlas ahora mismo, luego puso queso encima de toda la pizza, metió ambas en el horno eléctrico y lo cerró- veo que tienes hambre- dijo con una sonrisa, yo solo asentí devolviéndole la sonrisa- prueba esto, te va a encantar- con una cuchara sacó un poco de salsa que había sobrado en el sartén- es exquisito- llevó la cuchara a mi boca yo pobre la salsa y sonreí solo al sentirla en mi boca.
-está demasiado rico- ella soltó una carcajada, de repente se acercó un poco más a mi.
-tienes una mancha de salsa- me dijo acercándose más.
-¿dónde?- le pregunté.
-aquí- se puso de puntillas y juntó sus tentadores labios con los míos, puso sus manos alrededor de mi cuello y yo no pude evitar poner mis manos en su cintura juntándola lo más posible a mi y devolverle el beso, puse mi lengua en su labio inferior, sabía tan bien, abrió sus carnosos labios permitiéndole entrar a mi lengua y disfrutar de su dulce aliento, exploré cada milímetro de su boca, para luego sentir a su lengua jugar con la mía, pero sentía que su cuerpo estaba demasiado alejado del mío, apreté más su cintura y la subí a la mesa americana sin separar nuestros labios, ella rodeo con sus piernas mi cintura y convirtió el beso de dulce a pasional.
-¡veo que no perdieron el tiempo!- escuché la voz de Jazz y la risa de Emmet retumbar en la casa, me separé de Bella, ambos estábamos con la respiración agitada.
-¡qué rico olor!- dijo Rosalie tentada por la pizza.
-claro que no perdí el tiempo, hice una rica pizza italiana, ¿qué arrendaron?- preguntó Bella con las mejillas sonrojadas, se veía adorable.
-el juego del miedo uno, dos y tres, ¡te vas a cansar de las torturas sádicas- Emmet volvió a reír.
-dios, no me gustan las películas de terror- dijo Bella temblando.
-¿vives con vampiros sádicos y te dan miedo las películas de terror?- le preguntó el chucho.
-técnicamente- dijo Bella cruzándose de brazos haciendo que nos riéramos de ella, aún no me podía sacar su sabor de mi boca.

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