sábado, 6 de marzo de 2010

afortunada, parte III: "atraerlo físicamente" (2)


-bien, no tenía mucho tiempo, ni tampoco mucho material, pero pude transformarte en una diosa- dijo Alice satisfecha de su trabajo, rodé los ojos por su exageración.
-¿puedo verme ya?
-pero que aguafiesta, hermana- dijo Nessie mientras traía el espejo a duras penas poniéndolo en frente de mí, debía aceptarlo, me veía bien, las chicas habían transformado un viejo vestido mío ya que no tuvimos tiempo de ir a comprar, lo cual agradecía al cielo, ahora era más ceñido al cuerpo acentuando más mis inexistentes curvas, tampoco me veía como una "tanya", seguía siendo de color morado, sin tirantes, strapless, llegaba un poco más arriba de la rodilla, tenía unas letejuelas adornándolo, eso lo habían puesto las chicas, les había quedado muy lindo, el peinado era simple, solo remarcaron mis ondas dándoles brillo, el maquillaje consistía en un brillo labial, me pintaron un poco los ojos, encresparon mis pestañas, un poco de rubor, casi imperceptible, todo iba bien, exceptuando los zapatos, unos tacones que, con solo cinco minutos puestos, ya me estaban matando los pies.
-bien, bajemos- dijo Rose tomando su folso, no puedo dejar pasar que ellas se veían dolorosamente bien.
-¿no puedo cambiar estos tacones por mis converse?- pregunté sabiendo la respuesta, ellas me ignoraron, solo salieron sin dejarme más opción que seguirlas, bajé las escaleras mirando mis pies tratando de ser cuidadosa, no quería terminar en el suelo, no señor, cuando mis pies tocaron el firme suelo del primer piso pude respirar profundo y levantar la mirada, al parecer me había demorado demasiado tratando de no caerme ya que el único que quedaba era Edward quien me miraba con una sonrisa torcida, debo confesar que me quito el aliento esa imagen, él con su pelo despeinado, sus ojos verdes con ese brillo que tanto me gustaba, su sonrisa torcida que podía iluminar toda una ciudad, de eso estaba segura, su pose relajada, llevaba unos simples jeans y una polera pero no sé por qué a él se le tenía que ver tan malditamente bien.
-Bella, te ves increíble- dijo abriendo la puerta de entrada para que yo saliera.
-gracias- murmuré sonrojándome, me subí al auto esperando a que él entrara, cuando encendió el auto comencé a ver sus cd's para escoger alguno, al final escogí uno de "the killers", lo puse y comenzó a llenar el auto la canción "believe me natalie" la cual me encantaba.
-creí que no te gustaban las fiestas- comenzó con la conversación.
-depende- contesté sin más.
-¿de qué?
-de mi ánimo, aunque es difícil atinarle, hay veces que ni yo sé cómo me encuentro, ni siquiera sé como debería encontrarme para que me puedan invitar a una fiesta- me encogí de hombros como si fuera algo sin importancia, pero él me miraba como si fuera lo más interesante del mundo, y de repente soltó una risita melódica- ¿qué?- le pregunté sonriendo, sin poder evitar sen contagiada por esa deslumbrante sonrisa.
-eres rara- dijo como si fuera normal decirle rara a las demás personas.
-¿gracias?- dije más como preguntando, ¿qué significaba que me dijera "rara"?, nada bueno supongo.
-lo siento, quería decir rara en el buen sentido.
-¿hay un buen sentido para la palabra rara?- le pregunté con una sonrisa burlona.
-bueno una linda rareza- dijo tratando de arreglarlo- algo así como única.
-gracias- dije ahora en serio, su sonrisa se agrandó, y por ende, la mía igual- nunca me habían hecho un cumplido tan...raro- dije en broma.
-¿raro en el buen sentido?
-no- dije riéndome, él me siguió y apagó el motor, ya habíamos llegado, era la casa de uno de los estudiantes, según Alice ahí vivían tres personas que pagan la pensión juntas y al parecer les gustaban los lujos, ya que era una casa bastante grande.
-¿piensas quedarte ahí?- dijo Edward con su mano tendida y mi puerta abierta, le sonreí y acepté su mano, pero no la solté y me agradó saber que Edward tampoco lo hizo.
-chicos llegaron- dijo Alice mirnado fijamente nuestras manos unidas, ellos aún no habían entrado, estaban esperándonos junto al convertible de Rose.
-vamos, hace mucho frío aquí afuera- dijo Ness arrastrando a Jacob adentro de la casa, todos los seguimos y literalmente quedé boquiabierta al ver que la casa estaba convertida en una verdadera pista de baile, era increíble, con luces, la música en un volumen casi doloroso y todo lo demás.
-wow, hicieron un buen trabajo- comentó Jacob silbando por lo bajo- vamos a bailar- dijo animado.
-¡Edward!- ¡gracias dios!, pensé sarcásticamente, Tanya estaba al frente de nosotros con una mini falda (demasiado mini para mi gusto) y un top apretadísimo, ¿acaso podía respirar?, pero debía aceptar que la muy estúpida se veía bien, Edward soltó mi mano y la saludó con un abrazo, yo quedé por segunda vez boquiabierta, pudo haberle dado un abrazo sin soltarme, pero no, ese...
-¡Bella!- ¡gracias dios!, pensé ahora en serio, Ryan me abrazó fuertemente casi levantándome del suelo, me recodaba a Emmet, tan aprensivo, le sonreí de veras agradecida por su presencia- pensé que no vendrías.
-pero estoy aquí- miré de reojo a Edward y Tanya y pude ver que se iban a la pista de baile, bien a este juego lo pueden jugar dos- ¿vamos a bailar?- le pregunté y sin esperar respuesta lo arrastré hasta la pista de baile, estratégicamente me puse justo donde Edward pudiera verme fácilmente, comenzamos a bailar, estaban tocando la canción mata de tito el bambino, me gustaba, traté de bailar sin hacer el ridículo y creo que funcionó porque nadie me miraba raro o se reía de mí en mi cara. Busqué a Edward con la mirada, fue fácil encontrarlos, bailaban sumamente pegados, esa... se estaba refregando contra ese estúpido mujeriego en celo, penosamente él me descubrió observándolo, rápidamente corrí la mirada y a sabiendas de que él nos veía me pequé más a Ryan esperando que él no me malinterpretara.
-Bella- murmuró Ryan alejándome un poco- tengo novia y...- oh maldición, metí la pata.
-oh Ryan lo siento, es que, en realidad yo, bueno yo- oh que más da- en realidad yo quería darle celos a Edward y lo siento mucho porque es algo muy malo utilizarte pero es que no sabes lo desesperada que estoy viendo como seduce a cada par de piernas largas que se le atraviesa en el camino y yo...
-Bella- me calló Ryan con una sonrisa divertida en el rostro, no parecía enojado y eso era bueno- calma, si era eso debiste haberlo dicho, aunque igual lo encuentro algo inmaduro en vez de decirle tus verdaderos sentimientos, pero es tu desición, si querías ayuda solo debías pedirla, somos amigos.
-oh gracias- dije abrazándolo entusiasmadamente, debo aceptarlo, con más entusiasmo del debido solo para que Edward se muriera de celos, bueno, ojala que tuviera celos...
-bien, te ayudaré, solo si tú me ayudas.
-creí que tenías novia- dije separándome de él y mirándolo ceñuda.
-no, bueno quisiera tener a una sola chica, pero lo decía porque no quiero nada con nadie que no sea ella- oh que tierno, ¿por qué Edward no podía ser así?
-claro, ¿quién es?
-no creo que la conozcas, es Jane, estudia medicina igual, he cruzado un par de palabras con ella, pero nada más que eso- su rostro se puso más triste, yo puse mi mano en su mejilla y le sonreí asintiendo, él me devolvió la sonrisa y miró detrás de mí- pues empecemos, Edward está bailando con esa rubia...
-Tanya.
-eso mismo, nos está mirando y según su cara quiere matarme, ¿eres buena actuando?- me preguntó con una sonrisa malévola, yo le devolví la sonrisa y asentí- me voy a acercar más a ti, te apuesto a que antes de que pueda tocarte Edward nos va a interrumpir- me miró alzando las cejas repetidas veces, mi sonrisa se ensanchó, yo aún tenía mi mano en su mejilla así que fue fácil comenzar a hacercarnos sin que pareciera una actuación, y dicho y hecho, cuando ya sentía la respiración de Ryan sentí un firme brazo a mi alrededor y luego un tirón.
-¿quieres bailar Bells?- me preguntó Edward separándome todo lo que pudo de mi amigo siendo "discreto", yo hice una mueca, actuando obviamente, y asentí "sin ánimos", pude ver la decepción en el rostro de Edward, miré a Ryan y me guiñó un ojo, volví a sonreír, esto no pasó desapercibido por Edward, claro, esa era la idea.
-vamos- dije tratando de acultar el enstusiasmo en mi voz, en realidad no era una mala actriz, y le daba gracias al cielo por ese milagro.
-¿quién es ese chico?- me preguntó Edward con los celos reluciendo en sus ojos mientras sus manos se posaban en mi cintura y comenzábamos a bailar.
-cuando te sentaste con Tanya él se ofreció a hacerme compañía, conversamos bastante y nos hicimos amigos, luego me fue a dejar a casa, ¿no lo recuerdas?- le pregunté con una ceja alzada, él solo asintió y dejó el tema, ambos sabíamos a donde llegaríamos, una discusión que ya habíamos tenido por haberme dejado sola en el estacionamiento- ¿y cómo va todo con Tanya?- le pregunté queriendo agregar "¿es tan superficial como parece?"
-bien, quiero decir, es simpática.
-oh- fue lo único que mis labios pudieron articular, esperaba que me dijera "es solo el molde, falta contenido", pero al encontrarla simpática me empeoraba las cosas.
-la próxima semana tenemos el primer exámen.
-así es, ¿asustado?
-no, sé que lo pasaremos, además el tema no es tan difícil- dijo con un encogimiento de hombros- podríamos, digo, solo si quieres- dudó antes de decirlo, nunca antes lo había visto titubiar, debo decir que eso solo aumentó su encanto, si es que es posible.
-¿si?
-estudiar juntos- me mordí el labio al ver que me miraba como si yo fuera a rechazarlo, si supiera que yo jamás lo rechazaría...
-es una buena idea, pero creo que tú me enseñarás, no soy muy buena con mi memoria y aprenderme todos los huesos, organos y músculos del cuerpo no es algo muy fácil para mis neuronas- le sonreí inocentemente y él me devolvió la sonrisa, de repente el ritmo de la música cambio a un tono lento, no pude reconocer la canción, pero sabía que no era lo mismo que el reggeaton, Edward me acercó más a él, sus manos seguían fijas en mi cintura, pase mis manos por su cuello quedando bastante cerca, tuve que recordarme que besarlo no era parte del plan, sabía muy bien que para Edward era una chica más en este momento, pero eso cambiaría en unos meses. Un silencio cómodo nos envolvió en una burbuja, o por lo menos a mi me envolvió, pero todo fue brutalmente interrumpido por el celular de Edward, corrí la mirada de sus ojos y me separé un poco para que pudiera contestar, él suspiró y sacó su celular del bolsillo.
-¿aló?, Tanya ¿qué ocurre?- rodé los ojos, ¿no podía ser otra persona?, no, tenía que ser ella- claro voy enseguida- suspiré resignada, toda mi noche arruinada en menos de treinta segundos- claro, nos vemos- colgó y luego me miró con esa cara que pones cuando te quieres disculpar y sabes que será difícil- Bella, lo siento voy...
-no te preocupes- lo interrumpí dedicándole una sonrisa amarga y dándome media vuelta para ir al baño, mis ánimos se fueron en picada estrellándose contra la pista de baile, quería irme a casa, ya no tenía nada que hacer en esta fiesta, la única razón se fue a no se donde a encontrarse con Tanya no sé por qué.
-Bella ¿dónde vas?- me preguntó Jacob interceptando mi camino.
-me voy.
-¿con quién?
-sola.
-¿por qué?- me miró desconcertado.
-¿dónde está Ness?- le pregunté cambiando de tema, él me miró entrecerrando los ojos.
-no cambies de tema, ¿por qué te vas?, hace un rato te vi bailando con Edward y... oh- Jake no era tonto, comprendió en al instante por qué quería irme, me miró con una mueca, noté enseguida que estaba un poco pasadito de copas así que solo me encogí de hombros y me escabullí entre las personas, Jake se ponía un poco...insoportable, no es que no lo quiera como es, pero en estos momentos, cuando los ojos me picaban por las lágrimas que yo no dejaba salir, no quería estar con nadie.
-Bella- escuché la voz de Alice a mis espaldas pero no hice caso, solo seguí caminando hacia salida para llegar finalmente a la puerta y recibir la fría brisa playera al salir, me abracé a mi misma tratando de no dejar escapar el poco calor que abrigaba vagamente mi cuerpo, la piel se me erizó y un escalofrío recorrió mi espalda haciendo que me estremeciera, la noche era fría y tranquila, contrastaba con el ambiente de la fiesta, practicamente pude respirar con alivio al cambiar de aire, pude ver el mar o lo lejos, desde aquí se escuchaba el bravo oleaje, las calles estaban iluminadas por focos que brindaban una luz de poca intensidad, repentinamente un estremecimiento de miedo me recorrió de pies a cabeza, debía dejar de ver películas de terror, sacudi mi cabeza como tratando de sacarme esa idea de la cabeza, ¿qué me podría pasar aquí?, no es como si un zombie saliera detrás de algún edificio y me comiera viva, ni que algún fantasma tipo "el grito" me viniera a penar, no eso no era verdad, aunque también existían los locos como el de "el juego del miedo", o tambien estaba "hostal", eso era real, pero ¿cómo iba a pasarme a mí, justo aquí?, no, eso era solo ficción ¿no?, ¡¿cierto?!, respiré profundo, mi cerebro me estaba jugando una mala pasada, solo es eso, si, por eso estaba sintiendo que alguien me observaba, por eso sentía unos pasos además de los míos, por eso el miedo había aumentado, por eso comencé a caminar más rápido, por eso sentía esos pasos más cerca de mí, dios por favor que sea solo mi imaginación, pero el brazo que me tapó la boca no era imaginario, no, era malditamente real, no por favor no, giré disimuladamente mi cabeza para ver a mi atacante, era un tipo que no pasaba de los treinta y que visiblemente no sabía el significado de higiene, tenia un olor asqueroso, no se había afeitado en semanas, eso era evidente, su cabello pedía a gritos shampoo, pero lo que más me asustó fue su rostro, su expresión, desición, deseo, no iba a robarme, no, él quería para sasiar sus necesidades contra mi voluntad y luego quien sabe dios lo que hará conmigo, las lágrimas comenzaron a caer por mis ojos, pero no era por Edward, ojala fuera por él, preferiría recibir su rechazo a perder mi virginidad sin quererlo y con un desconocido, la desesperación de entender lo que estaba por pasar me golpeó haciendo que comenzara a sollozar, el tipo me llevó a un callejón oscuro aún sujetándome la cintura y cubriendo mi boca con su sucia mano, mis sollozos aumentaron en cantidad y volumen, quería que me salvaran, quería que me ayudaran, necesitaba salir de esta situación, desesperada busqué alguna salida pero antes de que pudiera pensar en como escapar ese estúpido desgraciado estampó sus asquerosos labios contra los míos, sentí su putrefacto aliento y casi vomito en su boca, quedé petrificada tratando de pensar en otra cosa que no fuera l que me esaba pasando, pero simplemente no podia, vamos dios ayúdame, algún milagro podrás hacer, ¡por favor!
-¡Bella!, ¡Bella! ¿dónde estás?- dios gracias, nunca en mi vida estuve tan feliz de escuchar la voz de Edward, ¿pero cómo me iba a encontrar aqui, en un callejón oscuro?, diablos tenía que hacer algo, de repente se me prendió el foco, empujé al tipo un poco y cuando ya no tenia su cuerpo acorralándome levanté mi muslo derecho con toda mi fuerza y le pegué en sus partes nobles, el tipo se llevó sus manos al tiro ahí como si eso aliviara el dolor, me miró con rabia y antes de que me hiciera algo grité con todas mis fuerzas.
-¡Edward ayúdame, por favor!- el tipo me estampó contra la pared, pero justo cuando temí lo peor él se encontraba en el suelo y Edward, mi perpetuo salvador, encima de él golpeándolo con una fuerza inhumana, yo estaba en estado de shock, ni siquiera me había dado cuenta que estaba en el suelo sollozando y con las lágrimas callendo sin parar por mis mejillas, cuando Edward me escuchó paró de golpear a ese desgraciado y se puso al lado de mí acariciando mis mejillas y limpiando las lágrimas.
-Bella, ¿estás bien?- me preguntó con su voz desfigurada por la preocupacion, yo no podia responder, aún seguía sin comprender nada- Bella respóndeme, por favor- negué con la cabeza casi imperciptiblemente, él me miró casi con desesperación, sentí su brazo pasar por mi hombro haciendo que casi saltara del susto y que comenzara con otro ataque de histeria- calam Bella solo voy a tomarte para llevarte al auto- murmuró y tratando de ser delicado me tomó al estilo novia y comenzó a caminar, sabía que nos quedaba un largo camino hasta su auto- Bella, dime que ese tipo no te hizo nada- Edward casi me suplicó a lo que solo pude responder con sollozos más audibles al recordar esos asquerosos labios en los míos, Edward aceleró el paso, sentí como ponía sus manos en puños, murmuró algo pero no lo comprendí muy bien, fue algo como "lo asesinaré", ni siquiera pude procesarlo, traté de pensar en otra cosa, acerqué mi rostro a su cuello y senti su exquisito aroma el cual me calmó enseguida, los sollozos seguían pero menos insitentes y mis penamientos eran más pacíficos, Edward se relajó un poco al sentir que estaba más tranquila, pero aún tenía sus manos en puños, traté de olvidar lo que había pasado y me concentré solo en su respiración, su aroma, sus latidos, podía sentirlos desde mi posición, de a poco me fui calmando llegando al fin a la inconsciencia, los reconfortantes brazos de mi salvador me llevaron al mundo de los sueños, morfeo quedó en el olvido, tengo un nuevo dios que cuida mis sueños, Edward Cullen.

Nota de autor: bueno chicas como sabrán aquí sufrimos el terremoto y las cosas han estado un poco agitadas, gracias a Dios mis casa mi familia y mis amigos están bien, yo soy de santiago y los bejos fueron menores, no puedo decir que el resto de chile tuvo mi suerte por eso he salido como voluntaria del hogar de cristo, salgo en la mañana y llegó en la noche asi que no he tenido tiempo para escribir, ahora si estoy en mi casa con un merecido descanso despues de haber donado a la teletón ¡fuerza chile! :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario