jueves, 12 de noviembre de 2009

una eternidad perdida en tus ojos, capítulo 43: "abriendo los ojos"


No me podía creer que Edward se fue corriendo tras Tanya, o sea, me besa y luego se va a los brazos de otra porque nos vio dejándonos llevar, ¿cómo me sentía ahora?, totalmente despechada, me siento inútil, insuficiente, si no tengo a Edward no se que haré, lo amo demasiado, necesito verlo, necesito sentirlo, pero él no me necesita, eso es lo que más me duele, ¿cómo diablos voy a sobrevivir ahora?, no puedo creer que después de tanto buscarlo, 100 malditos años buscándolo y cuando lo encuentro, primero, no me recuerda, y para llevarse el medallón de oro, no siente nada por mí. Pero de una cosa estoy completamente segura, yo ya no me rebajaré a arrastrarme por Edward Cullen, ya no seré su sombra, aunque, tal vez podría hacer un último intento, Edward no tenía sus poderes vampíricos, o sea, Edward no tiene su súper velocidad, en un segundo lo podría alcanzar, no me faltó convencerme más, ya estaba corriendo siguiendo su olor, en un par de segundos lo encontré buscando a Tanya, pero no la encontraba, claro yo aún no le devolvía sus dones de vampiro.
-Edward, yo…
-nada, por favor déjame tranquilo unos minutos, quiero encontrar a Tanya y disculparme y no sé donde está- se notaba tan desesperado, de verdad le interesaba Tanya.
-disculparte, ¿te arrepientes de todo?- le pregunté seriamente.
-yo no…es que…- suspiró frustrado- no lo sé- sentía como las lágrimas peleaban por salir, pero no me mostraría débil en frente de él.
-bien, me voy- susurré y comencé a caminar lentamente y aún conteniendo las lágrimas.
-¡Bella!- sonreí internamente, solo caminé cinco pasos y ya se había dado cuenta de su error, pero me mostré totalmente indiferente cuando volteé a mirarlo.
-¿si?
-¿podrías, por favor, devolverme mis poderes vampíricos?, estoy desesperado buscando a Tanya y…- lo paré poniendo mi mano en sus labios, pero la saqué inmediatamente al notar que eso solo me hacia peor, el no me detuvo para disculparse, el quiere seguir corriendo tras de ella, cuando se supone que ella es la otra, pero daba igual, me concentré unos segundos, ya no tuve la fuerza de contener las lágrimas, abrí los ojos cuando ya lo había dejado como vampiro, una frían y estúpida roca, y no lo pienso porque sea vampiro… Me encontré con sus ojos, ahora estaban tristes, pero no me importó, debe estar triste por su Tanya, que tonta me siento.
-adiós- susurré antes de irme corriendo.
-¡Bella!- escuché como Edward me llamaba, pero no le hice caso, lo único que quería era desparecer, que la tierra me tragara y no me dejara salir, seguí corriendo hasta que choqué con algo duro y unos brazos me aprisionaron, unos fríos brazos, pero ese no era SU olor, era el de mi hermano del alma, Jazz, levanté la mirada y me encontré con la preocupación en sus ojos color ámbar.
-Bella, ¿qué te pasa?, puedo sentir tu tristeza a kilómetros, pequeña.
-es que Edward, él, yo, Tanya, ¡malditos números!- comencé a llorar en el pecho de Jasper, maldición, diablos, rayos, odio a Edward Cullen.
-Bella, lo siento tanto, mi hermano es un estúpido, sabes lo estúpido que es, obvio que lo sabes, ¿estás bien?- me preguntó Alice, levanté el rostro, yo no estaba bien, para nada y Alice lo entendió- o dios mío, voy a matar a Edward Cullen.
-no- la interrumpí, ella me miró con una ceja levantada como si no entendiera mi punto- no quiero nada con él, nada, no quiero verlo ni en pintura ni en figurita, no quiero saber de él, no quiero nada, absolutamente nada, de él- me imaginé la cara de Tanya si es que escuchara esto, me dio una rabia tremenda- me voy- susurré y comencé a caminar hacia mi auto.
-Bella, espera, ¿a dónde vas?- me preguntó Alice alcanzándome con Jazz a su lado.
-voy a mi casa, necesito estar sola- suspiré y me subí a mi auto despidiéndome de Jazz con una sonrisa amarga, ellos me miraron preocupados, pero me dejaron ir, sabían que ahora solo quería estar sola, solo necesitaba manejar, puse un poco de música, claro de luna, bien, todo está bien, todo está bien.
-¿qué te pasa Bells?- salté en mi asiento haciendo que casi chocara, pero pude controlar el auto, maté a Jacob con la mirada, quien estaba en el asiento de atrás, ¿cómo no me fijé en él?, claro, Edward, lágrimas, dolor, suena lógico…
-nada, absolutamente nada- mascullé apretando el volante.
-si sigues así romperás el volante- dijo Jacob haciendo que me enojara más, estacioné en frente de mi casa, me bajé y cerré con un portazo haciendo que los vidrios de mi querido jaguar temblaran.
-¿qué quieres, Jake?- le pregunté de mala gana.
-sé lo que pasó con Edward, lo vi, decidí esperarte en el auto, ya que Jazz y Alice te comenzaron a consolar antes que yo- contestó seriamente, estiró los brazos y yo me tiré a él desahogándome de todo, comencé a llorar mientras Jake abría la puerta de la casa y entraba conmigo entre sus brazos, me tomó como los recién casados y me llevó hasta mi gran sofá de cuero, se sentó en él y me puso encima suyo.
-yo, yo, estoy tan mal…- comencé a llorar de nuevo- tenía que enamorarme de un estúpido- balbuceé.
-calma, Bella, tal vez él solo no es el correcto.
-¿cómo no va a ser el correcto si yo lo amo más que a nada en el mundo?- le pregunté incrédula.
-Bella, tal vez eso creías tú- rectificó, volvió a abrazarme apretándome fuertemente a su pecho, sentí su rico aroma a madera y a bosque, su calor confortador, me gustaba como se sentía, me gustaba mucho.
-gracias, Jake- susurré calmándome un poco.
-no te preocupes Bells, solo recuerda que siempre tendrás a alguien aquí, Alice, Jazz, Emmet, Rose, Carlisle, Esme, yo, yo siempre estaré para ti, yo te adoro Bella, eres lo más importante que tengo en mi vida- dijo mirándome a los ojos, yo solo pude sentir la sinceridad de sus palabras y sopesar lo que había dicho, ¿yo era la persona más importante para él?, wow, bueno, como dicen “cuando una puerta se cierra, dos se abren”, me abracé más a Jake y apoyé mi mentón en su hombro.
-tú también eres demasiado importante para mi, Jake- susurré en su oído, no podía decirle que era la persona más importante en mi mundo, porque, aunque no quería aceptarlo, ni quería que fuera cierto, yo amaba de verdad a Edward y siempre sería mi sol.
-no sabes como me alegra escuchar eso- me apretó más a su pecho, me sentía tan protegida, tan cómoda.
-te quiero, Jacob.
-te quiero, Bella- pasé mis manos por su cuello y escondí mi cabeza en su cuello- Bella, yo no te quiero como una hermana, te quiero como algo más…yo, yo- no que no diga esas palabras- te amo- suspiré en su cuello, ¿por qué todo es tan complicado?, levanté la cabeza y lo miré a los ojos, me perdí en esa profundidad, si Edward me dejó, yo también tenía que dejarlo, debía superarlo, aunque me costara todo, mi vida, mi felicidad, por lo menos haría feliz a Jake y él sería mi medicina, aunque solo eso, una medicina, me acerqué un poco a él, necesitaba un consuelo, y Jacob estaba ahí para ser mi consuelo, Jake tomó mi rostro entre sus manos y juntó nuestros labios, eran tan ardientes, tan insistentes, le devolví el beso, se sentía bien, distinto a como cuando besaba a Edward, aunque no sentía las mariposas que sentía cuando Edward me besaba, igual era especial, Jake no besaba mal… lentamente me separé de él para luego quedarnos mirando a los ojos.
-no te puedo prometer amor, pero si sé que te quiero- susurré, él me regaló una calida sonrisa.
-es lo único que necesito Bells, sé que terminarás amándome casi tanto como yo lo hago.
-confiemos en eso- le devolví la sonrisa y volví a juntar nuestros labios, adiós Edward, adiós Tanya, adiós lágrimas, adiós dolor, adiós pasado, ¡hola futuro!

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