jueves, 11 de marzo de 2010

¡embarazada de una estrella de rock! (one shot, lemmon)


E M B A R A Z A D A, diez letras, cinco sílabas, una palabra, mi infierno personal, ¡cómo pude llegar a ser tan estúpida como para enamorarme y embarazarme de una estrella de rock que ni siquiera se acordaría de mí, mis manos tiritaban sujetando el test de embarazo que tenía el signo positivo en rosado pálido, ¿cuántos test había probado?, diez sin contar el que ahora estaba botado en la basura, dios, solo me faltaban dos años para terminar mi carrera de medicina, esto complicaba todo, ¿en qué momento pensé que sin usar protección nada pasaría?, tal vez fue la pasión que en ese momento nos envolvió, o tal vez sus manos acariciarme, o sus adictivos besos que te hacían desear más, ¿quieren saber cómo pude meterme en la cama del soltero más codiciado de Hollywood?, una palabra: Alice. Ella estaba de novia con un integrante del grupo, nos llevó a mi y a Rose a uno de los conciertos, ella consiguió a un cariñoso novio, Emmet, y yo un revolcón del cual, aún con todas las consecuencias, no me arrepentía.
-¡Bella, estamos en casa, no sabes lo que hizo Emmet cuando..., Bella!- Alice y Rose me mirarón con los ojos como platos al verme sentada en mi cama con las lágrimas callendo a mares, se sentaron a mi lado y me preguntaron con la desesperación y la preocupación en la voz qué me ocurría, yo aún en shock solo pude apuntar el basurero que contenía todos los test de embarazo, ambas me miraron en incrédulas cuando reconocieron lo que ahí había.
-Bella, de quien...quien fue??- balbuceó Rose, yo solo pude comenzar a sollozar desesperadamente, Alice me sobó la espalda tratando de calmarme.
-Bella, calma, no debes pensar que esto es algo malo, todo pasa por algo, esto es practicamente una bendición- Ali seguía tratando de tranquilizarme, comencé a respirar profundo repetidas veces tratando de calmar el llanto, cuando por fin sentí que mi voz volvía reuní las agallas para decir su nombre en voz alta.
-Ed...Ed- comencé a llorar de nuevo cuando me di cuenta que él jamás respondería por nuestro hijo, sería una madre soltera de por vida.
-¡Edward!- exclamaron al unisono con la sorpresa reluciendo en sus rostros, yo asentí y volvieron los sollozos, Rose hizo que apoyara mi cabeza en su hombro y Alice me sujeto la mano en un gesto de apoyo.
-haremos que responda, es culpa de ambos, ninguno uso protección, o por lo menos haremos que pagué la pensión alimenticia ¿no?- dijo Alice haciendo que yo llorara aún más.

Al día siguiente...
-no puedo hacerlo, no puedo, no puedo- repetía una y otra vez como una loca.
-si que puedes, estamos al frente de su puerta, ya no hay vuelta atrás, además, no tienes nada que perder- dijo Rose tatando de animarme, no sé cómo lograron arreglarme y traerme hasta el apartamento de Edward, ¡dios, por qué me dejé traer hasta aquí!
-muy bien tocaremos el timbre y nos iremos antes de que habra, solo para asegurarnos de que lo harás nos quedaremos atrás de esa esquina- Alice apuntó hacia el final del pasillo, yo solo asentí limpiando el sudor frío de mi frente.
-¡tu puedes!- dijeron antes de tocar la puerta e irse corriendo hasta la pared que las ocultaba, pusieron sus pulgares en alto antes de esconderse, yo respiré profundo tratando de calmar los nervios y las estúpidas mariposas revolotiando en mi estómago, pero nada me hubiera preparado para cuando él abriera la puerta, estab solo con unos jeans y con cara de adormilado, ¡se veía tan tierno!, apenas me reconoció puso sus ojos como platos y me miró de arriba abajo como si no creyera que estoy en verdad en el umbral de su puerta.
-lo siento, ¿te desperté?- le pregunté mordiendo mi labio con los nervios a flor de piel.
-no, no te precupes, pasa- se puso a un lado dejándome espacio, entré y los recuerdos golpearon mi mente, tuve que tragarme mis lágrimas al recordar por qué estaba aquí- bella, ¿qué te trae aquí?- bien, por lo menos recordaba mi nombre.
-¿recuerdas la noche del concierto?- le pregunté sin preámbulos, él asintió frunciendo el ceño, sin entender- luego me invitaste aquí y...pues, han pasado dos semanas y...- dios me estaba poniendo demasiado nerviosa, no sabía cómo diablos continuar- bueno, he tenido algunos mareos y mi apetito a aumentado un poco y...- no pude seguir al ver como la expresión de Edward pasaba de la calma a la sorpresa e incredulidad, volví a morder mi labio a tal punto que casi me salía sangre. Decidí terminar con esto de una vez por todas- estoy embarazada- lo solté todo de una vez y él tragó en seco. Nadie decía nada, un silencio incómodo nos envolvió, como lo pensé, él no iba a hacer nada. Una traicionera lágrima se me escapó, decidí salir de ahí antes de que la tristeza me volviera a consumir, ¿por qué me tuve que enamorar de ua estrella de rock? Caminé a toda prisa hasta la puerta, pero antes de que pudiera dar dos pasos sus fuertes brazos me tomaron por la cintura y me dieron vuelta, inesperadamente estampó sus labios con los míos y los movió insistentes, pero yo no podía ni quería responder, las lágrimas comenzaron a caer sin parar por mis mejillas, él jugaba conmigo ¿o qué?, Edward se dio cuenta de mis lágrimas y mi resistencia y se apartó.
-Bella no llores.
-¿cómo quieres que no llore si sigues jugando conmigo?- le pregunté con la voz quebrada.
-no juego contigo, Bella- susurró acariciando mi mejilla, pero yo no le creí nada, me aparté bruscamente, pero no pude soltarme de su agarre- estuve buscándote estas semanas, ni Alice, Rose, Jazz ni Emmet quisieron darme tu número o tu dirección, no te encontraba, es como si la tierra te hubiera tragado, necesitaba verte pero tú te esfumaste y nadie me ayudaba porque decían que tú te enojarías, no llores por favor, esto es algo inesperado pero no algo malo, no viniendo de ti, y es que aunque suene algo estúpido e imposible, nunca había sentido algo así por nadie, jamás me hubiera acostado contigo si no me hubiera enamorado de ti desde el momento en que te vi entre el público, y luego cuando comenzamos a conversar aquí mismo, me cautivaste por completo- estaba absorta en sus palabras cuando terminó de hablar, él me miraba expectante esperando a que le repondiera y también podía notar que los nervios lo carcomían, me mordí el labio y pensé si esto no era una broma, pero era imposible no creerle, sus palabras estaban impregandas de sinceridad- Bella di algo, por favor.
-Edward yo creo...creo que te amo- dije sin pensarlo dos veces, cuando lo dije sentí un peso menos en mi pecho.
-yo no creo que te ame...- dijo haciendo que el dolor volviera- estoy seguro de eso- agregó volviendo a poner su mano en mi mejilla, no pude evitar sonreír ante lo que dijo, le di un suave golpe en el pecho y él me devolvió la sonrisa.
-eres un tonto.
-pero aún así me amas- dijo con esa estúpida y sexy sonrisa, yo me quedé callada, un poco picada debo agregar, pero feliz, todo el dolor en mi pecho se había esfumado. Edward se acercó más a mí haciendo que yo retrocediera y que mi espalda tocara la puerta, por tercera vez me mordí el labio, pero ya no por nervios, si no por impaciencia a lo que Edward iba a hacer, él se quedó mirando mi boca. Sus orbes verdes se dilataron volviéndose casi totalmente negros, volvió a mirarme a los ojos y por fin nuestros labios se juntaron en un beso lento y minucioso, como si quisiéramos que ese momento no acabara nunca.
Pude, después de todas estas semanas, soltar un suspiro de alivio al sentir ese dulce sabor, ese exquisito sabor tan dulce y exótico a la vez, nunca podría compararlo con nada, ni tampoco podría comparar sus caricias, ni siquiera las recordaba tan placenteras. Sus manos haciendo un recorrido por mis brazos erizando mi piel, sus labios dejando un camino de besos húmedos por mi cuello, bajando hacia mi clavícula terminando en mis hombros, que por suerte estaban desnudos ya que llevaba una polera strapless, creo que Alice y Rose predijeron esto, ya que también me habían enfundado en una falda que llegaba más arriba de mis rodillas pero que tapaba lo suficiente para no parecer una cualquiera, y claro, Edward aprovechó el hecho de tener la piel de mis piernas a su alcance. Sus manos no se quedaban tranquilas, puso una de ellas en mi muslo derecho y lo levantó hasta su cadera para poderlo recorrer en toda su extensión. Por mi parte, mis manos tampoco estaban muy quietas, me aferraba a sus hombros y acariciaba su fuerte espalda o sus marcados pectorales, debía admitir que esa imagen de extrella de rock, tan desaliñada y relajada, me encantaba, me cautivaba, me hipnotizaba, sobre todo el verlo solo con unos jeans!
-Edward, ¿estás seguro de todo esto?- le pregunté aún vacilante, él detuvo sus caricias y sus besos poniendo toda su atención en mirarme fijamente, me senti un poco intimidada por sus penetrantes y profundos ojos.
-Bella, nunca lo dudes, yo te amo, serás la futura señora Cullen, ya lo verás- me regaló una sonrisa torcida y yo se la devolví, no es que me gustara demasiado la idea de casarme, pero sabía que quería estar por siempre con él, eso solo sería como firmar mi viaje a mi propio paraiso.
-no suena mal- me puse de puntillas solo para rosar nuestros labios y luego volver a mi posición pero, como sabía que pasaría, Edward no se conformó con ese simple roce, puso sus manos en mi trasero y me elevó para quedar a la misma altura, yo enredé mis piernas alrededor de su cintura levantando mi falda casi hasta mis caderas y él me volvió a dar un beso pero esta vez mucho más apasionado y enérgico haciendo que me volviera a estampar contra la pared. Sus manos bajaban hacia mis muslos y tocaban todo a sus paso, y las mías volvían a recorrer los músculos de su desnudo torso, al parecer él se desesperó al no encontrar más piel que explorar ya que casi rasgo mi top al sacármelo, quedé solo con mi brasier, sus manos comenzaron a recorrer mi estómago haciéndome estremecer, sus labios fueron bajando hasta llegar a inicio de mis pechos, beso el valle entre ellos y luego el borde del brasier.
-no sabes como te extrañé estos días- murmuró contra mi piel.
-todo ha sido un infierno desde que nos separamos- dije entre suspiros que él me provocaba.
-no te preocupes- soltó una débil risita- eso no volverá a pasar- iba a contestar pero sus manos se fueron a mi espalda y desabrocharon el brasier que tanto estorbaba con un movimiento experto, sin siquiera darme cuenta este termino en el suelo y sus manos en mis pechos haciéndome gemir, sus labios volvieron a la acción comenzando a besar el comienzo de mis pechos de nuevo, pero ahora se aventuro más abajo, cada centímetro más abajo me estaba enloqueciendo, pero cuando llegó a mi pezón fue la gota que derramó el vaso, un gemido bastante audible se me escapó y Edward me lo respondió con un gruñido. Me mordí el labio tratando de controlarme, pero su increíble lengua sabía qué saborear y sus ágiles manos como masajear, estaba tocando el cielo cuando inesperadamente paró haciéndome gemir, pero de frustración, quería que nunca acabara. Él volvió su boca a la mía y comenzó a besarme de forma salvaje, yo solo pude afirmarme en sus hombros y tratar de seguir ese beso. Nuestras respiraciones agitadas, el aire cargado de pasión, nuestros cuerpos semidesnudos, todo era tan perfecto. Edward soltó mis piernas haciendo que yo volviera a tocar el piso, comenzó a desabrochar mi falda y en unos segundos ya estaba en el suelo, yo sin esperar a que siguiera moví mi manos hasta la orilla de sus pantalones,mis dedos recorrieron su cinturon haciendo que él gimiera, sonreí al ver que yo había logrado eso, sin más preámbulos, desabroché su cinturón y luego su pantalón, él se lo quitó en unos segundos, de verdad estaba ansioso, aunque yo no me quedaba atrás, la poca ropa que nos quedaba no duró absolutamente nada, estábamos desnudos y excitados, completamente. Edward volvió a estamparme contra la pared, yo lo aproveché para enredar mis piernas alrededor de sus caderas creando una exquisita frición, nos volvimos a fundir en un casi aturdidor beso, ya no aguantaba más, no me había dado cuenta que gemía cada cinco segundos, Edward me miró con sus ojos reluciendo el deseo y, sin dejar de mirarme, me penetró completamente de una sola vez llenándome, y haciéndome gemir demasiado, en serio, demasiado fuerte, creo que íbamos a recibir reclamos de los vecinos, pero eso ahora me daba igual, solo me importaban las estocadas de Edward que eran cada vez más rápidas y salvajes, y estando con mis piernas en sus caderas las estocadas eran más profundas y mucho más placenteras.
-mmmm, Edward- sabía que le encantaba que gimiera su nombre y yo no tenía ningún problema en hacerlo- dios, Edward- estocada, estocada, estocada más fuerte, más rápido- Edward- estocada- Edward- estocada- uugh, Edward- oh ya me estaban empezando a recorrer los estremecimientos, mis paredes se estaban contrayendo, estaba cerca, dios no había durado casi nada, aunque Edward igual estaba cerca, me afirmé poniendo mis manos en su espalda, comencé a acompañarlo con el movimiento de caderas haciendo mas deliciosa la fricción, enterré mis uñas en sus homoplatos, pero eso solo lo prendió aun más, sus movimientos eran frenéticos, con solo dos estocadas más tuve el mejor orgasmo de mi vida, hasta ahora, claro. No pude evitar tocar el cielo, escuchar el coro de los ángeles, sentirme flotar en el aire, sentir que todo estaba bien, sentirme totalmente completa. Volví a la realidad, estaba apoyada en el pecho de Edward, pero él estaba sentado en el sofá, ¿en qué momento llegamos al sofá?, daba igual, solo quería volver a sentir lo mismo.
-me matas al gemir así mi nombre- susurró Edward en mi oído, yo sonreí como una estúpida enamorada y le di un beso en su pecho- no duramos mucho- dijo en un tono frustrado.
-pues con una segunda ronda eso se puede arreglar, ¿no?- levanté la mirada y busqué sus ojos, ya dilatados por el deseo, ¡podría pasar toda mi vida así!, ¿y qué creen?, así será.

nota de autor: bueno una de las locuras de esta loca cabeza xD, debo decirles que estoy tontamente feliz, ya que estoy totalmente enamorada , y ya saben, el bichito del amor te pica fuerte :P, así que si ven mis escritos más melosos y dulces, no se quejen!, aprovechare este buen animo para escribir bastante ^^
GRACIAS A TODAS LAS LECTORAS QUE ME APOYAN A DIARIO, NO SÉ QUÉ DIABLOS HARÍA SIN USTEDES!

1 comentario:

  1. OH DIOS MIO CHIKA! ME VA A DAR UN INFARTO! ERES BUENA ESCRIBIENDO! XD SIGUE ASI! HE LEIDO EL DE UNA ETERNIDAD PERDIDA EN TUS OJOS Y ME ENCANTO! ESOS LEMMONS ME HICIERON REIR COMO LOCA HAHAHA LOL XD

    ResponderEliminar