domingo, 13 de diciembre de 2009

afortunada, Parte 1: "Otoño" (1)


Prefacio.

-si piensas que me pondré eso, Alice, estás más loca que una cabra- dije casi suplicando a los cielos para que esto fuera un sueño y yo no haya aceptado esta estupidez.
-vamos, hermanita, tienes un cuerpo increíble, te quedará de maravilla y Edward no podrá resistirse- me dijo Nessie mientras subía y bajaba sus cejas.


-¡dios, no!- grité- ¡quieren torturarme!


-Bells, cálmate, veamos los pros y los contra, pros: te quedará increíble, Edward te verá, te sacará a bailar, tu coquetearás, Alice tendrá su tesis, contra:…- Rose se quedó pensando en los contra, pero al parecer no encontraba ninguno.


-contra: ¡pareceré una puta!- chillé.


-no, Bella, lo menos que quiero es que parezcas una fácil, esto tiene que ser un cambio para mi hermanito, Edward ha tenido demasiada diversión en su vida, necesita algo serio, ahora, yo quiero mi tesis, tu quieres a Edward, no me lo niegues, mientes horriblemente, y Edward obtendrá lo que quiere, aunque el no sepa que eso es lo quiere, estoy segura que al final de todo me agradecerán que sea la doctora corazón de estos tortolitos, además, ¡quiero pasar con honores mi carrera de psicología y para eso necesito mi tesis!- ¿por qué estaba dejando que Alice me convenciera?, o mejor aún, ¿por qué diablos acepté ayudar a Alice?


-mira Bella, ¡que lindo vestido!, solo póntelo, es azul, el color favorito de Edward, te tapa la mitad de los muslos, eso es bueno, tiene un escote que favorece tus dotes, y mira estas mostacillas en el escote, ¡es hermoso!- me reprochó Rose mostrándome el vestido, ¡maldigo el día en que se me ocurrió tener amigas en la universidad!- además, nosotras te maquillaremos y peinaremos, ¡haremos que parezcas una reina te guste o no!- me sentó en la silla al frente del tocador que teníamos en nuestra pieza y comenzó a sacar cremas, pinturas, joyas, un alisador, un ondulador, un secador, ¡que la tierra me trague!



Afortunada, Parte I: “otoño”



-despierta hermanita, ¡feliz cumpleaños!- escuché la voz de Nessie mientras aún estaba en los brazos de Morfeo, no quería despertarme, estaba en la séptima nube, soñando con…- ¡Isabella Marie Swan! Felices 18, querida hermana, ¡despierta!- gritó Nessie saltando encima de la cama haciendo que bajara hasta la realidad- ¡BELLA, BELLA, BELLA!


-ya, ya, desperté, ¿está bien?- suspiré fuertemente, volví a cerrar los ojos queriendo dormir unos segundos más, pero sentí un golpe en la cara que me despertó completamente, Nessie me había pegado con un cojín.


-¡despierta dormilona!, feliz cumpleaños- se tiró encima de mí, ¡dios que hiperactividad!


-gracias, Ness, pero no lo grites, no quiero que el mundo se entere que estoy de cumpleaños- le supliqué mirándola con ojos de corderito degollado.


-pero si casi todo el instituto lo sabe, tus amigos y tus enemigos- soltó una risita al recordar mi rivalidad con el grupito de las huecas.


-bueno, me voy a arreglar para ir al infierno- le sonreí mientras me paraba.


-espera, quiero darte mi regalo- me sonrió abiertamente mientras yo me volvía a sentar.


-sabes que odio todo lo que implique sorpresas.


-esta te encantará, cierra los ojos- le hice caso hasta que unos cinco minutos después me volvió ha hablar- ábrelo- le hice caso encontrándome con una cajita azul oscuro de esas de joyería.


-¿quieres pedirme matrimonio?- le pregunté con una ceja alzada, ella rodó los ojos.


-sí Bella, aceptas ser mi esposa, te amo demasiado, no importa que seamos hermanas y que yo ame a otro hombre- dijo sarcásticamente, yo me reí de ella- ábrela- me entregó la cajita, yo la abrí medio dudando para encontrarme con dos collares con el signo del “ying y el yang” en miniatura.


-son preciosos, Nessie, gracias- la abracé sinceramente y ella me devolvió el abrazo, luego nos separamos y ella sacó uno para ponérmelo.


-¿recuerdas cuando mamá nos explicó la historia del ying y el yang?- me preguntó con un brillo particular en los ojos recordando viejos tiempos, yo asentí sonriendo- pues nosotras somos como el ying y el yang, somos totalmente diferentes, pero cuando nos juntamos hacemos un equilibrio perfecto- terminó de ponerme el collar y yo tomé el otro para ponérselo, cuando terminé le di otro abrazo agradeciéndole el regalo.


-¡abrazo familiar!- gritó la voz de Emmet, quien apareció de la nada y se unió a nuestro abrazo- ¡felices 18, peque!-nos abrazó más fuerte y yo ya no podía respirar.


­-¡Emmet, Bella está azul!- lo retó Nessie, Emmet nos soltó y yo tomé aire desesperadamente, sobreactuando un poco…


-Bella como actriz te mueres de hambre- se rió Emmet.


-salgan de mi pieza, tengo que arreglarme- les ordené mientras los dos salían riéndose de mí, cerré la puerta mientras pensaba si me ponía o no el vestido que Alice me había comprado para este día, si no lo hacía ella me mataría, pero daría lo que fuera para poder usar unos jeans simples, una polera simple y mis simples converse, justo en ese momento comenzó a sonar mi celular, un mensaje.


“si no te colocas lo que te compré tendrás que andar desnuda por el instituto,


Felices 18!,


Tu amiga, Alice”


Suspiré al leer por tercera vez el mensaje, Alice era capaz de dejarme desnuda y más, fui a buscar el estúpido vestido, lo saqué del colgador y lo observé, era lindo, con tirantes, con un escote normal, algunas mostacillas en él formando diseños hermosos, luego caía hasta la mitad de mis muslos, era casual, de color azul, mi favorito, simple, juvenil, lindo, cómodo, pensándolo bien, no estaría mal ponérselo…combinado con mis botas nuevas, regalo de Rose, eran negras largas, de cuero, una linda combinación, con el hermosos collar que Nessie me había regalado. Me vestí rápidamente, me veía linda, bastante linda, y me sentía cómoda, fui a mi baño a peinarme, me cepillé el cabello y con una crema de peinar que Alice me había comprado marqué mis ondas más aún, ¿maquillaje?, no, aunque tenía los labios un poco secos, solo un poco de brillo labial sabor frutilla, mejor lo llevaría al instituto, me encantaba saborear ese brillo y nunca me duraba mucho…


-Bella a desayunar- mi mamá me llamó desde abajó, suspiré mientras me daba otra mirada al espejo, esa no era la tradicional Bella, yo siempre llevaba ropa simple que no marcaba mis curvas, solo me sentía cómoda, pero hoy mi cuerpo se acentuaba con este vestido, y las botas le daban estilo a la tenida- ¡BELLA!- gritó de nuevo mi madre, bajé rápidamente para que parara de gritar, cuando entre a la cocina me miró de arriba abajo con una sonrisa en sus labios- wow, si que vas a matar corazones hoy en el instituto, Bells- rodé los ojos por su comentario, como si eso fuera cierto- felices 18 hija- me abrazó fuertemente dejándome sin aire, ya sabía de donde venía la súper fuerza de Emmet- te hice tu desayuno favorito, amor, disfrútalo, iré a ver si Nessie está lista- subió las escaleras mientras yo me sentaba a desayunar, quince minutos después estábamos en el jeep gigante de Emmet camino a la escuela.


-Bella, ahora eres toda una mujer- dijo Emmet mientras me miraba con los ojos llorosos, ¿esto era una broma, se iba a poner a llorar?- uy, ahora tendré que darte la charla del sexo hermanita- se rió estruendosamente dejando atrás todo signo de tristeza.


-no, Emmet por favor- supliqué mientras mis dos hermanos se reían.


-claro que sí, Nessie se ha salvado estos meses solo porque he estado esperando a que tú, peque, tengas 18- Nessie es unos meses mayor que yo- , porque espero que aún seas virgen- me miró seriamente mientras yo rodaba los ojos.


-sabes que si lo soy, tú eres el único pervertido que no lo es, junto con Rose, claro.


-calma hermana, tuve la charla con nuestros padres no es tanto- Nessie me sonrió abiertamente.


-¿crees que será lo mismo?, ¿estás comparando a nuestros compresivos padres con el gorila este?- le pregunté incrédula, su sonrisa se borró y tragó saliva ruidosamente mientras Emmet se ría estacionando el auto, me bajé rápidamente, no quería empeorar más este día, solo quería escapar de ahí para que nadie me saludara.


-¿a dónde crees que vas?- alguien, Jasper, me tomó como sacó de papas poniéndome en sus hombros, me preocupé porque el vestido se me subiera, pero nada se veía, menos mal.


-bájame- comencé a patear su pecho mientras él caminaba conmigo en sus brazos- Jasper, es mi cumpleaños, bájame, por favor- rogué mientras él se carcajeaba.


-no pesas nada, Bells- comentó llegando hasta el resto de los Cullen.


-bájame- rogué suplicando que Edward no estuviera ahí, ¡no podía ver nada porque mi pelo estaba en mi cara!- ¡bájame si no quieres que grite que me quieres violar!- lo amenacé pegándole de nuevo en el pecho, ¡pero para él era como si le hiciera cosquillas!- ¡AH ME QUIEREN VIOLAR!- chillé haciendo que ahora todos los Cullen y mis hermanos se rieran, diablos, escuché la melodiosa risa de Edward, ¡le estaban dando una perfecta vista de mis piernas!


-Jazz, bájala antes de que el director llegue pensando que eso es verdad- dijo Alice haciendo que yo le agradeciera en mi mente, Jasper me bajó en un segundo haciendo que me tambaleara, Emmet me sujeto para que no me cayera.


-gracias, Jasper, arruina más mi equilibrio- le agradecí con una mirada asesina.


-¡felices 18!- gritó mientras me abrazaba haciendo que todo el instituto recordara mi cumpleaños.


-¡Jasper!- me quejé mientras me soltaba de su abrazo- idiota- murmuré cruzándome de brazos.


-¡feliz cumpleaños, Bells!- chillaron Alice y Rose abrazándome “a lo sándwich”.


-gracias, ahora suéltenme- me volví a quejar, ¡odiaba estas cosas!


-que gruñona- se burló Alice.


-solo déjame mi metro cuadrado- dije dibujando con mi dedo índice un cuadrado invisible a mi alrededor, ella rodó los ojos mientras los demás se reían.


-feliz cumpleaños Bella- me dijo Edward mientras me abrazaba.


-gracias Edward- al único que jamás le negaría un abrazo…


-¿por qué el te puede abrazar y yo no?- me preguntó Jasper enojado, “porque lo amo, dah!”


-porque él no me mata en el intento- le saqué la lengua mientras extrañaba los brazos de Edward a mi alrededor, sí, patético, es que estas fechas importantes, cumpleaños, navidades, año nuevo, son las únicas donde tengo contacto físico con él, ya que casi siempre (por no decir siempre) me ignora, o sea, nos saludamos, pero nuestra relación no es de amigos, por ejemplo, con Nessie son los mejores amigos, es como si yo solo fuera la hermana de su mejor amiga, ¿por qué yo no puedo ser su mejor amiga?, tal vez solo tenía la esperanza de que Nessie dejara a Jacob, Ness era muy linda, nos parecíamos, pero yo pienso que ella es mucho más linda que yo, aunque Alice siempre dice que ambas somos hermosas a nuestro modo, es solo porque es mi amiga, no quiere que sufra por el rechazo de Edward, ella no sabía que estaba enamorada de él, pero si sabía que me afectaba algo, es que Edward no rechazaba a ninguna mujer, era como el “mino” del instituto, todas estaban vueltas locas por él y no puedo decir que él no se aprovecha de eso…lamentable, ¿por qué me rechaza a mí?, ni idea, ¿tengo algo malo?, es lo más probable, tal vez no me encuentra linda, no lo sé, y lo peor es que no puedo decir que me da igual, por que siento cosas fuertes por él, aunque no quería pensar en eso, siempre trato de evitarlo, aunque pocas veces puedo.





La tarde pasó entre saludos y sonrisas incómodas de mi parte, prácticamente todo el instituto me saludó excepto Jessica, Lauren y Tanya, ese es el llamado “grupito de las huecas”, todo el mundo lo sabía, excepto ellas, se creían las reinas del instituto cuando todos las odiaban, menos Edward, claro, parecían modelos y estaban babosas por Edward, ¿acaso lo creen tan inocente como para dejarlo pasar?, por supuesto que no, lo conozco desde que éramos vidas en pañales, nuestros padres son íntimos amigos desde el instituto, y siempre ha tenido la tendencia de atraer a las chicas como si de un imán se tratase, ¿me importa?, sí, demasiado para mi pobre corazón.


-Bella, ¿qué haremos para celebrar tu cumpleaños?- me preguntó Alice mientras íbamos hacia el estacionamiento para volver a nuestras casas.


-nada, absolutamente nada- le contesté tajantemente.


-¿por qué tan aguafiestas?- me preguntó Rose mientras se unía a nosotras junto con los demás.


-no tengo ganas de fiesta- dije cruzándome de brazos.


-siempre tan terca, hermana- se quejó Nessie.


-vamos, queremos festejar-me animó Emmet.


-pues festejen, nadie se los impide, yo solo estaré un rato con mi guitarra y luego soportaré las sorpresas que ustedes y mis padres me tienen- suspiré, odiaba las sorpresas y todos lo sabían.


-¿por qué odias tanto las sorpresas?- me preguntó Edward, por primera vez hablando, lo miré a los ojos, solo veía la curiosidad de su pregunta.


-no lo sé, solo las odio, odio no saber lo que pasará- dije mientras agachaba la cabeza mirando como mis pies avanzaban, como que me costaba ver a Edward a lo ojos.


-eres rarita, peque- se burló Emmet, yo lo miré feo- es cierto, casi todas las personas aman las sorpresas, todos aman ser el centro de atención, tú odias serlo- se explicó mirándome con una ceja alzada- simple, eres un fenómeno.


-¿gracias?, destruyes el poco ego que tengo, ¿quieres que terminé en un psicólogo?- le pregunté cruzándome de brazos, tercera vez que lo hacía en el día, conclusión, odio mi cumpleaños.


-bien, pues si odias las sorpresas, no será sorpresa, hoy vendrá todo el instituto y algunos otros chicos que conocemos a mi casa, habrá una fiesta para ti, serás el centro de todo, disfrutaras, te sorprenderás y todo con una sonrisa en el rostro, ¿entendido?- me preguntó Alice poniendo sus manos en su pequeña cadera, me daba miedo, será mi mejor amiga pero tenía su lado malvado.


-entendido- murmuré caminando hasta el jeep de Emmet, me subí, no sin un poco de esfuerzo, y cerré la puerta de un portazo esperando que mis hermanos llegaran, ¡gran día me esperaba!, nótese el sarcasmo.


-Bella, te dejé tu vestido encima de tu cama junto con tus zapatos y accesorios, no podremos ir a arreglarte, solo Nessie te ayudará- me gritó Alice, rodé los ojos, ¿acaso no podía tener un cumpleaños tranquilo?, no, con mis amigos, no. La verdad es que me gustaban las fiestas, me gustaban bastante, pero ver a Edward coquetear con cualquier objeto que tenga una falda era bastante frustrante, ¡sobre todo porque a mí ni siquiera me miraba!, aunque eso es mejor, creo, así por lo menos no soy una puta, digo, somos bastante pocas las que no han caído en la redes de Edward Cullen, principalmente soy yo, Alice (su hermana), Rose (tiene novio), Nessie (tiene novio y son mejores amigos), todas tenían una excusa excepto yo, no tenía novio, no éramos parientes, nada, era una chica que al parecer no cumplía sus expectativas, yo no usaba mini faldas (a no ser que Alice me obligara) ni le movía el trasero para que babeara por mí, yo sabía que podía hacerlo y me conseguiría algunos pretendientes, digo, no soy linda como Nessie, pero tampoco soy horrible, y mi cuerpo tampoco está tan mal, o sea, soy delgada, pero no desnutrida, tengo mis pocos atributos, pero los tengo, mejor dejaba de pensar en eso, estaba tan ensimismada en mis pensamientos que no me di cuenta cuando Emmet y Nessie se subieron, ya estábamos llegando a casa, justo cuando nosotros estacionamos, en la casa de la derecha estacionó el volvo y en la casa de la izquierda el convertible, sí, todos éramos vecinos, por eso nos hicimos amigos desde pequeños, todos siempre hemos vivido en Forks, sé, aburrido, aunque con mis amigos es pasable.


-hermanita, báñate, vístete, y yo te peino- me ordenó Nessie mientras bajábamos del jeep.


-¿no puedo hacerlo yo?- tampoco era tan torpe como para no peinarme, pero Nessie me puso los ojos de perrito, esos ojos que a ella le quedaban tan bien, era increíble, te llegaba al alma esa mirada- está bien- bufé mientras entraba a la casa, subí las escaleras corriendo hasta mi cuarto y cerrando la puerta de un portazo, ahí en mi cama estaba mi perdición, un vestido igual a los de Marilyn Monroe, exactamente igual, ya me imaginaba a mí pasando por la calle mientras la tela azul se levantaba por el viento, pero ese no era el problema, mi infierno eran los tacones que habían ahí, unas sandalias con un tacón aguja, eran plateadas, bastante lindas, ¡pero un arma mortal para mí!, corrí hasta mi ventana y la abrí de golpe.


-¡Alice!- grité, unos minutos después salió su diminuta cabeza por la ventana que tenía enfrente de mí, sí, nuestras piezas estaban paralelas, a veces éramos tan tontas que hablábamos por teléfono mientras nos mirábamos, o simplemente gritábamos, era divertido, pero ahora no había nada gracioso.


-¿sí, Bellita?- dios como odio ese sobrenombre.


-¡no usaré esos malditos tacones!- grité.


-Bella, ¡cuida tu vocabulario!- me gritó mi madre, rodé los ojos mientras Alice se reía, aunque no era la única que se reía, ¡maldición!, identifiqué la risa de Emmet, Nessie…y sí, Edward, ¿a caso hoy era el día de avergonzar a Bella?, eso creo.


-los usarás- gritó Alice antes de cerrar su ventana y luego sus cortinas rosadas, di un grito de rabieta, patético, pero necesitaba descargarme, Alice me obligaría a usarlos, cerré la ventana fuertemente causando que el vidrio temblara.


-Bella, calma…


-shh- interrumpí a Nessie que gritaba desde su pieza, solo me metí al baño a tratar de relajarme… Media hora después Nessie hacía maravillas en mi pelo, mi piel, mi cara, yo suspiraba seguidamente, ella se veía hermosa, yo jamás alcanzaría eso, en fin, nada de ponerse depresiva…A las ocho, sí, Nessie demoró unas dos horas en arreglarme, era tan diabólica como Alice, yo estaba lista.


-suban- nos ordenó Emmet, lo quedé mirando como si él fuera un retardado, sí que lo era.


-Emmet, es la casa de al lado, ¡para qué quieres ir en el jeep!- grité, la verdad es que no estaba nada feliz con mi cumpleaños.


-calma, enana, tenemos que ir con clase, es una fiesta formal- dijo imitando ese tono de niño cuico, rodé los ojos.


-ese jeep no tiene nada de elegante.


-sube- volvió a decir Emmet.


-ni muerta- me crucé de brazos, cinco minutos después estaba en el jeep camino a…la casa de al lado, me bajé lo más rápido que pude para que no notaran que estaba con Emmet, patético…


-¿para qué el jeep?- me preguntó Jasper mientras yo entraba a la casa que estaba con el maldito ambiente de fiesta, todos ya estaban bailando, la música sonando, bla bla.


-no preguntes, el gorila que tengo de hermano, ya sabes- hice un movimiento con la mano en signo de despreocupación, Jasper se rió mientras tomaba mi mano y me llevaba a la pista de baile- al parecer quieres suicidarte- me miró con una ceja alzada- estás bailando conmigo, ¿no te das cuenta del peligro?- se rió de mí y yo lo acompañé, bailamos un rato, leseando, tonteando, como amigos, obvio.


-hey, ¿quieres quitarme el novio?- me preguntó Alice mientras se acercaba con una sonrisa de oreja a oreja- ¡pero si no has matado a nadie!- se burló, rodé los ojos y me alejé antes de que se pusieran a reír a costa mía.


-¿quieres bailar preciosura?- me preguntó Jake con una sonrisa burlona.


-¡que honor!, te separaste de Nessie por mi- le dije mientras dejaba que me arrastrara a la pista de baile, de vuelta a ese horrible lugar…


-en realidad tu celoso hermano Emmet interrumpió nuestro inocente baile- dijo Jake carcajeándose, yo lo acompañé.


-no cambiarás, ¡espero que no te aproveches de que Nessie te ame!- lo amenacé.


-sabes que jamás lo haré- dijo con una sonrisa de tonto enamorado, ¡que tierno!


-lo sé- le contesté mientras me apoyaba en su pecho bailando al compás de la música electrónica, pude ver claramente como Edward bailaba con una chica, no la reconocí, pero no solo bailaban, se estaban besando mientras él arrastraba sus manos hasta el trasero de la chica, ¡y ella no lo apartó!, solo se juntó más a él, moviendo su trasero para que él lo disfrutara, ¡pero qué puta!


-hey, Bella, despierta, Bells, ¡Bella!- gritó Jake sacándome de mis pensamientos sádicos contra esa estúpida zorra de mier…-¡Bella!


-¿qué?- le pregunté irritada, él se giró para ver a quien miraba, suspiró al ver quien era.


-creí que habías superado lo de Edward- comentó como si habláramos del clima.


-lo hice- me miró con una ceja alzada- es que es un maldito mujeriego, dime la verdad Jake, ¿tan mal estoy que no me da ni una oportunidad?- le pregunté tratando de contener mi rabia.


-Bella, eres mucho mejor que todas esas putas, él solo quiere el camino fácil, sabe que tú no serás fácil- me explicó, suspiré, me apoyé en su pecho de nuevo- Bella, ni siquiera se merece que pienses en él, será mi mejor amigo, pero es un maldito mujeriego, un mino caliente, sácatelo de la cabeza, no te merece, tú encontrarás a alguien que de verdad valga la pena- suspiré contra su pecho, Jake tenía razón, pero una cosa era decirlo y otra hacerlo…

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